– ?Cuenteme!

– Lennart es un capitulo aparte, pero seguro que lo tienen vigilado. Berit es una buena chica. Siempre han estado juntos.

Micke se inclino hacia delante, puso los codos sobre las rodillas y cruzo las manos antes de continuar. Fredriksson observo el cambio en su rostro. Un ardiente arrebol cubrio sus rollizas mejillas y su cuello.

– Ella es buena -repitio-, lo pasara mal ahora que John no esta. El chaval tambien. No lo entiendo. El estaba como siempre. ?Que creen? ?Tienen alguna pista?

– No directamente -reconocio Fredriksson.

– Creo que alguien lo recogio y luego lo asesino, pero no se quien.

– ?Quiza alguien se ofrecio a llevarlo a casa?

– ?Como quien?

– ?Se le ocurre alguien que tuviera alguna cuenta pendiente con John?

– No, no hasta el punto de asesinado. John no se metia con nadie.

– ?Como le iba economicamente?

– No es que estuviera muy bien, pero tampoco le faltaba nada. Lo paso mal cuando lo echaron de Sagge.

– ?Por que lo despidieron?

– Dijeron que habia poco trabajo.

– ?Quienes?

– Sagge y su vieja. Es ella quien toma las decisiones.

Fredriksson se pellizco la nariz.

– Ha dicho que lo recogieron. ?John tenia algo que hacer en Libro? ?Visitaba alguna empresa o a algun amigo por esa zona?

– No, que yo sepa. No tenia muchos amigos.

– ?Ha visto a John alguna vez con drogas?

Mikael Andersson le lanzo una rapida mirada a Fredriksson. Respiro hondo y expulso el aire por la nariz. Fredriksson tuvo la impresion de que Mikael, durante unos segundos, sopeso si decir la verdad o no.

– Antes quiza. Pero fue hace mucho tiempo.

– ?Cuanto tiempo?

Mikael hizo un movimiento con las manos como para decir: «Dios sabra, tuvo que ser hace muchisimos anos».

– Cuando eramos jovenes -solto finalmente-. Hace veinte anos.

– ?Nunca volvio a hablar de drogas despues de eso?

– Hablar es otra cosa; pero durante los ultimos anos nunca vi a John con drogas.

Fredriksson se reclino en la silla, se paso las manos por detras de la cabeza y miro a Micke Andersson. El rostro del policia no delataba nada. Permanecio sentado en silencio durante medio minuto antes de bajar lentamente las manos, inclinarse sobre la mesa y escribir unas lineas en su cuaderno.

– Hableme de John. ?Que clase de persona era?

– Era reservado. Igual que su padre. Su viejo era tartamudo, pero John no. Era un buen amigo. No tuvo muchos amigos en la escuela. Eramos yo y dos o tres mas. Siempre le han interesado los peces. No tengo ni idea de donde le viene esta aficion. Quiza fuera su tio Eugen quien la puso en marcha. Soliamos ir a pescar con el. Tenia una cabana cerca de Faringe.

Mikael guardo silencio. Fredriksson intuyo que sus pensamientos le transportaban un par decenios atras en el tiempo.

– Cuando estabamos alli en la barca se sentia muy satisfecho -prosiguio-. Habia un pequeno lago. Una fria laguna rodeada de un bosque que cubria las riberas.

– ?Que pescaban?

– Percas y lucios sobre todo. A veces John decia que le gustaria volver ahi otra vez, pero nunca lo hizo. Al igual que tantas otras cosas. Mientras estabamos sentados en la barca todo era perfecto. Podiamos remar de una ribera a la otra sin esfuerzo. En el unico claro del bosque Eugen habia construido su cabana. Era un viejo cobertizo remodelado con un almacen construido con viejas cajas de azucar. El lago parecia una habitacion cerrada. John solia hablar de esas excursiones. A finales de invierno Eugen nos llevaba a ver aparearse a los urogallos. Caminabamos sobre el hielo que se balanceaba, llegabamos a una zona de tala donde habia construido un cobertizo de ramojos. Ahi nos acurrucabamos. A John le gustaban las cosas pequenas, los espacios pequenos. La reducida laguna del bosque y la minuscula cabana.

