El anciano estaba seguro de lo que decia. Se hallaba en la cantina de la septima planta junto con Hanne Wilhelmsen y Hakon Sand.
Era un hombre guapo, delgado y muy alto para su generacion. Aunque el pelo era mas escaso de lo que fue en tiempos, aun conservaba el suficiente como para tener una imponente cabellera blanquecina, peinada hacia atras y cortada hacia poco. Tenia una cara poderosa y bien definida, con la nariz recta, de estilo nordico, y unas gafas que se balanceaban elegantemente sobre la punta. Iba bien vestido, con un jersey rojo oscuro y unos distinguidos pantalones azules. Las manos sujetaban la hoja de papel con firmeza y tenia una alianza atascada en el dedo anular derecho.
Gustav Lovstrand era policia retirado. Habia comenzado su vida laboral durante la guerra, en los servicios secretos del Ejercito, pero mas tarde habia apostado por una carrera en la Policia, mas orientada hacia el publico. Era un hombre de enorme aplomo, muy apreciado y respetado por sus companeros antes de que lo reclutara la Brigada de Informacion, donde termino su carrera como consejero. Habia experimentado la gran alegria y satisfaccion de ver a sus tres hijos trabajando en servicios relacionados con la Policia. Gustav Lovstrand cultivaba a su mujer y sus rosas, disfrutaba de la vida de jubilado y ayudaba a todo aquel que opinaba que el aun tenia algo que aportar.
– Es sencillo ver que se trata de un codigo de libro. Mirad -dijo, y dejo la hoja sobre la mesa y senalo la ristra de numeros-: 2-17-4, 2-19-3, 7-29-32, 9-14-3,12-2-29,13-11-29,16-11-2. Increiblemente banal -anadio con una sonrisa.
Los otros dos no entendian bien lo que queria decir, fue Hanne la que se atrevio a preguntar:
– ?Que es un codigo de libro? ?Y por que esta tan claro que lo es?
Lovstrand la miro durante un momento y despues senalo la primera fila de numeros.
– Tres digitos en cada grupo. Numero de pagina, de linea y de letra. Como veis, solo los primeros numeros de cada grupo tienen alguna conexion logica. O bien es el mismo numero que el anterior, o bien es mas alto: 2, 2, 7, 9, 12, 13, 16 y asi sucesivamente. El numero mas alto en segunda posicion es el 43, rara vez los libros tienen mas de cuarenta y pocas lineas en una pagina. Si se tiene el libro de que se trata, el enigma se resuelve de inmediato. -Anadio que el codigo no debia de estar hecho por profesionales, los codigos de libros eran faciles de reconocer-. Pero son increiblemente dificiles de descifrar. ?Hay que saber de que libro se trata! Si encima han acordado un codigo para saber de que libro se trata, has de tener mucha suerte para averiguarlo. Cuando me mandaste esta copia, me pase por una libreria. Me dieron una lista con mas de 1.200 libros cuyo titulo contiene las palabras «las alas». ?Nada menos! En realidad, estas palabras tambien podrian ser un codigo, asi que estariamos en las mismas. Sin el libro adecuado, no hay manera de resolver esto. -Plego la hoja y se la dio a Hanne, que parecia desanimada, porque no queria quedarse con el papel, aunque fuera una copia; sus muchos anos en los servicios secretos habian dejado su huella-. Pero con lo banal que es el codigo en si mismo, yo buscaria lo mas evidente. Buscad el libro en el entorno cercano. Tal vez tropeceis con el. Gran parte del trabajo policial de calidad es resultado de una mera casualidad. Buena suerte.
Los otros dos se quedaron sentados sin decir nada.
– Miralo positivamente, Hakon -dijo Hanne al final-.
Al menos sabemos que no andamos tan desencaminados. No creo que el abogado Olsen tuviera necesidad de escribir sus alegatos en codigo. Sin duda tiene que ser algo que intentaba ocultar.
– Pero ?que? -suspiro Hakon-. ?Repasamos otra vez lo que tenemos?
Les llevo un rato. Al cabo de una hora, los dos estaban de bastante mejor humor. Estaba claro que cabia la posibilidad de que encontraran el libro. Ademas, hacia poco, les habian confirmado que el abogado Olsen se habia reunido con su cliente el dia que tenian una cita, aunque la reunion no habia tenido lugar en el despacho y a ambos les sorprendia que se hubieran reunido en un sitio tan publico como Gamle Christiania.
– Podria ser la senal de que era una reunion en confianza -dijo Hakon lugubremente.
