manana. La policia estudiara todos los datos que puedan ser de interes. Hemos dispuesto unos numeros de telefono especiales a los que el publico puede llamar. Hablaran con una telefonista o con un contestador automatico. Aun cuando un hecho pueda parecer sin importancia para el testigo, quiza forme parte de un detalle importante. Por eso les rogamos a todas las personas que hayan visto algo extrano durante estas horas que nos llamen…
Guardo silencio. El polvo permanecia estatico en el aire. La sequedad le quemaba la garganta a Annika.
El reportero del
– ?Hay algun sospechoso? -pregunto autoritariamente.
Annika lo miro sorprendida. ?No habia entendido nada?
– No -respondio el portavoz amablemente-. Esa es la razon por la cual son tan importantes las pistas de la gente.
El reportero del
– ?Que pruebas tecnicas indican que el lugar del crimen y el lugar del hallazgo del cuerpo son el mismo? - inquirio Arne Pahlson.
– De momento no podemos decirlo -contesto el portavoz.
Los reporteros hicieron unas cuantas preguntas bastantes flojas, pero el portavoz no tenia nada mas que decir. Al final el reportero del Eko pregunto si le podia entrevistar aparte. La rueda de prensa concluyo. Habia durado apenas veinte minutos. Bertil Strand estaba apoyado contra una pared negra y blanca, al fondo del local.
– ?Esperamos a que el Eko termine y hablamos despues con el? -interrogo Annika.
– Lo mejor sera que nos separemos -respondio Berit-. Una de nosotras se queda y hace la entrevista y la otra comienza a buscar una fotografia de la chica.
Annika asintio, parecia razonable.
– Yo me dare una vuelta por la central de policia y le echare un vistazo al registro de pasaportes -dijo Berit-. Tu puedes quedarte y hablar con Gosta.
– ?Gosta?
– Asi se llama. ?Te quedas, Bertil? Luego cogere un taxi…
Despues del
Arne Pahlson se tomo su tiempo, tanto como el que habia durado la rueda de prensa. A las once menos cuarto todos se habian dado por vencidos menos Annika y Bertil Strand. El portavoz estaba cansado cuando la periodista se sento junto a el en una esquina de la sala vacia.
– ?Le parece desagradable? -pregunto Annika.
– ?Que quieres decir?
– Ustedes ven mucho horror. ?Como aguantan?
– No es para tanto. ?Tienes alguna pregunta?
Annika paso las hojas de su cuaderno.
– Yo vi a la muchacha arriba en el parque -dijo tranquilamente y como sin venir a cuento-. Estaba completamente desnuda, y no habia ropa a su alrededor. O subio al cementerio desnuda o su ropa esta en otra parte. ?La tienen ustedes?
Fijo la mirada en el portavoz, que parpadeo sorprendido.
– No, solo las bragas -respondio-. ?Pero no puedes escribir eso!
– ?Por que no?
– Afecta a la investigacion -contesto el portavoz rapidamente.
– ?Venga! -dijo Annika-. ?A que afecta?
El hombre recapacito un momento.
– Bueno -dijo-. Si, puedes utilizarlo, en realidad no tiene importancia.
– ?Donde encontraron las bragas? ?Como eran? ?Como saben que eran suyas?
– Colgaban de un arbusto junto al cadaver, son de poliester rosa. Han sido identificadas.
– Justo -indico Annika-. Ha sido muy facil identificar a la ultima. ?Como lo hicieron?
El portavoz suspiro.
– Bueno -respondio-. Como ya he dicho, la identifico la persona con la que compartia piso.
– Hombre o mujer.
– Una mujer joven, como ella.
– ?Habia notificado alguien la desaparicion de Josefin?
El portavoz asintio.
– Si, esta misma companera.
– ?Cuando?
– No regreso a casa por la noche y, al no aparecer tampoco por el trabajo, telefoneo a la policia, a las seis y media.
– ?Asi que las chicas vivian y trabajaban juntas?
– Eso parece.
Annika anoto y penso durante unos segundos.
– ?Y el resto de la ropa? -indago.
– No la hemos encontrado. No se encontraba en un radio de cinco manzanas alrededor del lugar del asesinato. Desgraciadamente, las papeleras de Fridhemsplan se vaciaron por la manana, tenemos agentes buscando en el basurero.
– ?Como iba vestida?
El portavoz se metio la mano en el bolsillo derecho del uniforme y saco una pequena libreta.
– Traje negro corto -leyo-, zapatillas de deporte blancas y una chaqueta vaquera. Seguramente un bolso de la marca Roco-Baroco.
– ?No tienen una fotografia de la chica? ?Quiza con gorra de bachiller? -inquirio Annika.
El portavoz se atuso el cabello.
– Es importante que la gente sepa como era -dijo el-. ?La necesitas esta noche?
Annika asintio.
– ?Con gorra de bachiller? Vere lo que puedo hacer -respondio-. ?Algo mas?
Ella se mordio el labio.
– Algo habia mordisqueado su cuerpo -dijo ella-. Una mano.
El portavoz de prensa la miro sorprendido.
– Sabes mas que yo -replico.
Annika dejo el cuaderno sobre sus rodillas.
– ?Quien ha sido? -pregunto en voz baja.
Gosta se encogio de hombros.
– No lo sabemos -respondio-. Solo sabemos que esta muerta.
– ?Que clase de vida llevaba? ?En que restaurante trabajaba? ?Tenia novio?
El portavoz se guardo la libreta de nuevo en el bolsillo.
– Intentare conseguirte la fotografia -anuncio, y se levanto.
Berit estaba enfrascada en la escritura cuando Annika y Bertil Strand regresaron a la redaccion.
– Era una verdadera preciosidad -dijo Berit y senalo hacia Foto-Pelle.
Annika se encamino directamente hacia la mesa de fotografia y miro la pequena polaroid en blanco y negro del registro de pasaportes. Hanna Josefin Liljeberg sonreia a la camara. La mirada era resplandeciente y su gesto tan encantador como solo una quinceanera que se sabe bonita puede esbozar.
– Diecinueve anos -dijo Annika y sintio una punzada en el pecho.
– Seria mejor si consiguieramos una foto de verdad -senalo Pelle Oscarsson-. Esta quedara bastante borrosa y gris si la ampliamos a una columna.
– Creo que la conseguiremos -contesto Annika mandando una suplica silenciosa a Gosta, y se fue a ver a Berit.
– ?Conoces el Dafa? -inquirio Berit.