encontrar al asesino, habreis destrozado a tanta gente, habreis estrellado tantas existencias, tantas…

– Ahora te vas a tener que calmar, Inger Johanne. Sientate. Parto de la idea que deseas que te comprendamos. Asi que vas a tener que tomar las curvas con un poco mas de calma.

Ella se sento de mala gana. Se echo el pelo detras de las orejas, sin exito. Se volvia a caer todo el rato: el flequillo le habia crecido demasiado.

– Necesitas una copa -dijo Sigmund alzando la voz-. Eso es lo que necesitas.

– No, gracias.

– Vino es lo que hace falta -dijo Yngvar-. Yo, al menos, pienso servirme una copa.

Un coche paso traqueteando por la calle. Jack alzo la cabeza y se puso a grunir. Yngvar saco una botella del aparador del rincon, la sostuvo a un brazo de distancia y asintio satisfecho con la cabeza. Se sirvio a si mismo y a Inger Johanne.

– Estoy de acuerdo con la division que haces -dijo asintiendo-. El caso de Fiona Helle es un caso mas… normal, se podria decir, que los otros dos.

– Normal, normal -dijo Sigmund llenando su propio vaso hasta el borde-. Muy normal no es cortarle la lengua entre los morros de la gente.

Yngvar hizo caso omiso del comentario y del tono, tomo un trago, dejo la copa y cruzo los brazos sobre el pecho.

– Lo que no entiendo es la conexion que ves… -dijo.

Le sonrio amablemente a Inger Johanne, como si tuviera miedo de provocarla. Eso la provoco.

– Escucha -dijo ella, todavia hablando un poco mas alto de lo normal, un filo de miedo, emocion y enfado-. El primer caso desencadeno los otros dos. Es el unico modo de que todo se resuelva.

– Desencadeno -repitio Yngvar.

– ?Desencadeno? -pregunto Sigmund.

Sigmund parecia ahora mas alerta, aparto de si las copas.

– No consigo que encaje ninguna otra cosa -dijo Inger Johanne-. Tal y como lo veo, el primer asesinato tuvo lugar exactamente tal y como se nos muestra ahora. Fiona Helle machaco los suenos de Mats Bohus. El la mato y le corto la lengua, y la dividio en dos como simbolo de lo que sentia: que ella mentia sobre las cosas mas importantes de la vida. Se presentaba hacia fuera como la auxiliadora de los necesitados, la salvadora de los despojados. Cuando su propio hijo la necesito, se vio que todo era una fachada. Una formidable mentira, el tuvo que verlo asi.

Jack ladro. Al mismo tiempo, como si fuera por causa y efecto, se abrio la ventana de la cocina. La corriente fria apago las velas. Yngvar se levanto maldiciendo.

– A ver si cambiamos estas ventanas -dijo, y aporreo el marco contra el cerco antes de encender una cerilla para volver a prender las velas.

– Asi que tiene que haber alguien ahi fuera -dijo Inger Johanne como si nada hubiera pasado, mantenia la vista sobre un punto indeterminado de la pared-. Alguien que ha escuchado la conferencia de Warren sobre la proportional retribution. Y despues se ha propuesto copiarla. Y lo ha hecho.

Un angel paso por la habitacion.

El silencio se prolongo.

Las llamas de las velas seguian ondeando levemente con la corriente. Jack por fin se habia calmado. Sigmund respiraba con la boca abierta. Un agradable aroma a conac se extendia entre las tres personas en torno a la mesa de la cocina.

«Asi tiene que ser -penso Inger Johanne-. Alguien se dejo… inspirar. Alguien cogio la oportunidad, cuando se habia cometido un asesinato y cortado y envuelto una lengua. Habian movido la primera pieza. Mats Bohus fue un desencadenante casual e ajeno.»

Todos seguian en silencio.

«Nunca he oido hablar de algo asi -penso Yngvar-. Durante todos estos anos, con toda mi experiencia, con todo lo que he leido y estudiado, nunca he oido hablar de un caso como este. No puede ser correcto. Simplemente no puede ser verdad.»

El silencio se mantuvo.

