bastante a Daniel Hale, aunque no es el.
Llegado a ese punto, puso una de las fotografias de Hale del folleto de Interlab junto a las otras.
– Y ahora te pregunto, Borge Bak: ?no crees que es bastante extrano que el maletin desapareciera entre Christiansborg y Stevns? Porque no lo encontrasteis, ?verdad? ?Y no te parece tambien extrano que Daniel Hale muriera al dia siguiente de la desaparicion de Lynggaard?
Bak se encogio de hombros. Por supuesto que lo pensaba, lo que pasa es que el idiota de el no queria admitirlo.
– Los maletines desaparecen -repuso-. Pudo dejarlo olvidado en alguna gasolinera, en cualquier sitio. Buscamos en su casa y en el coche del transbordador. Hicimos lo que pudimos.
– Oye, a proposito. Dices que lo olvido en una gasolinera, pero ?es posible? Por lo que veo en su extracto de cuentas, aquel dia no dio ningun rodeo para volver a casa. No hicisteis un trabajo muy concienzudo, ?verdad, Bak?
En aquel momento, el aludido parecia a punto de explotar.
– Te digo que buscamos a fondo ese maletin.
– Creo que tanto Bak como yo somos conscientes de que nos queda trabajo por hacer -medio el jefe.
Carl aparto la mirada de su jefe. No, por supuesto que Marcus Jacobsen no sugeria nada con aquella formulacion. Porque
– Vuelvo a preguntarte, Bak: ?estas seguro de que no nos dejamos nada? No incluiste a Hale en tu informe, y tampoco ponia nada acerca de las observaciones de Karen Mortensen sobre Uffe Lynggaard. ?Falta algo mas, Bak? ?Puedes decirmelo? Me hace falta apoyo, ?comprendes?
Bak se quedo mirando con atencion el suelo mientras se frotaba la nariz. Dentro de poco la otra mano alisaria el mechon de pelo que le cubria la calva. Podria haber saltado y montado un numerito por las insinuaciones y acusaciones, habria sido comprensible, pero en resumidas cuentas era un Investigador con mayuscula, y en aquel momento estaba en otro mundo.
El jefe dirigio a Carl una mirada que decia «tomatelo con calma», y este se callo. Estaba de acuerdo con el jefe de Homicidios. Habia que dar a Bak algo de tiempo.
Estuvieron asi un rato, hasta que Bak se toco otra vez el pelo con la mano.
– Las huellas de los frenos -dijo-. Me refiero a las huellas de los frenos en el accidente de Daniel Hale.
– ?Que pasa con ellas?
Bak levanto la vista.
– Como pone en el informe, no habia ninguna huella en la calzada, ni de un vehiculo ni del otro. Lo que digo: ni rastro de huellas. Hale se descuido e invadio la calzada contraria. ?Bum! -exclamo, dando una fuerte palmada-. Nadie acerto a reaccionar hasta que el choque fue una realidad, eso fue lo que supusimos.
– Si, lo pone en el atestado de Trafico. ?Por que lo mencionas?
– Porque casualmente pase por alli varias semanas despues y recorde lo ocurrido, asi que pare.
– Ya.
– Como estaba escrito, no habia ninguna huella de frenazos, pero no cabia duda de lo que habia ocurrido alli. Ni siquiera habian retirado el arbol tronchado y medio quemado, ni reparado la pared, y todavia se veian las huellas del otro coche en el descampado.
– ?Pero…? Habra un pero, ?verdad?
Bak asintio en silencio.
– Pero despues encontre unas huellas de frenazo veinticinco metros mas alla, camino de Tastrup. Estaban bastante borradas ya, y eran muy cortas, de medio metro o algo asi. Entonces pense: ?Y si esas huellas fueran del mismo accidente?
Carl trataba de seguirlo. Pero, para su irritacion, su jefe se le adelanto.
– ?Huellas de un frenazo para esquivar? -pregunto.
– Podrian serlo, si -convino Bak, asintiendo con la cabeza.
– ?Quieres decir que Hale estuvo a punto de chocar contra algo que no sabemos que era, pero que despues freno y dio un volantazo? -continuo Marcus.
