– Espartana -relato-. No estaba amueblada. Los colchones puestos directamente en el suelo. Como si no se hubiera mudado de verdad.
– ?Como consiguio un apartamento en Dalagatan?
– Mama Barbro lo compro en el mercado negro. El telefono esta a nombre de la madre.
Anne Snapphane se recosto en el respaldo de la silla.
– ?Por que la mataron?
Annika se encogio de hombros.
– No lo se.
– ?Que dice la poli?
– Aun no les he llamado.
Cada una se compro su Loka y regresaron a la redaccion. Spiken hablaba por telefono, no habia nadie mas.
– ?Que haces hoy? -pregunto Annika.
– Hay otros pequenos incendios forestales por todo el reino. Yo los apago, personalmente.
Annika se rio.
Encendio su ordenador e introdujo un disquete. Escribio rapidamente las anotaciones de su conversacion con Patricia, las archivo y borro el documento del ordenador, despues guardo el disquete en el cajon inferior de su mesa.
Entonces sono el telefono de Annika, la senal indicaba que era una llamada interna.
– Tienes visita -anuncio Tore Brand.
– ?Quien es? -pregunto Annika.
Tore Brand desaparecio del auricular y ella le oia refunfunar a lo lejos.
– ?Oiga, espere! No puede entrar asi…
Pasos que regresaban al telefono.
– Oye, ya sube. No creo que haya ningun problema. Es un hombre.
La irritacion de Annika crecio. Tore Brand estaba alli para impedir estas cosas. ?Viejo de mierda!
– ?Que queria?
– Queria discutir contigo algo del periodico de hoy. Tenemos que ser abiertos con los lectores -dijo Tore Brand.
En ese mismo instante Annika diviso al hombre con el rabillo del ojo. Venia corriendo hacia ella, sus ojos brillaban. Annika acabo la conversacion. Siguio al hombre con la mirada, todo el camino a lo largo de la redaccion hasta el borde de su mesa.
– ?Tu eres Annika Bengtzon? -pregunto sofocado.
Annika asintio.
El hombre tomo fuerza y dejo caer desde arriba un ejemplar del Kvallspressen del dia sobre la mesa de Annika.
– ?Por que no llamaste? -espeto, la voz se rompio a causa de un espasmo que le llego desde el diafragma.
Annika miro al hombre de hito en hito, no tenia ni idea de quien era.
– ?Por que no nos contaste lo que ibas a escribir? Su madre no sabia que habia muerto de esa manera. Ni que algo la habia mordisqueado, ?Dios mio!
El hombre volvio la cabeza y se sento sobre su mesa, se llevo las manos al rostro y lloro. Annika cogio el periodico que habia tirado delante de ella. Era el articulo que hablaba de como se encontraba Josefin cuando la hallaron, su grito sin palabras y el pecho amoratado, la fotografia de la pierna desnuda entre el verdor. Annika cerro los ojos y se paso la mano por el pelo.
No puede ser cierto, penso. Dios mio, ?que he hecho? Sintio que la verguenza crecia como una marea calida sobre su rostro, la banaba con olas calientes, el suelo comenzaba a moverse. ?Dios mio!, ?que habia hecho?
– Lo siento -dijo ella-. Yo no queria molestarles…
– ?Molestarnos? -grito el hombre-. ?Crees que uno esta menos molesto de esta manera? ?Pensabas que no veriamos la mierda que escribiste? ?Esperabas que nosotros tambien nos muriesemos y nunca vieramos esto? ?Eh?
Annika estaba a punto de romper a llorar. El hombre agresivo tenia la nariz completamente colorada, la boca repleta de saliva. Ahora la gente a su alrededor se percataba de lo que ocurria. Spiken se habia vuelto hacia ella. Foto-Pelle alargo el cuello e intento escrutar.
– Lo siento muchisimo -dijo ella.
De pronto, aparecio Berit como por arte de magia. Sin pronunciar una palabra le paso al hombre un brazo por encima del hombro y se lo llevo a la cafeteria. El la siguio sin protestar, temblando de llanto.
Annika cogio su bolso y se apresuro a ir hacia la salida trasera. Respiraba atropelladamente y tuvo que esforzarse para caminar con normalidad.
– ?Adonde vas, Bengtzon? -grito Spiken.
– A la calle -respondio con un grito agudo.
Corrio hacia la puerta. Bajo dos pisos y se sento en el suelo del rellano cerca del archivo.
Soy una persona ruin, penso. Nunca podre superar esto.
Permanecio sentada un tiempo, luego abandono el edificio por la entrada de la imprenta y se fue a comprar un helado.
Camino lentamente hacia el lago junto a Mariebergspark. Escucho el alboroto de los ninos al otro lado de la playa de Smedsudd. Se sento en un banco y se tomo el helado, tiro el envoltorio del cono en una papelera rebosante junto al sendero.
Asi es la vida, penso. Una oye sonidos, siente el aire y el calor, fracasa y se averguenza. En esto consiste vivir. Vivir y aprender.
No volvere a dudar cuando tenga que realizar una llamada o ponerme en contacto con alguien. Nunca mas me avergonzare de mi trabajo o de mis palabras.
Continuo lentamente por la ribera hacia la playa. A continuacion camino cuesta arriba, a lo largo de Fyrverkarbacken, y regreso al periodico.
– Tienes que avisar cuando salgas -dijo Tore Brand con tono enfadado en la recepcion.
Ella no tuvo fuerzas para responder, subio en el ascensor y rezo una silenciosa oracion deseando que el pastor enfurecido hubiera desaparecido. Asi fue. Observo que los demas tambien. Spiken y Jansson estaban en una reunion, los maquetadores aun no habian llegado, Berit habia salido a alguna parte.
Se sento pesadamente en su silla. Hoy no habia conseguido hacer nada que valiera la pena. Lo unico que le quedaba pendiente era llamar a la policia.
El portavoz de prensa dijo que la investigacion proseguia. La brigada criminal no respondia.
En el centro coordinador de emergencias no habia sucedido en todo el dia nada que tuviera que ver con el asesinato.
Dudo, pero a pesar de todo se decidio a llamar al jefe de la investigacion. No importaba si se enfadaba.
Fue Q quien le respondio en el numero de urgencias de la criminal. El pulso se le acelero.
– Hola, soy Annika Bengtzon del periodico…
– Lo se.
Ligero suspiro.
– ?Nunca paras de trabajar? -pregunto ella.
– Al parecer tu tampoco.
El tono era frio y cortante.
– Tengo un par de preguntas…
– Si hablara con todos los periodistas, no tendria tiempo para resolver ningun asesinato. Enfadado, irritado.
– No hace falta que hables con todos, vale con que hables conmigo.
Parecia cansado.
Annika penso en silencio durante algunos segundos.
– Estamos perdiendo el tiempo -dijo-. Seria mucho mejor si respondieras a mis preguntas.
– Lo mejor seria colgar.