– No puedo imaginarme un lugar mejor que este -dijo Van Veeteren-. ?Que quiere usted comer?
El calvo habia surgido de entre las sombras.
– ?Comer? -vacilo Ulrike deMaas.
– Por supuesto -dijo Van Veeteren-. He conducido durante dos horas, otras dos para volver a casa. Un guiso en la oscuridad del otono es lo menos que puedo desear. Pida usted lo que quiera…, paga el Estado.
Ella volvio a sonreir, esta vez con un poco mas de aplomo. Se quito una cinta del pelo y dejo caer una melena castana. Van Veeteren recordo que era un viejo policia al que solo le faltaban diez anos para la jubilacion.
Ella encendio un cigarrillo.
– ?Sabe usted, comisario?, cuando lei la noticia de su muerte fue como si… bueno, no como si hubiera estado esperandolo, pero ni me choco ni me espanto… o, lo que suela pasar en estos casos. ?No es extrano?
– Quizas. ?Puede explicarlo un poco mas?
Ella dudo un momento.
– Eva… Eva era una persona asi, en cierto modo… vivia con riesgo…, tal vez sea mucho decir, pero habia algo… dramatico en ella.
– ?Usted la conocia bien?
– Como cualquier otra persona, creo yo. De aquella epoca me refiero. Luego no volvimos a encontrarnos. Estuvimos seis anos juntas…, los tres ultimos en Leuwen y luego los tres cursos del instituto… en Muhlboden. En el instituto, sobre todo, nos hicimos muy amigas, eramos cuatro o cinco y formabamos… si, una pandilla puede decirse…
– ?Chicas?
– Si, una pandilla de chicas. La mayor parte de las veces eramos solo dos o tres cuando haciamos algo juntas… las otras estaban con chicos… pero eso cambiaba…
– Entiendo. ?Andaba Eva con muchos chicos durante esa epoca?
– No, ella era seguramente la mas cuidadosa de todas… si, si, sin duda, pero…
– ?Si?
– Ella tenia de algun modo extrano mas motivo que nosotras para tener cuidado. Parece raro, pero se metia en las cosas de todo corazon, es como si tuviera que cuidarse de no resultar herida. Era fuerte y fragil al mismo tiempo, si entiende lo que quiero decir.
– No muy bien -reconocio Van Veeteren.
– Tambien fue que cambio bastante en el instituto… en la escuela en Leuwen apenas la conocia. Ella y su hermano Rolf… eran mellizos… estaban siempre juntos. El padre murio por entonces, yo creo que eso le hizo bien a ella…, el bebia. No me extranaria que les pegara… a la madre tambien, seguramente.
– ?En que sentido cambio Eva en el instituto?
– Se volvio mas… abierta. Hizo buenos amigos… empezo a vivir, se podria decir.
– ?Gracias a la muerte del padre?
– Pues yo creo que si. Los lazos con Rolf tambien se aflojaron, se habian necesitado el uno al otro sobre todo como proteccion frente al padre.
– Rolf se traslado luego, ?verdad?
– Si, el tambien iba al instituto, estaba en un curso paralelo, pero interrumpio los estudios. Se embarco… con el tiempo se establecio en America, tengo entendido.
Van Veeteren asintio.
– ?Recuerda usted el nombre de algunos chicos con los que Eva haya tenido relacion?
– Si… he pensado en ello desde que usted me telefoneo, pero los unicos que recuerdo, con los que verdaderamente tuvo relacion… usted ya me entiende… fue uno que iba a nuestro curso, Rickard Antoni. Fue casi al final del curso… me parece que solo duro unas semanas; en todo caso ella ya le habia dejado cuando empezo en la universidad en el otono… porque entonces el ya salia con otra, con Kristine Reger, una amiga mia. Luego se casaron.
– ?Y quien era el otro?
– ?El otro?
– Si, usted dijo que se acordaba de dos chicos que habian salido con Eva.
– Paul Bejsen, claro. El que murio.
– Cuenteme.
Ella lanzo un profundo suspiro. Encendio otro cigarrillo y se quedo un rato completamente inmovil con la cabeza apoyada en una mano.
Una pausa para acorazarse, penso el comisario. Para vencer la resistencia.
– Fue en la fiesta de Todos los Santos, el ultimo ano -empezo ella-. Uno de los chicos de nuestro curso, Erwin Lange se llamaba, tenia una casa de verano… Bueno, sus padres tenian una casa en los alrededores de Kerran, la naturaleza es bastante impresionante, paramos y rocas y barrancos, ?ha estado usted alli?
Van Veeteren nego con la cabeza.
– Bueno, el caso es que hicimos una fiesta… Yo creo que eramos alrededor de veinte, la mayoria de nuestro curso, pero tambien otros. Eva llevaba saliendo con Paul Bejsen un par de meses…, el era un poco mayor que nosotros, ya habia hecho la revalida. Habian estado juntos de verdad, eso lo se bien.
– ?Fue el su primer amante?
Ulrike deMaas dudo.
– Si, quien iba a ser sino… y sin embargo…
– ?Sin embargo?
– Sin embargo uno tenia la sensacion de que ya lo habia experimentado… de que tenia bastante experiencia, vaya.
– ?Por que tenia usted esa sensacion?
– No lo se. Uno nota esas cosas. Las chicas…, las mujeres lo notamos desde luego… Claro que se nota si una chica ha estado en la cama con un tio o no…
Van Veeteren asintio. Tal vez fuera verdad.
– ?Que paso aquella noche?
– Circulo mucho alcohol, bastante hachis tambien, pero no hubo nadie que perdiese los estribos…, lo pasamos de maravilla, la verdad. Nos pasamos toda la noche alrededor de una gran hoguera en el jardin, asamos un cerdo, bebimos, cantamos y… ya sabe usted. La gente se emparejaba y desaparecia de vez en cuando… en el interior de la casa o en los prados… Se de dos chicas por lo menos que perdieron su virginidad esa noche…
Hizo una pequena pausa.
– … yo fui una de ellas.
Van Veeteren cambio el escarbadientes por un cigarrillo.
– ?Tenia dieciocho anos, caramba! Ya era hora… bueno, a la manana siguiente supimos lo que habia pasado y fue una manana horrorosa, comisario…, seguro que puede imaginarselo. A todos nos desperto la policia, creo que no debian de ser mas que las siete y media… veinte jovenes con resaca y solo un par de horas de sueno en el cuerpo…, la policia y un vecino. Era el que habia encontrado un muerto en el fondo de un precipicio… Creo… yo creo que fue aquella manana cuando muchos de nosotros nos hicimos adultos.
Guardo silencio unos instantes.
– Por lo menos yo me hice adulta. Perdi mi virginidad y a un buen amigo la misma noche…
– ?Era usted muy amiga de Paul Bejsen?
– Pues… tal vez no, pero le conocia. Era un chico muy agradable, simpatico e inteligente… Todos le querian…, habia varias chicas que seguro que estaban enamoradas de el…
– ?Usted tambien?
– No… no entonces. Tal vez antes.
– ?Que fue lo que paso?
Ulrike deMaas encogio los hombros como si de repente tuviera frio.
– Habian estado paseando por los paramos, el y Eva… Ella habia roto con el por alguna razon… y le habia dejado alli. No se, el debia de estar bastante borracho, me figuro…, pero fue una de las cosas que se silenciaron luego, claro esta… en todo caso se habia matado. Se habia tirado por un despenadero. Lo macabro es que eligio el sitio mas adecuado. Vejme Klint es… en boca de la gente… el viejo precipicio familiar de toda la comarca, ya