– Tambien trabajo en un taller pequeno -constato Fredriksson.

Mikael Andersson asintio.

– En realidad nunca fue un gamberro, ni siquiera en su juventud. Mientras permanecimos por la calle Ymergatan y la calle Frodegatan todo fue bien. Cuando eramos pequenos, Almtuna era un barrio que tenia casi de todo. Habia cinco tiendas de alimentacion en un radio de diez minutos andando. Ahora ni siquiera queda el nombre. ?Lo ha visto?, ?el cartel junto a la escuela de Vaksala?

Fredriksson nego con la cabeza.

– Pone FALHAGEN. Todos los nombres antiguos desaparecer No se quien tomo esa decision. Ahora nada puede mantener su antiguo nombre. Tambien han desaparecido Eriskdal y Erikslunc Ahora hasta llaman a Stabby «Luthagen Oeste».

– Yo acabo de mudarme -dijo Fredriksson, que no conocia bien los limites ni los nombres de Uppsala.

– Creo que lo hacen para desconcertarnos.

– «Luthagen» suena mejor que «Stabby» a la hora de vende apartamentos.

– Quiza -concedio Mikael-. Todo es cuestion de dinero Cada vez pienso mas en cuando era nino. Debe de ser la edad.

– ?Y que es lo que recuerda? -pregunto Fredriksson, que encontraba la conversacion con Mikael cada vez mas grata.

– Los patios. Los chicos, eramos una multitud. John y Lennart estaban ahi.

Mikael guardo silencio y su mirada adquirio un tinte de anhelo y nostalgia.

– Fue hace tanto tiempo y, sin embargo, parece tan cercano -dijo-. Me pregunto cuando se torcio.

– ?Se refiere a John y Lennart?

– No solo a ellos, ?sabe? Mi viejo trabajaba en el ferrocarril

Su padre tambien. Participo en la construccion de Port Arthur, cuya finalidad eran pisos para los trabajadores de la empresa estatal de ferrocarriles.

– Nosotros viviamos en la calle Frodegatan. Entonces me sentia identificado con el barrio. Ahora ya no. Eso es lo que mas me duele. De vez en cuando me doy un paseo por los viejos barrios. Por lo que respecta a Lennart y John, creo que todo comenzo cuando Lennart tenia doce anos y John y yo, nueve. Habiamos ido a jugar al bandy a Falhagen. Alli habia un campo muy grande que regaban cada invierno. En el vestuario Lennart le robo la cartera a un chico que se llamaba Hakan. A veces me lo encuentro en el centro. Al regresar a casa patinando Lennart saco el monedero. Diecinueve coronas. Nos cagamos de miedo, pero a Lennart le dio por reirse, nada mas.

– Asi que empezaron por unas coronas y acabaron llevandose la ensaladera de plata -anadio Fredriksson.

Mikael asintio y continuo. Fredriksson se inclino hacia delante y comprobo que la cinta de su minigrabadora, colocada sobre la mesa, seguia grabando.

– Diecinueve coronas. Yo no queria ni un centimo, tenia demasiado miedo, asi que Lennart y John se repartieron el dinero. Lennart era justo con su hermano. Ese fue el gran error de John: tener un hermano mayor que repartia a partes iguales. ?Fue ese el inicio? No lo se.

– ?Estaban muy unidos Lennart y John?

Mikael asintio con la cabeza.

– Se puede decir que si.

– ?Cree que Lennart habria sido capaz de meter a John en alguna mierda?

– Eso seria lo mas sencillo, pero no lo creo. Lennart siempre protegia a su hermano.

– Quiza inconscientemente lo metio en algun negocio turbio.

Mikael parecio dudar.

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