mercado inmobiliario. Tenia que haber pedido el divorcio cuando las casas valian la mitad, asi de sencillo. Pero ahora era demasiado tarde y no tenia ni puta gana de mudarse.

Dirigio la mirada hacia el techo debajo de la habitacion de Jesper, que trepidaba. Aunque tuviera que hipotecar la casa para pagar el divorcio, tampoco iba a costarme mas de lo que me cuesta ahora, penso, y se imagino que en ese caso ella tendria que asumir la responsabilidad de su hijo. No habia en el barrio una factura de electricidad mas abultada que la suya, fijo. Jesper era el cliente numero uno de la compania electrica.

– ?Divorcio? No, no voy a divorciarme, Carl. Eso ya lo he probado, y no funciono, ya lo sabes.

Carl sacudio la cabeza. ?Como cono llamar, si no, a la situacion en la que llevaban un par de anos?

– Quiero tener una galeria, Carl. Mi propia galeria.

Vaya, por fin lo solto. Se imaginaba sus cuadros de varios metros de altura, aquellos emborronados demenciales de colores rosa y bronce dorado. ?Una galeria? Buena idea si queria disponer de mas espacio en la cabana.

– ?Una galeria, dices? Y me imagino que tendra que tener una estufa enorme, claro. Asi puedes pasar todo el dia alli al calorcillo de los millones que van entrando -dijo. No estaba mal como negocio.

– Desde luego, sigues igual de sarcastico -replico Vigga, riendo. Era la risa que siempre lo desarmaba. Aquella punetera risa tan atractiva-. ?Pero es fantastico, Carl! Hay grandes posibilidades si tienes tu propia galeria. ?Te lo imaginas? A lo mejor Jesper va a tener una madre famosa. Seria divertido, ?no?

En tu caso, Vigga, tristemente famosa, penso.

– Y claro, ya habras encontrado un local, ?verdad? -fue lo que comento.

– Carl, es precioso. Y Hugin ya ha hablado con el dueno.

– ?Hugin?

– Si, Hugin. Es un pintor de mucho talento.

– Me imagino que mas entre las sabanas que entre lienzos.

– ?Oh, Carl…! -rio otra vez-. Eso no ha estado bien.

Capitulo 14

2002

Merete estaba esperando en la cubierta del restaurante. Le habia dicho a Uffe que se diera prisa justo antes de que la puerta del servicio de caballeros se cerrase con estruendo tras el. Al otro lado, en la cafeteria, solo quedaban los camareros, y todos los pasajeros habian bajado a la cubierta de coches. Uffe ya puede darse prisa, menos mal que el Audi esta al final de la fila, penso.

Y fue lo ultimo que llego a pensar en su antigua vida.

El ataque vino por detras, y la cogio tan desprevenida que no llego a gritar. Pero si que llego a ver con claridad el trapo y la mano apretando con fuerza contra su boca y su nariz, y luego algo mas vagamente distinguio que alguien golpeaba el interruptor negro que abria la puerta de las escaleras que conducian a la cubierta de coches. Al final solo oyo unos sonidos lejanos y vio que las paredes metalicas de las escaleras daban vueltas, y despues todo se volvio oscuro.

El suelo de cemento sobre el que desperto estaba frio, helado. Levanto la cabeza y noto profundas palpitaciones en la cabeza. Sentia las piernas pesadas, y apenas podia despegar los hombros del suelo. Se incorporo hasta quedarse sentada y trato de orientarse en la densa oscuridad. Despues penso en gritar, pero no se atrevio, y en vez de ello respiro profundamente sin hacer ruido. Luego extendio las manos con cuidado ante si para notar si habia algo cerca. Pero no habia nada. Estuvo un buen rato sentada hasta que se atrevio a ponerse en pie, lentamente y alerta. En cuanto oyera el menor ruido iba a golpear en aquella direccion. Golpearia con todas sus fuerzas. Punetazos y patadas. Intuia que estaba sola, pero tal vez se equivocara.

Pasado un rato sintio que se le despejaba la cabeza, y despues llego el miedo, colandose con sigilo, como una infeccion. Su piel se calento, su corazon latio con mas fuerza y rapidez. Su mirada muerta vago por la negrura. Se veian y leian tantas cosas terribles…

Sobre mujeres que desaparecian.

