– ?Por la mugre de las unas!

– ?Olvidalo, Bryan! Ese no es nuestro mayor problema.

– Pero ?es que no piensas en lo que puede llegar a doler?

– ?No! Estoy pensando en lo que debemos tatuarnos.

La nitidez de la frase sorprendio a Bryan. En ningun momento se le habia ocurrido hacerse esa pregunta. ?Que iban a tatuarse?

– ?Que grupo sanguineo tienes tu. James? -pregunto.

– Grupo 0, Rh negativo, ?y tu?

– B, Rh positivo -contesto Bryan quedamente.

– Pues vaya mierda -dijo James cansinamente-. Pero estucha, si no nos tatuamos A+, en algun momento se daran cuenta de que algo anda mal, ?cono! Debe de ponerlo en el expediente, ?no?

– ?Y que pasara si nos hacen una transfusion con la sangre equivocada? ?Es peligrosisimo, joder!

– Supongo. -Esto ultimo lo dijo en voz muy baja-. Tu puedes hacer lo que te de la gana, Bryan, pero yo pienso tatuarme el A+

La fuerte presion que Bryan sentia en el abdomen lo confunda haciendo que mezclara los problemas. No iba a poder soportarlo por mucho tiempo.

– Tengo que mear -dijo.

– ?Pues mea! No tiene sentido aguantarse aqui,

– ?En la cama?

– ?Si, joder, Bryan, en la cama! ?Donde, si no?

Unos movimientos bruscos provenientes del vagon de detras los llevaron a cerrar los ojos de golpe y a quedarse inmoviles en h postura en que se hallaban. Bryan estaba incomodo, con un brazo debajo del cuerpo y el otro sobre la manta. Aunque habria querido, ahora le resultaba imposible orinar.

Los mecanismos de cierre decidian por si mismos.

Bryan creyo 'poder distinguir al menos a cuatro enfermeras teniendo en cuenta la entonacion y la calidez de las voces. Probablemente una pareja de enfermeras se encargaba de hacer una cama. Bryan no se atrevio a girar la cabeza.

Al fondo de la sala, uno de los equipos de enfermeras bajo el larguero de la cama del muerto. Seguramente se disponian a trasladar el cuerpo a otro lugar.

El equipo que tenia mas cerca parloteaba mientras trabajaba con eficacia.

Bryan consiguio entrever que al paciente que ocupaba la cama de delante le habian levantado la camisa por encima de la cabeza, de manera que ahora tenia las piernas y los genitales al descubierto. Estaban inclinadas sobre su cuerpo y movian las manos en circulos frotandolo sin parar, con el unico proposito de acabar cuanto antes.

Las enfermeras que se hallaban en el otro extremo del vagon ya habian conseguido envolver el cadaver en la sabana y se disponian a darle la vuelta. En el momento en que lograron depositarlo en el centro de la sabana, se oyo una voz que provenia del cuerpo, lo que hizo que las cuatro enfermeras cesaran en sus tareas. Una herida larga que se extendia desde el hombro hasta el occipucio habia empezado a sangrar. Sin prestarle ninguna atencion a la herida, la mas menuda de las mujeres se saco la insignia de enfermera del cuello del uniforme y punzo al hombre en el costado con la aguja. Si gimio, al menos Bryan no lo oyo. Fuera cual fuese su evaluacion a la hora de determinar si el hombre habia muerto o no, prosiguieron en el empeno de envolverlo en la sabana.

?No sabia como James y el conseguirian quedarse totalmente quietos para que nadie sospechara nada! Bryan observo los rostros impasibles de las enfermeras mientras trabajaban. ?Que pasaria si lo pinchaban con la aguja? ?Podria mantenerse inmovil? Bryan lo dudaba.

La sola idea lo hizo estremecerse.

Bryan se sobresalto cuando pasaron por alto a James y se dirigieron directamente hacia el. Unas manos presurosas le quitaron la manta de un tiron. Un solo tiron basto para darle la vuelta.

Eran mujeres jovenes. La verguenza se hizo desagradablemente presente cuando le separaron las piernas y empezaron a secarle alrededor del ano y por debajo de los testiculos con movimientos bruscos.

El agua estaba helada y el sobresalto a punto estuvo de provocarle un temblor localizado en los biceps femorales. Bryan infernaba concentrarse por todos los medios. Si conseguia que no sospecharan de el ahora, tendria mucho ganado. «Manten los brazos cerrados», penso mientras volvian a darle vuelta.

