– La prensa vespertina pasa de lo que diga un programa de P3.

Sven se acerco a ella y la volvio a abrazar.

– Me da igual lo que digan de ti -susurro el-. Para mi tu siempre seras la mejor, a pesar de que todos los demas piensen que no vales nada.

Se puso unos vaqueros que le quedaban demasiado grandes y un viejo jersey.

Sven cabeceo descontento.

– ?Siempre tienes que vestir tan descuidada? -pregunto el-. ?No tienes ningun traje?

Ella cerro la puerta del armario.

– ?Cuanto tardaran las pizzas?

– Hablo en serio -contesto el-. Ponte otra cosa.

Annika se detuvo, respiro.

– Venga -rogo ella-. Tengo hambre.

Dieciocho anos, diez meses y seis dias

Anoro lo sencillo, lo brillante. Cuando el dia flotaba entre las sombras de la noche como un espiritu: puro, claro, de suave fragancia. El tiempo, un agujero ingravido. La embriaguez, el primer contacto, el viento, la luz, el sentimiento total de perfeccion. Desearia mas que nada en el mundo recuperar ese instante.

Su oscuridad oculta el horizonte. No es sencillo navegar en la oscuridad. El circulo es redondo y malvado. Yo origino la oscuridad que el lleva en su interior y que oculta nuestro amor entre la niebla. Mis pasos son inseguros, tropiezo en nuestro sendero. Su paciencia decae.

Yo pago el precio.

Pero en el mundo no hay nada

mas importante

que nuestra relacion.

Lunes, 6 de agosto

El agua del cafe estaba hirviendo, la vertio sobre el filtro, se derramo y se quemo.

– ?Joder! -exclamo, los ojos se le llenaron de lagrimas.

– ?Te has hecho dano?

Patricia estaba en la puerta del cuarto de servicio, en bragas y camiseta, el pelo revuelto, adormecida. Annika sintio inmediatamente un ataque de mala conciencia.

– Oh, lo siento, no queria despertarte, lo siento mucho…

– ?Ha pasado algo?

Annika se volvio y vertio el resto del agua.

– Mi trabajo pende de un puto hilo -repuso-. ?Quieres un cafe o vas a seguir durmiendo?

Patricia se restrego los ojos.

– Esta noche no trabajo -contesto-. Tomare una taza.

Se puso unos shorts y desaparecio por la escalera hacia el retrete. Annika se apresuro a sonarse y a secarse los ojos. Saco unas cuantas rebanadas de pan del congelador y las introdujo en la tostadora, puso en la mesa queso, mermelada y Bregott. Oyo a Patricia regresar y cerrar la puerta.

– Pero ?que te ha pasado?

Patricia miro fijamente la pierna de Annika, esta tambien se fijo.

– El jueves me persiguio una turba -contesto-. Estuvieron a punto de quemarnos el coche cuando nos marchabamos.

Patricia la miro de hito en hito.

– ?Dios mio! ?Parece una pelicula de James Bond!

Annika rio, la tostadora de pan hizo clic y lanzo las rebanadas haciendo un arco por el aire. Cada una cogio la suya, Patricia se rio.

Se sentaron a la mesa de la cocina y prepararon el desayuno, Annika echo de menos el periodico matutino. Miro por la ventana, la lluvia rebotaba contra la chapa de los tejados.

– ?Que tal en el campo? -pregunto Patricia.

Annika suspiro.

– Como era de esperar con este tiempo. El viernes dormi en casa de Sven, mi novio, luego fui a casa de mi abuela, que esta en una parcela que pertenece a Harpsund. Puede alquilarla siempre que quiera, porque trabajo alli de ama de llaves durante treinta y siete anos.

– ?Que es Harpsund? -pregunto Patricia.

Annika sirvio el cafe.

– Es una propiedad que hay entre Flen y Halleforsnas -explico-. Un viejo llamado Hjalmar Wicander se la regalo al Estado al morir en 1952. La unica condicion fue que el primer ministro la utilizara como residencia de recreo y representacion.

– ?Que es una residencia… de recreo?

– Una casa de verano con salon de fiestas -contesto Annika y sonrio-. Harpsund ha sido muy popular entre nuestros primeros ministros, el que parece mas encantado de todos es nuestro primer ministro actual. Es de Sormland y tiene parientes por ahi. Me lo encontre paseando una noche de midsommar hace unos anos.

Patricia abrio los ojos de par en par.

– ?Has estado alli?

– Solia acompanar a mi abuela cuando era pequena.

Comieron en silencio.

– ?Trabajas hoy? -pregunto Patricia.

Annika asintio.

– Tu tienes un trabajo muy pesado, ?verdad? -dijo Patricia-. Y peligroso, si es que intentan quemarte.

Annika esbozo una sonrisa.

– Tambien le prendieron fuego a tu trabajo.

– Pero no fue nada personal -repuso Patricia.

Annika suspiro.

– Sin embargo, me gustaria continuar trabajando aqui.

– ?Por que tienes que dejarlo?

– Mi beca finaliza la semana que viene. Solo uno o dos becarios pueden continuar durante el otono.

– ?Y no puedes ser tu? Tu has escrito mucho.

Annika titubeo.

– Manana tienen una reunion con el sindicato, entonces sabremos quien se queda. ?Que vas a hacer hoy?

La mirada de Patricia se ensimismo y se perdio a traves de la lluvia.

– Pensare en Josefin -respondio-. Hablare con los espiritus y la buscare en el mas alla. Cuando entre en contacto con ella le preguntare quien lo hizo.

Anne Snapphane estaba sentada a su mesa cuando Annika llego a la redaccion.

– Asi que aun vives -constato Annika.

– Apenas -repuso su colega-. El fin de semana ha sido una mierda. Los jefes han estado completamente atontados. Lo que el jefe de la mesa de redaccion preparaba durante el dia, el jefe nocturno lo tiraba a la basura por la noche. He escrito cinco articulos que han sido anulados.

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