– Era un pequeno surco que habia abierto en la gravilla sobre el gres de la terraza, y a cada lado del surco habia puesto unas ramitas, y entre ellas habia puesto un pequeno bloque de madera volcado.
– ?Si…?
– ?No comprende que estaba haciendo?
– Lo intento.
– La gravilla y las ramitas eran la carretera y los arboles. El bloque era el coche de sus padres. Uffe habia reconstruido el accidente.
Ahi va la pera.
– ?Si? ?Y no queria que usted lo viera?
– Lo rompio todo con un solo movimiento de la mano. Eso fue lo que me convencio.
– ?De que?
– De que Uffe recuerda.
Hubo un instante de silencio entre ellos. La radio del fondo sono de pronto como si alguien hubiera subido el volumen a tope.
– ?Se lo conto usted a Merete Lynggaard cuando volvio? -pregunto Carl.
– Si, pero ella creia que era una interpretacion exagerada. Que muchas veces jugaba solo con las cosas que tenia mas a mano. Que yo lo habia asustado y que por eso reacciono como lo hizo.
– Pero ?usted le dijo que la intuicion le decia que se habia sentido descubierto?
– Si, pero a ella le parecio que simplemente lo habia asustado.
– ?Y a usted no?
– Tambien se asusto, pero no fue solo por eso.
– O sea que Uffe ?entiende mas de lo que creemos?
– No lo se. Lo unico que se es que recuerda el accidente. Puede que sea lo unico que recuerda de verdad. No es nada seguro que recuerde nada de cuando su hermana desaparecio. Ni siquiera es seguro que recuerde a su hermana ya.
– ?No lo comprobaron cuando Merete desaparecio?
– No es tan facil con Uffe. Intente ayudar a la policia para acceder a Uffe cuando estuvo en prision preventiva. Queria que recordara lo que habia pasado en el transbordador. Colgamos de la pared imagenes de la cubierta del barco y colocamos sobre la mesa un par de diminutas figuras humanas y una maqueta del barco junto a una palangana con agua, para que jugase un poco. Yo lo observaba escondida junto a uno de los psicologos, pero no jugo con la maqueta del barco.
– ?No lo recordaba? ?A pesar de que solo habian pasado un par de dias?
– No lo se.
– Seria interesante que pudieramos encontrar un tunel de entrada a la memoria de Uffe. Cualquier nimiedad que pudiera ayudarme a comprender que paso en el transbordador, para poder seguir adelante.
– Si, lo entiendo.
– ?Le conto a la policia el incidente con el bloque de madera?
– Si, se lo conte a uno de la Brigada Movil. Un tal Borge Bak.
?Bak se llamaba realmente Borge? Bueno, eso explicaba muchas cosas.
– Lo conozco bien. No creo haberlo leido en sus informes. ?Como es posible?
– No lo se. Pero despues no volvimos a comentarlo. Posiblemente estara escrito en el informe que realizaron los psicologos y psiquiatras, pero no lo he leido.
– Supongo que estara en Egely, donde esta ingresado Uffe.
– Estara alli, pero no creo que anada gran cosa a su imagen. La mayoria pensaron, igual que yo, que lo que desencadeno la historia del bloque de madera pudo ser algo momentaneo. Que Uffe simplemente no recordaba nada, y que no avanzariamos en el caso de Merete Lynggaard si seguiamos esa pista.
– Y entonces lo pusieron en libertad.
– Asi es.
Capitulo 20
– Joder, no se que podemos hacer, Marcus -dijo el subinspector, mirandolo, como si acabara de oir que su casa habia ardido en un incendio.
– ?Y estas seguro de que los periodistas no prefieren hablar conmigo o con el jefe de Informacion? -pregunto el jefe de Homicidios.
– Han pedido expresamente entrevistar a Carl. Han hablado con Piv Vestergard y ella los ha remitido a el.
– ?Por que no has dicho que estaba enfermo, o de servicio, o que no queria? ?Cualquier cosa! No podemos arriesgarnos a que meta la pata. Los periodistas de la radio-television danesa no van a desistir.
– Lo se.
– Tenemos que hacer que se niegue, Lars.
– Para eso seguro que eres mejor que yo.
A los diez minutos Carl Morck estaba rezongando en el hueco de la puerta.
– ?Que…? -se intereso el jefe de Homicidios-. ?Haces progresos?
Carl se encogio de hombros.
– Bak no tiene ni idea del caso Lynggaard, para que lo sepas.
– No me digas. Parece extrano. ?Y tu si?
Carl entro en el despacho y se dejo caer en una silla.
– No esperes maravillas.
– O sea, que no tienes tanto que contar sobre el caso.
– Todavia no.
– Entonces, ?les digo a los de las noticias de television que es demasiado pronto para entrevistarte?
– No quiero que me entrevisten para las noticias.
Entonces Marcus sintio un grato alivio, que se expandio por su cuerpo, dando lugar a una sonrisa tal vez demasiado esplendida.
– Lo comprendo, Carl. Cuando estas en medio de una investigacion quieres que te dejen en paz. Los demas, que trabajamos en casos actuales, tenemos que hacerlo por consideracion al interes publico, pero los casos antiguos como el tuyo hay que dejar que se investiguen con paz y tranquilidad. Se lo hare saber, Carl. No pasa nada.
– ?Te encargaras de que me envien al sotano una copia de los papeles de la contratacion de Assad?
?Ahora iba a tener que hacer de secretario de sus subordinados?
– Por supuesto, Carl -le aseguro-. Se los pedire a Lars. ?Estas contento con el?
– Ya veremos. Pero de momento, si.
– Y supongo que no lo estas involucrando en la investigacion, ?verdad?
– Tranquilo, hombre -respondio Carl con una de sus raras sonrisas.
– O sea, ?que lo utilizas en la investigacion?
– Bueno, veras, en este momento Assad esta en Hornb?k, entregandole a Hardy unos papeles que ha fotocopiado. No tienes nada que objetar, ?verdad? Ya sabes que a veces Hardy nos supera a todos cuando se pone a pensar. Asi tendra algo que lo mantenga entretenido.
– No tenemos nada que objetar a eso -al menos es lo que esperaba-. ?Y Hardy?
Carl se encogio de hombros.
Si, era lo que habia esperado Marcus. Lamentable.
Ambos asintieron con la cabeza. La sesion habia terminado.
– Ah, si -anadio Carl cuando estaba en la puerta-. Ahora, cuanto te entrevisten para la tele en vez de a mi, no