«Es una mujer maravillosa -penso Sigmund-. Pero se le acaban de cruzar los cables del todo.»

– Esta bien -dijo finalmente Yngvar-. ?Y que movil podria haber para algo asi?

– Eso no lo se -dijo Inger Johanne.

– Prueba -dijo Sigmund.

– No conozco el movil.

– ?Que tipo de…?

– Tiene que ser mucho mas inteligente que la media. Muy por encima de la media en conocimientos. Tiene que…

Inger Johanne se acerco casi imperceptiblemente a la mesa, se acerco a los demas.

– Se trata de una persona que conoce muy bien el trabajo policial. Su investigacion, tanto tecnica como tactica. Los procedimientos y las rutinas. Por ahora no habeis encontrado una sola huella biologica de importancia. Nada. Apuesto a que tampoco vais a encontrar nada. Tacticamente estais completamente estancados. Es obvio que es un hombre sin… -Se quito las gafas con expresion ausente-. Un hombre sin empatia -dijo-. Una persona danada. Con una perturbacion de personalidad. Pero adaptada, probablemente. No tiene por que tener antecedentes. Y no puedo librarme de… -La mirada que le lanzo a Yngvar, poco clara e indagadora, estaba marcada por una incipiente desesperacion-. Tiene que ser policia -dijo desesperada-. O si me apuras alguien que… ?Como puede saberse tanto? Tiene que haber escuchado la conferencia de Warren, ?no? No puede ser una casualidad que elija la misma simbologia.

Mantuvo la respiracion. Despacio empezo a soltar el aire entre dientes apretados.

– La misma simbologia…

– Estamos buscando a una persona que tiene los crimenes por especialidad -dijo llanamente y sin tono en la voz-. Un banco de conocimientos eficiente y malogrado.

– Asi que al final no ha influido sobre otros para que maten -dijo Sigmund interrogativamente-. ?Hemos dejado atras esa teoria?

– Lo ha hecho el mismo. Sin ninguna duda. -Inger Johanne no soltaba la mirada de Yngvar-. No confia en nadie -continuo-. Desprecia al resto de las personas. Probablemente lleve una vida que para otros sea solitaria, pero sin estar completamente aislado. En realidad las personas no le interesan. Sus acciones son en si mismas tan grotescas, y la imitacion del simbolismo tan enferma que…

Paso la mano lentamente sobre la superficie del banco y bajo la vista.

– Dilo…

– Ni siquiera tiene por que tener nada en especial contra Vibeke Heinerback o Vegard Krogh -dijo.

– En lo que se refiere al ultimo -murmuro Yngvar-. El asesino tendria que ser el unico…, que no tenia nada contra el, quiero decir. Pero si todo esto fuera correcto, ?cual seria el movil? ?Que putos motivos podria tener alguien para…?

– ?Espera! -Inger Johanne agarro la mano de Yngvar y la estrujo-. El movil no tiene por que estar en perjudicar a Vibeke o a Vegard -dijo ella de nuevo, emocionada y con prisa, como para forzar a aparecer a un pensamiento que se le habia escapado-. Pueden haber sido elegidos por el simple motivo de que eran famosos. ?El asesino queria que los crimenes llamaran la atencion, como hizo el primero, el asesinato de Fiona Helle! Este caso tiene…

– Vegard Krogh no era famoso -la interrumpio Sigmund-. Yo, por ejemplo, no tenia ni idea de quien era hasta que lo mataron.

Inger Johanne solto la mano de Yngvar. Se puso las gafas sobre la nariz. Alzo la copa de vino y bebio.

– Tienes razon -dijo-. Tienes toda la razon. No entiendo bien como…

– En algunos circulos si era bastante conocido -dijo Yngvar-. Habia salido en la tele y…

– Sigmund tiene algo de razon -dijo Inger Johanne-. El que Vegard Krogh no fuera mas famoso es un punto debil de mi teoria. Por otro lado…

Se interrumpio a si misma con expresion pensativa, como si estuviera intentando agarrar algo que era demasiado debil y difuso como para compartirlo con los demas.

– Pero el movil -repitio Yngvar-. Si la intencion inicial no era danar a Vibeke o a Vegard, ?que intenciones

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