Copenhague.

Yrsa arrugo el entrecejo.

– Por cierto, ?le preguntaste a Tryggve si durante los dias que pasaron en la caseta hubo viento? ?Habeis mirado tu o Assad en el almanaque? ?Habeis preguntado en el Instituto Meteorologico?

– ?A mediados de febrero? Desde luego que habria viento. Y no hace falta mucho para que los generadores se pongan en marcha.

– De todas formas, ?habeis preguntado?

– Esa pregunta trasladasela a Pasgard, Yrsa. Es el quien investiga lo de los molinos de viento. En este momento tengo otro trabajo para ti.

Yrsa se sento en el borde de la mesa.

– Ya se que vas a decirme. Que ahora tendre que ser yo quien hable con los grupos de apoyo a los renegados de las sectas religiosas, ?verdad?

Echo mano del bolso y saco una bolsa de patatas fritas. Y antes de que Carl pudiera responder, la bolsa estaba abierta y su contenido parcialmente devorado.

Desconcertante de narices.

En cuanto entro en su despacho miro la pagina web del Instituto Meteorologico y observo que solo habia archivos a partir de 1997. Entonces llamo por telefono, se presento y formulo una pregunta sencilla, esperando recibir una respuesta igual de sencilla.

– ?Pueden decirme que tiempo hizo los dias posteriores al 16 de febrero de 1996? -pregunto.

Pasados unos segundos llego la respuesta.

– El 18 de febrero de 1996 se abatio sobre Dinamarca una fuerte tormenta de nieve que dejo el pais casi paralizado durante tres o cuatro dias. Incluso cerraron la frontera con Alemania por la violencia del embate -dijo la mujer al otro lado de la linea.

– ?De verdad? ?Tambien el norte de Selandia?

– Todo el pais, aunque fue peor en el sur. En el norte, pese a todo, las carreteras estuvieron transitables en amplias zonas.

?Por que cono no habian preguntado antes por la meteorologia?

– Asi que ?dice que hubo mucho viento?

– Ya lo creo que hubo viento.

– ?Que pasa con los molinos de viento en esas circunstancias?

La mujer estuvo callada un rato.

– ?Me pregunta si el viento era demasiado fuerte como para generar energia eolica?

– Eh… si, supongo que me referia a eso. ?Cree que los generadores estarian parados aquellos dias?

– Si. No soy experta en aerogeneradores, pero si. Por supuesto que se detuvieron los aerogeneradores aquellos dias. De lo contrario se habrian descoyuntado.

Carl saco un cigarrillo del paquete y dio las gracias. Entonces, ?que diablos era lo que oian los chicos desde la caseta de botes? Parte de ello se deberia a la tormenta de nieve, claro. Estaban helados dentro de la caseta, pero no podian ver el exterior, asi que era una posibilidad. Porque ?sabian ellos que habia tormenta?

Carl busco el numero de movil de Pasgard y lo tecleo.

– Si -respondio el hombre. Sono de lo mas desagradable, a pesar de ser una sola palabra. El tipo parecia ser especialista en eso.

– Soy Carl Morck. ?Has mirado que tiempo hizo durante los dias en que los chicos estuvieron secuestrados?

– Todavia no. Lo hare ahora.

– No hace falta. Hubo una tormenta de nieve en los tres ultimos dias de los cinco que estuvieron en cautiverio.

– No me digas.

?No me digas? Era la tipica observacion de Pasgard.

– Olvida los molinos de viento, Pasgard. Soplaba demasiado viento.

– Ya, pero hablas de tres de los cinco dias. ?Y los dos primeros?

– Tryggve me dijo que hubo un ronroneo durante los cinco dias. Tal vez menos durante los tres ultimos. Eso podria explicarse por la tormenta, que amortiguaria el sonido.

– Si, tal vez.

– Pensaba que debias saberlo.

Carl rio para sus adentros. Seguro que Pasgard estaba mordiendose los huevos por no haber sido el primero en descubrirlo.

– Tienes que buscar otra fuente sonora que no sean los molinos de viento -continuo-. Pero que sea un ronroneo. Por cierto, ?que hay de la escama de pez? ?Has encontrado algo?

– Paciencia. En este momento esta en el Instituto Biologico, para que la analicen al microscopio en la seccion de Biologia acuatica.

– ?Al microscopio?

– Si, o como diablos lo llamen. De momento se que es una escama de trucha. La gran cuestion es si se trata de una trucha de mar o de fiordo.

– Supongo que son peces bastante diferentes.

– ?Diferentes? No, no creo. La trucha de fiordo es, por lo visto, una trucha de mar que pasaba de nadar y se quedo donde estaba, en el fiordo.

Uf, penso Carl. Yrsa, Assad, Rose, Pasgard. Aquello era casi demasiado para un subcomisario de policia.

– Una ultima cosa, Pasgard: creo que deberias llamar a Tryggve Holt y preguntarle si sabe que tiempo hizo durante los dias en que estuvieron encerrados.

Un segundo despues de colgar sono el telefono.

– Antonsen -se limito a decir la voz. Solo el tono bastaba para provocar inquietud.

– Tu ayudante y Samir Ghazi acaban de pelearse en nuestra comisaria. Si no fuera porque somos la Policia, tendriamos que haber llamado al 112. ?Quieres hacer el favor de venir enseguida y llevarte a ese diablillo repelente?

Capitulo 27

Las raras veces que se le pedia a Isabel Jonsson que hablara de sus origenes, siempre decia que habia crecido en el pais del Tupperware. Educada por unos padres encantadores con un Vauxhall y una casa unifamiliar de ladrillo ocre. Tenian una formacion normal, modesta, y sus opiniones pocas veces divergian de las de otros burgueses con maletin. Tuvo una infancia protegida con esmero, libre de bacterias y envasada al vacio. Todos contribuian como podian en la pequena familia. Nada de poner los codos en la mesa, y las cartas de bridge en la comoda. Sus padres asintieron con la cabeza, le desearon buen provecho y le dieron la mano el dia que Isabel aprobo el ultimo curso de secundaria, y su hermano hizo el servicio militar pese a haberse librado por sorteo.

Patrones muy interiorizados que solo dejaba que se llevara el suave viento de su vida cuando, sudando a mares, se abalanzaba a los brazos de algun hombre competente, o en momentos como aquel, en que iba sentada al volante de su Ford Mondeo de 2002 repintado. Se suponia que la velocidad maxima de ese modelo era doscientos cinco, pero el suyo llegaba a los doscientos diez, y dejo que los alcanzara cuando Rakel y ella pasaron a toda pastilla de la nacional 13 a la autopista E-45.

El GPS decia que llegarian a su destino a las 17.30, pero ya se encargaria ella de cambiar el programa.

– Tengo una propuesta -anuncio a Rakel, que estaba aferrada a su movil-. No debes perder la cabeza, ?me lo prometes?

– Lo intentare -dijo por toda respuesta.

– Si no lo encontramos, a el o a tus hijos, en la direccion de Ferslev, entonces probablemente no podemos

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