Uno, al parecer, esta en el extranjero, quiza en Holanda. Su madre vive alli. A otro se lo ha tragado la tierra y el tercero es Mossa, el irani, al que todos conocemos y que al parecer esta de viaje. Hemos hablado con su hermano y su madre, que viven en la ciudad.

– ?Quien es el que quiza este en Holanda?

– Dick Lindstrom.

– ?El de los dientes?

Haver asintio.

– El mismo.

– ?A quien dices que se lo ha tragado la tierra?

– A un tal Allan Gustav Rosengren, conocido como Labios. Condenado dos veces por receptacion, la ultima hace cinco anos. No tiene direccion conocida. La ultima es de hace dos anos, en Malarhojden, realquilado de una senora mayor. Desde que se mudo de ahi ha desaparecido de todos los archivos.

– Asi que dientes y labios -dijo Riis.

– ?Podemos descartar a Ljusnemark como asesino? -pregunto Morenius.

– Creo que si -considero Haver-. Parece un timorato. Me resulta dificil imaginarmelo cortando un dedo.

– ?Entonces el motivo seria dinero?

– Es poco probable que fueran deudas de juego -dijo Haver-. Todos certifican que Johny gano. La cantidad varia, pero ronda unos doscientos pavos. Si John tuviera deudas podria haberlas pagado.

– ?Quiza no quiso?

– Es cierto.

– Puede que le cogiera gusto, tuviera unas cuantas malas partidas y acabara teniendo deudas.

– Es posible -dijo Haver-. La partida tuvo lugar a finales de octubre. Tuvo tiempo de sobra para jugar al poquer hasta el asesinato.

– No lo creo -replico Ottosson-. Johny era listo y responsable. Nunca se jugaria tanto dinero.

– Pero para ganar tanto deberia haber tenido mucho dinero al principio. Muchos de ellos dijeron que apostaba fuerte, casi con desesperacion. Nadie lo habia visto jugar asi antes.

– Quiza gano por eso -dijo Fredriksson-. Los pillo a todos por sorpresa.

– ?Y no puede ser simplemente que alguien se enfadara? -pregunto Morenius, el jefe de la Unidad de Informacion Criminal, el eterno pregunton.

– No creo -dijo Haver.

Deseaba que alguien apuntara algo nuevo. Lo que habia salido a la luz hasta el momento eran cosas sobre las que el ya habia reflexionado, pero al mismo tiempo sabia que la conversacion tenia que seguir ese curso para que fuera posible crear un escenario creible.

– Volviendo a Hahn -expuso Ryde, el tecnico forense-. Esta claro que Vivian Molin ha sido estrangulada y que ha ocurrido esta manana. Hahn durmio alli, hemos encontrado pelos suyos en la cama de la habitacion en la que al parecer paso la noche. El periodico de hoy se encontraba bien doblado en el fondo del cubo de basura, como si hubiera querido esconderlo. El cable del telefono estaba arrancado. Quiso impedirle que llamara o a lo mejor era lo unico que tuvo a mano cuando fue a estrangularla. Seguramente se entero de que Hahn se habia colado en casa de Gunilla Karlsson en Savja.

– Por la radio o la television local -aclaro Fredriksson-. Habia una radio en la cocina.

Ryde asintio. Fredriksson era el unico que podia interrumpir al tecnico sin que este resoplara.

– Cierto. Tendremos que investigar si se menciono el ataque de Savja en alguna emision. No hay rastro de una tercera persona, aunque no podamos excluirlo. Asesinato, el motivo no esta claro, un ataque de locura o para silenciar a alguien que sabia demasiado -finalizo Ryde.

– ?Perfecto! -exclamo Ottosson sonriendo, pero con una sonrisa que denotaba un gran cansancio. El comisario jefe tenia el cuerpo febril y muchos pensaban que debia quedarse en casa, sobre todo Lundin, que se negaba a estar a su lado.

– ?Como se desplazo desde el Hospital Universitario hasta Johannesback? -pregunto Berglund-. Quiza, de todos modos, disponia de un coche.

– No es muy probable que cogiera el autobus, pero tendremos que comprobar los taxis -indico Fredriksson.

– Lo unico que podemos hacer es tratar de investigar a posibles conocidos de Hahn y proseguir con el resto de la investigacion. Es bastante probable que ande por la ciudad -anadio Ottosson-. Es de ese tipo de personas. Allan, tendras que cavilar sobre donde se oculta Hahn.

– Gracias -dijo Fredriksson, y se pellizco con los dedos la punta de la nariz.

– ?Que hacemos con John? -pregunto Morenius.

– Controlaremos al grupo del poquer, investigaremos sus coartadas y buscaremos a Lindstrom, el holandes, a Labios Rosegren y a Mossa -senalo Haver-. No hay mucho mas que hacer. He estado pensando en una cosa. Mucha gente dice que John planeaba algo, algo grande. ?Que podria ser?

– Yo creo que un negocio con peces de acuario -dijo Berglund-. Pettersson me comento que John menciono algo por el estilo.

– No tiene por que ser un negocio -objeto Sammy-. A lo mejor se referia al poquer.

– ?Hemos comprobado lo de la partida de poquer con la mujer de John?

– Beatrice esta ahora con ella -informo Ottosson.

*****

Estaban sentadas en la cocina como la primera vez que Beatrice visito a Berit y a Justus. El muchacho permanecio en el vano de la puerta un rato para luego desaparecer a su cuarto. La musica rap se oia desde la cocina.

– Pone la musica muy alta, pero no tengo fuerzas para decirselo -dijo Berit sin animo de excusarse, sino mas bien como una seca constatacion.

– ?Como esta?

– Poco comunicativo. No va al colegio y se pasa el dia sentado frente al acuario.

– ?Estaban muy unidos?

Berit asintio.

– Mucho -concedio al rato-. Estaban siempre juntos. Si habia alguien que pudiera influir en John, ese era Justus.

– ?Como andaban economicamente? Usted dijo que a veces tenian problemas.

Berit miro por la ventana.

– Estabamos bien.

– ?Como iban las cosas estos ultimos meses?

– Se adonde quiere llegar. Cree que John estaba involucrado en algo raro, pero no es el caso. Quiza fuera callado e inaccesible a veces, pero no era tonto.

– Soy de la misma opinion. Pero voy a ir al grano: al parecer John gano una gran suma de dinero este otono.

– ?Gano? ?Se refiere a los caballos?

– No, jugando a las cartas. Al poquer.

– Jugaba a las cartas a veces, pero nunca apostaba grandes cantidades.

– Doscientas mil coronas -informo Beatrice.

– ?Que? No es posible.

La sorpresa de la mujer parecia autentica. Trago saliva y miro a Beatrice con una expresion de total incomprension.

– No solo es posible, sino tambien muy probable. Tenemos bastantes testigos que lo confirman.

Berit bajo la cabeza y se hundio. Palpo con los dedos de una mano el mantel y pellizco un poco los bordados que representaban a un gnomo en trineo. La musica del cuarto de Justus se habia acabado y el apartamento se encontraba en completo silencio.

– ?Por que no dijo nada? Doscientas mil coronas, eso es muchisimo dinero. Tienen que estar equivocados. ?Quien asegura que ganara tanto?

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