– Berit ha recibido un soplo buenisimo sobre otro asunto -informo el jefe de noticias-. Hoy tu te encargaras de cubrir el asesinato junto a Carl Wennergren.
Annika dejo caer el bolso al suelo y se seco el sudor de la frente.
– Cada dia hace mas calor -dijo.
– Carl viene de Nynashamn -anuncio Spiken-. ?Te has enterado de que ha ganado la vuelta a Gotland?
Annika se sento y encendio el ordenador.
– No, pero me alegro.
Spiken se sento a su mesa y abrio el Konkurrenten.
– Hoy hemos ganado -senalo el-. No tienen a los padres ni la informacion sobre la ropa encontrada. Ayer tu y Berit hicisteis un buen trabajo.
Annika bajo la cabeza.
– ?Que haremos hoy? -pregunto ella.
– Hoy no tendremos cartelera -anuncio Spiken-. Las ventas siempre bajan el tercer dia. Ademas tendria que ser algo realmente grande que superara la historia de Berit. Debeis intentar sacarle una teoria a la policia, a estas alturas deberian tener una. ?Sabes si se traen algo entre manos?
Annika dudo, penso en Joachim y recordo la aversion de Spiken por las «peleas familiares».
– Quiza -contesto simplemente.
– Si la policia no encuentra una pista, la historia pronto perdera fuerza -continuo Spiken-. Debemos vigilar el lugar del crimen, hoy puede que aparezcan sus amigos llorando y cosas por el estilo.
– ?Y un grafico con un plano de sus ultimas horas? -sugirio Annika.
Spiken se ilumino.
– ?Cono! Tienes razon, eso no lo hemos hecho. Prepara el material y habla con los dibujantes.
Annika anoto.
– ?Algo mas? -pregunto ella.
– Vamos a tener un nuevo director, el presentador de un programa social de Sveriges Television.
Annika no lo conocia, solo lo habia visto en la tele. Era alto y rubio, en principio a ella le resultaba tosco y antipatico.
– ?Que te parece? -pregunto ella cuidadosamente.
– Que esto va a estar jodidamente revuelto -respondio el-. ?Como cono puede un famoso de la tele creerse que va a venir aqui a ensenarnos a hacer nuestro trabajo?
Con eso expreso lo que parecia ser la opinion generalizada de la redaccion. Annika cambio de tema.
– ?Hoy Anne Snapphane hace algo especial o puede trabajar con nosotros en el asesinato?
Spiken se puso de pie.
– La senorita Snapphane tiene de nuevo un tumor cerebral y se esta practicando de nuevo unas jodidas resonancias magneticas. ?Pero, Carl, joder, felicidades!
Carl Wennergren entro paseando por la redaccion con una copa en la mano. Spiken se acerco a el en dos zancadas, le palmeo la espalda. Annika permanecio sentada a su mesa, muda y conmocionada. ?Dios mio, Anne, un tumor cerebral!
Le temblaban las manos cuando cogio el auricular y marco el numero. Anne Snapphane respondio despues de la primera senal.
– ?Como cono estas? -pregunto Annika con el llanto en la voz.
– Estoy muy preocupada -contesto Anne Snapphane-. Me siento mareada y sin fuerzas. Si cierro los ojos veo lucecitas.
– Spiken me lo ha dicho. ?Dios mio! ?Por que no me lo has contado?
Anne perdio el hilo.
– ?Que?
– ?Que tienes un tumor cerebral!
Anne Snapphane parecia confundida.
– Pero si nunca he tenido un tumor cerebral. Me he hecho cantidad de revisiones y nunca me han encontrado nada raro.
Annika no comprendia nada.
– Pero Spiken dijo… ?No tienes cancer de cerebro?
– Mira, lo que pasa -explico Anne Snapphane- es que me imagino que tengo enfermedades. Soy consciente de ello, pero aun asi, un par de veces al ano me siento morir. El invierno pasado consegui que me hicieran una resonancia magnetica en el Karolinska. A Spiken esto le parecio muy divertido.
Annika se recosto en la silla.
– ?Eres una hipocondriaca, cabrona! -espeto Annika.
Anne Snapphane solto una risita amarga.
– Si, asi lo llaman. Asi que he conseguido hora en el ambulatorio a las 15.30, una nunca puede estar segura…
– ?Que vas a hacer en tus dias libres?
– Si no me internan subire a Pitea con los gatos. Cogere el tren nocturno.
Finalizaron la conversacion y Annika se sumio en la meditacion sobre sus propios dias libres. Esa era la ultima jornada despues de cinco dias de trabajo, ahora tendria cuatro dias libres. Iria a Halleforsnas, estaria con Sven y visitaria a
Miro hacia la redaccion. Como era lunes habia un gran bullicio de gente por todas partes. Esto la hizo sentir torpe e insegura. No conocia los nombres de ni la mitad de ellos. La calida sensacion de pertenecer al equipo de la que disfruto el fin de semana habia desaparecido. Al parecer dependia de los tubos fluorescentes apagados, de las pantallas brillando en la oscuridad, de pasillos vacios y el tranquilo zumbido del aire acondicionado. Durante el dia el lugar de trabajo era completamente diferente, invadido de luz y ruido y de personas con muecas engreidas. Como aun no lo controlaba, Annika no encontraba su sitio.
– Aqui han pasado muchas cosas mientras he estado fuera -dijo Carl Wennergren y se sento familiarmente en la mesa de Annika, que tiro demostrativamente de unos papeles que sobresalian bajo el trasero del hombre.
– Una historia muy tragica -respondio Annika.
Carl Wennergren coloco la copa sobre los papeles.
– Es el premio de una excursion -dijo el-. Bonito, ?verdad?
– Mucho -contesto Annika.
– El dueno del barco recibe la copa, a los otros les dan una especie de jodido diploma. Clase IOR, primera. Los grandes barcos, ese es mi terreno.
– Hay muchas clases, ?verdad? -pregunto Annika e hizo clic en TT.
Carl Wennergren la observo en silencio durante algunos segundos.
– A ti no te interesan mucho los deportes nauticos, ?verdad? -respondio el.
– Claro que si -dijo Annika-. Suelo tomar prestada la barca de mi abuela y remo por el Hosjon. Puede ser bonito de cojones.
Levanto la mirada cuando el se levanto y se marcho, intento no pensar en el ni en el resto de la redaccion. Se estiro para coger el Konkurrenten. No tenian nada que aportar a la historia del asesinato. Observo que habian ampliado la nota del lugar del crimen, «Te echamos de menos». Annika cabeceo, paso las hojas y se engancho rapidamente a un articulo sobre las relaciones de pareja despues de las vacaciones. El numero de divorcios aumentaba dramaticamente durante el otono, leyo, ya que las esperanzas que habian mantenido el matrimonio vivo durante el invierno se habian traqueteado en la caravana. Penso en si misma y en su propia relacion y suspiro.
– ?Y esa melancolia? ?Nos tomamos un cafe rapido?
Berit le sonrio animadamente, Annika respondio con recelo.
– He oido que te han dado un supersoplo -dijo Annika y pesco el monedero del bolso.
– Si, es cierto -respondio Berit-. ?Has oido hablar del asunto IB?
– Mas o menos -reconocio-. Jan Guillou y Peter Brat revelaron en los anos setenta que el gobierno realizo un registro ilegal de opinion.