Bryan sentia como la realidad iba aduenandose de su cuerpo sin que fuera capaz de controlarla.

– No lo se, pero ellos si lo saben, y andan buscandonos. Aunque no nos han encontrado, ni lo haran.

– ?Y el enfermero?

– No lo se.

Sin mediar ni una palabra, James se puso en pie y agarro la canula que tenia clavada en el brazo izquierdo. Cerro los ojos, se la saco y dejo que las gotas nutrientes mezcladas con su sangre cayeran sobre la sabana. Bryan se incorporo apoyandose sobre el codo en un intento de seguir lo que se disponia a hacer su amigo. Un pequeno nudo en el tubo detuvo la fuga de liquido. James se arremango la camisa por encima del hombro, se limpio unas cuantas unas con la punta de la canula y se dispuso a introducir la mugre bajo la delgada piel del sobaco mediante unos pequenos pinchazos.

James volvia a tener mala cara. El color habia abandonado sus mejillas, y los labios habian adquirido un tono azulado. La aguja se introducia en la piel una y otra vez. pinchazo a pinchazo. Las gotas de sangre iban tinendo poco a poco el vello rubio de la axila de rojo. Se necesitaban muchos pinchazos para escribir A+.

– Espero que no se infecte -murmuro Bryan a la vez que se arrancaba la canula del brazo-, Pero si lo hace, prefiero asegurarme. ?Pienso tatuarme mi propio grupo sanguineo. James!

– Estas loco -protesto James que, sin embargo, no intento convencer a su amigo. Tenia mas que suficiente con su propio tatuaje.

Bryan penso que ya habia considerado los pros y los contras en profundidad. Estaba claro que representaba un cierto riesgo escribir B+ en lugar de A+, pero, por otro lado, los signos de los grupos sanguineos eran tan parecidos entre si que todo el mundo creeria que la persona encargada de su expediente se habia equivocado. En el caso de que a alguien se le ocurriese sacar el expediente para compararlo con el tatuaje, lo mas probable era que se sorprendiera y enmendara el error sin mas. Estaba seguro de ello.

De este modo podian meterle toda la sangre y demas porquerias que quisieran sin que corriera el riesgo de enfermar. Eso era, al fin y al cabo, lo mas importante. El hecho de que cabia la posibilidad de que, llegado el caso, ni siquiera se molestaran en mirar en su axila y optaran por atenerse a lo indicado en el expediente era algo que Bryan prefirio pasar por alto. Empezo a limpiarse las unas con la aguja.

El trabajo de tatuarse avanzaba muy lentamente. Fueron interrumpidos por unos crujidos provenientes del vagon de delante en dos ocasiones. La segunda vez, Bryan metio instintivamente la canula debajo de la sabana. Una sombra vacilante registrada por el rabillo del ojo hizo que cerrara los ojos. Un rumor que provenia de la cama de James revelo que habia entrado alguien mas en la estancia. A los primeros cabeceos del tren, Bryan dejo caer la cabeza hacia el lado de la cama de James. Desde esa posicion vislumbro al oficial vestido de negro.

Bryan noto como el asco que sentia se traducia en unos escalofrios que le hicieron olvidar el dolor en la axila. Estrujo la canula en la mano haciendola desaparecer totalmente, esperando que James hubiera sido tan precavido como el.

El oficial de seguridad de las SS se llevo las manos a la espalda y estuvo un largo rato contemplando el rostro del «inconsciente». Fuera se oian ruidos metalicos y voces. El oficial ni siquiera se tambaleo cuando una sacudida repentina recorrio el vagon.

Unas sacudidas posteriores fueron seguidas por un fuerte golpe y unos suaves cabeceos del vagon. Estaban maniobrando. Cuando los guardagujas terminaron su tarea, el oficial vestido de negro giro finalmente sobre sus talones y desaparecio.

Mas tarde, aquella misma noche, aparecio otro oficial que tambien se dirigio a la cama del vecino de James. Una vez alli, le ilumino la cara con una linterna. Al cabo de un rato, se puso tieso, profirio un grito ahogado y se precipito hacia el vagon trasero.

Unos instantes despues volvio con varias personas. Un hombre de bata blanca que no habian visto antes le rasgo el camison por el escote, dejando su pecho al descubierto.