Despues dio un paso a tientas con las manos extendidas ante ella. Podia haber un agujero en el suelo, un abismo dispuesto a destrozarla. Podia haber objetos afilados y cristal. Pero el pie encontro el suelo, y seguia sin haber nada delante. Despues se detuvo en seco y se quedo quieta.

Uffe, penso, y su mandibula inferior se estremecio. Estaba a bordo cuando ha ocurrido.

Pasaron quiza un par de horas hasta que trazo mentalmente un plano de la estancia. Debia de ser rectangular. Unos siete u ocho metros de largo y por lo menos cinco de ancho. Palpo las paredes frias, y en una de ellas, a la altura de la cabeza, encontro dos cristales que parecian dos enormes ojos de buey. Los golpeo fuerte con su zapato, apartandose al golpear. Pero el cristal no cedio. Despues percibio los bordes de algo que podria parecer una especie de puerta arqueada empotrada en la pared, pero despues de todo quiza no lo fuera, pues no tenia ninguna manilla. Despues se deslizo pared abajo esperando encontrar un pomo o tal vez un interruptor de la luz en alguna parte. Pero la pared estaba lisa y fria.

Despues rastreo la estancia sistematicamente. Desde la pared del fondo camino en linea recta hasta el otro extremo, giro, dio un paso lateral y volvio en linea recta, tras lo cual repitio el ejercicio. Cuando termino, comprobo que aparentemente solo ella y el aire seco ocupaban la estancia.

Tendre que esperar junto a eso que parece una puerta, penso. Se sentaria a los pies para que no pudieran verla por las ventanillas. Cuando entrara alguien, lo agarraria por las piernas y tiraria con energia. Intentaria patear su cabeza una y otra vez, con fuerza.

Sus musculos se tensaron y su piel se humedecio. Puede que solo tuviera una oportunidad.

Despues de estar sentada alli tanto tiempo que el cuerpo se le entumecio y los sentidos se le abotargaron, se levanto y avanzo hasta la esquina opuesta para ponerse en cuclillas y orinar. Tenia que recordar que era aquel rincon el que habia empleado. Un rincon de retrete. Otro en el que esperaba junto a la puerta. Y un rincon para dormir. El olor a orina se hizo mas intenso en la jaula esteril, claro que tampoco habia bebido nada desde que estuvo en la cafeteria del transbordador, y de eso podia hacer muchas horas. Naturalmente, podria ser que solo hubiera perdido el conocimiento un par de horas, pero tambien podian haber sido veinticuatro horas o mas. No tenia ni idea. Lo unico que sabia era que no tenia hambre, solo sed.

Se levanto, se subio los pantalones y trato de recordar.

Uffe y ella habian sido los ultimos en los servicios. Seguramente tambien habian sido los ultimos en abandonar la cubierta. Al menos los hombres de la ventana panoramica ya no estaban cuando pasaron por alli. Saludo con la cabeza a una camarera que salia de la cafeteria, y vio a un par de ninos manipulando el interruptor para abrir la puerta antes de desaparecer escaleras abajo. Nada mas. No noto que nadie se le acercara tanto. Solo penso que Uffe tendria que darse prisa en el servicio.

?Santo Dios, Uffe! ?Que habria sido de el? Se sentia muy desgraciado despues de haberle pegado. Y estaba muy triste por haber perdido la gorra de beisbol. Aun tenia las mejillas rojas cuando entro en el servicio. Ahora estaria deshecho.

Sono un che encima de ella, y se estremecio. Despues, palpando la pared, se dirigio rapidamente a la esquina de la puerta arqueada. Tenia que estar atenta si entraba alguien. Despues se oyo otro clic, y su corazon estuvo a punto de estallar. Solo cuando se puso en marcha el ventilador del techo comprendio que podia relajarse. El clic vendria de un rele o algo asi.

Se estiro hacia el aire templado que la revitalizaba. ?A que otra cosa podia aferrarse?

Y asi estuvo hasta que el ventilador volvio a pararse, dejandola con la sensacion de que aquel aire era tal vez su unico contacto con el mundo exterior. Cerro los ojos con fuerza y trato de distraer el llanto que pugnaba por salir.

Aunque la idea era terrible, tal vez fuera asi. Tal vez la habian abandonado alli para siempre. La tendrian escondida hasta que muriera. Y nadie sabia donde estaba, ni ella misma lo sabia. Podria estar en cualquier parte. A varias horas de coche del transbordador. En Dinamarca o en Alemania, en cualquier sitio. Puede que estuviera

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