– Si.
– Entonces la calzada contraria, ?no habria estado libre?
Marcus Jacobsen movio la cabeza arriba y abajo. Parecia posible.
Entonces Carl levanto el dedo.
– El informe dice que el choque se produjo en la calzada contraria. Creo que estas sugiriendo que no tuvo por que ser asi. ?Quieres decir que pudo ocurrir en medio de la carretera, y que alli quien venia en sentido contrario no pudo hacer nada? ?Es eso lo que dices?
Bak inspiro profundamente.
– Lo pense por un momento, pero despues lo olvide. Claro que ahora veo que podria ser una posibilidad. Que algo o alguien sale a la calzada, que Hale lo esquiva y que alguien que viene a toda velocidad en sentido contrario lo embiste aproximadamente en la mediana. Puede que de forma premeditada. Si, tal vez habria podido encontrar huellas de aceleracion en la calzada contraria si hubiera retrocedido cien metros. Puede que el que venia en sentido contrario acelerase para embestirlo perfectamente cuando Hale dio un volantazo en la parte central para evitar atropellar a alguien o algo.
– Y si se trataba de una persona que salio a la calzada, y si esa persona y quien embistio a Hale estaban confabuladas, ya no estamos ante un accidente: es un asesinato. Y en ese caso habria sospechas fundadas de que la desaparicion de Merete Lynggaard no es mas que un eslabon del mismo crimen -concluyo Marcus Jacobsen, anotando algo en su cuaderno.
– Si, tal vez -admitio Bak torciendo el gesto. No lo estaba pasando nada bien. Carl se levanto.
– No hubo testigos, o sea que no podemos saber mas. Estamos buscando al chofer del otro vehiculo.
Se volvio hacia Bak, que casi habia desaparecido en su funda de cuero.
– Tambien yo pensaba en algo como lo que has dicho, Bak, asi que has de saber que pese a todo has sido de ayuda. No olvides decirme si recuerdas algo mas, ?vale?
Bak asintio en silencio. Su mirada era grave. Aquello no tenia que ver con su prestigio personal, sino con un trabajo profesional que habia que terminar debidamente. Habia que reconocerselo al hombre.
Casi daban ganas de darle una palmada amistosa en el hombro.
– Traigo noticias buenas y noticias malas de Stevns, Carl -comenzo Assad. Carl suspiro.
– Me importa un huevo el orden, Assad. Desembucha.
Assad se sento en el borde de su escritorio. A ese paso, iba a sentarsele en el regazo.
– Vale, empieza con las malas -sugirio. Si tenia por norma introducir sus malas noticias con una sonrisa como aquella, iba a troncharse de risa cuando llegara a las buenas.
– El que embistio a Daniel Hale tambien ha muerto -declaro, expectante ante la reaccion de Carl-. Ha llamado Lis para decirlo. Lo tengo escrito aqui.
Senalo una serie de caracteres arabes que igualmente podian significar que pasado manana iba a nevar en Lofoten.
Carl no fue capaz de reaccionar. Aquello era tipico e irritante. Pues claro que el hombre habia muerto, ?que esperaba? ?Que estuviera vivito y coleando y les confesara de inmediato que se habia hecho pasar por Hale, que habia asesinado a Lynggaard y despues habia matado a Hale? ?Absurdo!
– Lis dice que era un paleto y un cafre. Dice que habia estado en la carcel varias veces por conduccion temeraria. ?Sabes que queria decir con paleto y cafre?
Carl asintio en silencio, cansado.
– Bien -dijo Assad, y siguio leyendo sus jeroglificos. En algun momento tendria que sugerirle que escribiera en danes. Despues continuo-. Vivia en Skaevinge, en el norte de Selandia. Lo encontraron muerto, o sea, en la cama, con vomito en los pulmones y una tasa de alcohol en la sangre de por lo menos diez gramos por litro. Tambien habia tomado pastillas.
– Vaya. ?Cuando ocurrio eso?
– Al poco del accidente. En el informe se sugiere que las cosas se le empezaron a torcer despues del