Tras unos segundos de auscultacion retiro el estetoscopio y exploto en un ataque de rabia que desencadeno una confusion de eventos. Las enfermeras gesticulaban y retrocedian. El golpe de la puerta al cerrarse fue seguido por la aparicion del oficial de seguridad que con unas ordenes inmediatas intervino en el incidente y golpeo sin vacilar a la primera enfermera en la cara. Tras unos intercambios a gritos, el soldado que lo habia puesto todo en marcha se precipito a traves del vagon para, poco despues, volver seguido por un grupo de soldados. Mientras tanto, el paciente habia sido trasladado acompanado por enfermeros y vigilantes.

El ronroneo de un motor y unos largos y chirriantes frenazos se propagaron por debajo de la superestructura de la estacion de tren fundiendose con unas ordenes febriles que provenian del exterior. En el interior del vagon, los enfermos habian sido abandonados a su suerte.

– ?Que ha pasado? -pregunto Bryan.

James se llevo el indice a los labios.

– Se esta muriendo. Es Gruppenfuhrer, y el oficial de seguridad estaba furioso -contesto con una voz apenas perceptible.

– ? Gruppenfuhrer?

– ?Teniente general! -James sonrio y luego anadio-: ?Si, resulta extrano! Pensar que he tenido a un condenado general de las Waffen-SS a mi lado. Asi no es de extranar que el personal se haya quedado aturdido. ?Los errores se pagan en un lugar como este!

– ?Adonde se lo llevan ahora?

– Los agentes de seguridad lo conducen a Bayreuth. Hay un hospital alli.

Bryan volvio a humedecerse los dedos, froto cuidadosamente la sangre coagulada de la axila y se lamio los dedos. Era importante no dejar rastro de lo que habian hecho.

– ?Sabes lo que mas miedo me da, James?

Un hedor se extendio por el vagon desde la cama de James cuando este se dio la vuelta y se subio la manta hasta la nariz.

– ?No!

– ?Y si en realidad llevan a los enfermos a sus casas?

– Creo que asi es.

Bryan cerro los ojos ante la confirmacion de sus temores.

– ?Y por que lo crees? -pregunto, logrando contenerse.

– Cuando se llevaron al general oi la palabra «Heimatschutz». No se a que se refieren concretamente, pero si la traduces literalmente significa «proteccion de la tierra natal o patria» o algo parecido. Es a lo que vamos, por lo que pude entender. ?A la proteccion de la tierra natal!

– Pero ?entonces nos descubriran. James! -susurro Bryan.

– Tal vez. ?Supongo que si!

– ?Tenemos que salir de aqui! Ademas, esto es una locura. No sabemos que enfermedad tenemos, ni tampoco adonde nos dirigimos!

– ?Dejame tranquilo un ratito, Bryan! El rostro de James era casi inexpresivo.

– Antes dime una cosa, ?estas de acuerdo conmigo en que tenemos que irnos de aqui? ?Incluso esta misma noche, si el tren vuelve a ponerse en marcha?

El largo silencio que se produjo dio paso al ruido de los camiones, que lentamente se fue extinguiendo. Las voces llegaban desde las vias del tren. El paciente al otro lado de Bryan profirio un corto lamento y luego un profundo suspiro.

– Nos moriremos de frio -dijo James quedamente-, pero tienes razon.

Sin embargo, antes de que amaneciese, sus planes de fuga se desbarataron. Tres mujeres de civil subieron por la parte delantera del vagon y abrieron la puerta del anden delantero sin apenas hacer ruido, dejando entrar el aire helado. Fueron recibidas en medio del vagon hospital por los medicos que, resignados, les devolvieron su «Heil Hitler» para pasar rapidamente al asunto que les ocupaba. Las mujeres apenas decian nada y dejaban que los medicos se desahogaran. Luego, todo el equipo paso revista a las camas, amenizada esta por los comentarios dispersos de los medicos. Al llegar a la cama de Bryan se detuvieron y se susurraron algo ininteligible y, acto seguido, desaparecieron adentrandose en el siguiente vagon.

– Gestapo. Las mujeres son de la Gestapo -dijo James en cuanto se cerro la puerta del vagon-. Su deber es vigilarnos. ?Las veinticuatro horas del dia! Y las han amenazado con represalias si pasa cualquier cosa en este vagon. Hemos ido a caer entre gente de lo mas distinguida, Bryan. Somos importantes. ?Pero no se por que!

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