Una de las mujeres le separo las nalgas con un movimiento violento y luego golpeo la sabana entre sus piernas. Intercambiaron unas palabras. Tal vez se extranaran de que la sabana siguiera estando seca. Una de las enfermeras se inclino sobre el y al segundo siguiente Bryan noto el soplo de una bofetada. En esa fraccion de segundo logro registrar que lo golpearian y sabia que debia relajarse. El golpe cayo con fuerza sobre el pomulo y b ceja sin que Bryan se inmutara.

Entonces tambien podia esperar que lo pincharan con la aguja.

Dejo volar los pensamientos dejando atras la pesadilla de la realidad en aquel tren traqueteante y noto el pinchazo de la aguja en el costado.

Su cuerpo se congelo. Pero no movio ni un solo musculo.

Si volvian a hacerlo, resultaria mas dificil contenerse.

Entonces el tren empezo a dar tumbos. Un inmenso temblor recorrio el vagon y las camas empezaron a crujir. De pronto se oyo un golpe seco proveniente del fondo de la sala. Las dos mujeres que acababan de alcanzar la cama de James profirieron un grito al unisono y corrieron hasta el fondo del vagon. El cadaver se habia caido al suelo. Bryan bajo la mano hasta el lugar dolorido de la cadera donde lo habian pinchado con la aguja. En el lecho vecino estaba James con el camison tapandole la mitad del rostro. En medio de la oscuridad, entre los pliegues del camison, asomaba la cabeza de James, que lo miraba con los ojos muy abiertos y un rostro tan blanco como la cal.

Transidos de angustia, los labios de Bryan formaron unas palabras mudas de consuelo en un intento de comunicarle a James que no debia temer nada y que tenia que relajarse y cerrar los ojos. Sin embargo, su companero estaba muy lejos, hundido en la tension y el miedo.

Unas furtivas gotas de sudor poblaron su rostro y no tardaron en escurrirse libremente mejillas abajo.

Unos tirones repetidos precipitaron a las enfermeras hacia adelante haciendo que se les cayera de las manos el peso muerto que transportaban. Sus lamentos a gritos llevaron a las mujeres que se encontraban detras de Bryan a precipitarse en su ayuda. James se estremecio debajo de la manta cuando pasaron por su lado y empezo a jadear.

Dos fuertes sacudidas hicieron que temblara el vagon y Bryan se vio arrojado hasta el borde de la cama. James encogio las piernas y se agarro a la sabana convulsivamente.

En medio de los empellones constantes del tren, Bryan estrecho un brazo hacia James como queriendo tranquilizarlo, pero James no se daba cuenta de nada. Un grito aterrador se iba formando en lo mas profundo de su garganta. Antes de que pudiera dar rienda suelta al aullido, Bryan se incorporo en la cama y agarro la palangana de acero que se habian dejado las enfermeras al lado del cuerpo desnudo de James.

El agua se precipito contra la pared cuando Bryan golpeo a su companero en la sien con la palangana. Las enfermeras se incorporaron al oir el golpe, aunque solo vieron el cuerpo de Bryan, que pendia desde el borde de la cama. La palangana habia aterrizado en el suelo, apoyada contra la pared y boca abajo.

Segun Bryan pudo apreciar. James no desperto las sospechas de las enfermeras cuando lo lavaron. Acabaron su trabajo en medio de charloteos, mas preocupadas por intercambiar frases que por fijarse en la axila del paciente, que carecia del tatuaje habitual.

Cuando se fueron, Bryan estuvo contemplando a James durante un buen rato. El lobulo mutilado de la oreja y los morados que atravesaban su rostro hacian que su cabeza, normalmente armoniosa, pareciera torcida y anadian unos cuantos anos a su edad real.

Bryan suspiro.

Segun la imagen que habia quedado grabada en su memoria cuando saltaron al tren, debian de encontrarse en el quinto o el sexto vagon. A sus espaldas habia vagones hasta donde alcanzaban sus ojos. Si las circunstancias exigian que saltaran del tren a plena luz del dia, serian adelantados por, tal vez, cuarenta vagones. Era poco probable que lograran huir sin ser descubiertos. ?Y donde se refugiarian? ?A miles de millas de distancia

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