–
– ?Por que hablas tanto en ingles?
– Porque soy una apasionada de Estados Unidos. -La subinspectora sonrio algo avergonzada-. Se que es una mala costumbre.
Se bebieron el resto del cafe y se fueron.
Esa misma tarde, dos excursionistas charlaban sentados sobre un arbol caido en Nordmarka. El mayor se habia colocado una bolsa de plastico bajo el trasero para protegerse de la humedad. El otono estaba pasando por su epoca mas prototipica, en el aire habia diminutas gotas de llovizna, ademas de una suave neblina. No veian gran cosa, pero tampoco estaban ahi para disfrutar del paisaje. Uno de ellos lanzo una piedra a la relumbrante laguna del bosque y ambos mantuvieron silencio mientras las ondas se extendian bellamente siguiendo las leyes de la fisica, hasta que el agua estuvo de nuevo quieta.
– ?Va a reventar todo el tinglado?
Lo preguntaba el mas joven de los dos, un hombre de treinta y pocos anos. La voz tenia un aire de calma tensa. Estaba asustado, y se le notaba, aunque intentara parecer relajado.
– No, no va a reventar -lo tranquilizo el mayor-. El sistema esta construido con esclusas cerradas. Hemos podado una de las ramas. Una lastima, la verdad, porque era lucrativa. Pero era necesario. Hay demasiado en juego.
Lanzo otra piedra, esta vez con mas fuerza, como para subrayar lo que habia dicho.
– Pero sinceramente -se aventuro a decir el mas joven-, hasta ahora el sistema ha sido seguro, nunca hemos corrido riesgos y la Policia nunca se nos ha acercado. Dos asesinatos se toman mas en serio que lo que hemos estado haciendo hasta ahora. Con lo avaricioso que era Olsen, no entiendo por que no podiamos comprarle su parte. ?Mierda, me siento muy sudado!
El hombre mayor se levanto y se coloco ante el. Miro hacia ambos lados para asegurarse de que estaban solos. La niebla se habia espesado y no veian mas alla de veinte o treinta metros. No habia nadie dentro de ese radio.
– Ahora me vas a escuchar -le espeto-. Siempre hemos tenido claro que esto implicaba sus riesgos. Pero, aun asi, es necesario hacer unas pocas operaciones mas, para impedir que quede demasiado clara la relacion entre los dos asesinatos y la droga. Vamos a dejarlo mientras estemos en la cresta de la ola, pero eso exige que tu mantengas la cabeza fria y no tropieces durante los proximos dos o tres meses. Tu eres el que tiene los contactos. Pero tenemos un pequeno problema que nos puede quemar -anadio-. Han van der Kerch. ?Cuanto sabe?
– En principio nada. Conoce a Roger, el de los coches usados. Mas alla de eso no deberia saber gran cosa. Pero lleva un par de anos en el sistema, de algo debe de haberse enterado. Queda descartado que sepa algo de mi. Yo no he sido tan tonto como Hansa, que inicio a uno de los correos. Yo me he atenido a los codigos y los mensajes por escrito.
– Pero puede llegar a ser un problema -concluyo el mayor-. Tu problema. -Callo elocuentemente sin soltar la mirada de su companero mas joven mientras mantenia una postura amenazadora, con una pierna sobre el tronco del arbol y la otra plantada junto a los pies del otro-. Y ademas tienes que recordar una cosa. Nadie aparte de ti sabe nada sobre mi, ahora que Hansa se ha ido. Ninguno de los chicos que van ocupando la escala hacia abajo sabe de mi existencia, solo la conoces tu. Eso te hace muy vulnerable, amigo mio.
Era una amenaza sin ambages. El mas joven se levanto y coloco la cara a pocos centimetros del otro.
– Lo mismo te digo -dijo con frialdad.
Domingo, 11 de octubre
Hanne Wilhelmsen tenia la misma relacion con el cuerpo policial que la que, en sus momentos mas romanticos, se imaginaba que tenian los pescadores con el mar. Estaba indisolublemente ligada a la Policia y no se veia haciendo ninguna otra cosa. Cuando a los veinte anos eligio la Academia de Policia, rompio con las pesadas tradiciones academicas de la familia. Aquello supuso una rebelion en contra de sus padres, catedraticos, y de sus origenes, solidamente burgueses. La eleccion de su camino en la vida fue recibida con un apabullante silencio por parte de su familia, a excepcion de dos toses nerviosas de su madre durante una comida dominical.