sindicato tiene una vision mas humana del periodismo, lucharan por mi.
– ?Lo ves? -dijo Patricia, y esta vez Annika le devolvio la sonrisa.
La lluvia habia cesado. Sin embargo, el primer aliento lleno sus pulmones de humedad. La niebla era tan espesa que apenas podia vislumbrar su coche alquilado.
Salto a la crujiente gravilla y dejo que la puerta golpeara al cerrarse. El sonido quedo envuelto como entre algodones, paso la mano como para apartar la niebla.
Bordeo la casa y llego a la parte trasera, nadie podia imaginar que el lago con sus populares barcas reposaba a unos cientos de metros. Habia intuido que la niebla se suavizaria hacia el mediodia, si queria tomar el aire debia ser ahora.
Un coche paso por la carretera, no pudo verlo.
Es el escondite perfecto, penso.
Se sento en un banco, la humedad traspaso inmediatamente sus pantalones. No se preocupo.
Al tomar un aliento profundo y turbio, una sensacion de fracaso quemo sus pulmones. La vista sobre el lago era tan poco nitida como su futuro. El primer ministro no habia estado abierto a ninguna discusion sobre cual seria su nueva ocupacion. Ahora mismo toda su energia se dirigia a salvar la campana electoral. Nada podia ponerla en peligro. El primer ministro se desharia hoy de el, lo ejecutaria en publico, encontraria algun pretexto para su renuncia y se arrastraria delante de los periodistas. Las amebas, como el los llamaba, tenian poder sobre la campana electoral, y esta hoy por hoy era lo mas importante.
Ademas de la verdad, penso.
Aquella certidumbre sobre su futuro tuvo el mismo efecto como si el sol, de pronto, traspasara las nubes y la niebla desapareciera inmediatamente.
?Tan sencillo!
De pronto rio en alto.
Joder, podria elegir lo que quisiera.
Si nadie los descubria.
La risa paro de golpe, tragada y ahogada por la niebla.
– Ha dimitido -grito Anne Snapphane-. Acabamos de recibir el flash por TT.
Annika dejo caer el bolso en el suelo.
– «El primer ministro ha anunciado la dimision del ministro de Comercio Exterior en una rueda de prensa celebrada en Rosenbad -leyo en la pantalla-. El primer ministro lamenta la decision de Christer Lundgren, pero comprende sus motivos».
– ?Y estos eran? -pregunto Annika y encendio su ordenador.
– Razones familiares -contesto Anne Snapphane.
– Esto huele mal -repuso Annika.
– ?Venga ya! -exclamo Anne-. Ves fantasmas a plena luz del dia.
– ?Y cual es la alternativa? ?Que sea el asesino?
– Ahora mismo casi todo apunta en esa direccion -dijo Anne Snapphane.
Annika no contesto. Hojeo los teletipos de TT. Ya estaban en «dimision ministro 5». No se le habia podido encontrar a Christer Lundgren para un comentario. El primer ministro volvio a recalcar que Lundgren no era sospechoso de ningun tipo de acto criminal, que el interrogatorio policial era rutinario.
– Entonces, ?por que dimitio? -murmuro Annika.
La factura del club Studio Sex estaba siendo investigada por una comision interna de la presidencia del Gobierno.
Solto el raton, se recosto y miro hacia la redaccion.
– ?Donde estan los fuhrers? -pregunto.
– Reunion de incorporaciones -respondio Anne.
El estomago le dio un vuelco.
– Voy a por cafe -dijo rapidamente y se levanto.
Cono, que nerviosa estoy, penso.
Cogio un periodico, lo abrio por las paginas seis y siete y se echo a reir.
El gato era diminuto y estaba sentado sobre un colchon de plastico verde oscuro en la celda de los borrachos. Tenia los ojos muy grandes y parecia algo aturdido, quiza a causa del flash anterior. La punta de su cola estaba cuidadosamente colocada sobre sus patas.
«
– Es una suerte que los medios, por lo menos alguna vez, traten realmente de cosas esenciales -dijo Annika cuando se recompuso.
– Tenemos muchisimas llamadas de los lectores -informo Anne-. Mi trabajo de hoy es elegir un nuevo hogar para Morrito de nieve.
Agito un monton de numeros de telefono.
– La centralita eliminara todas las llamadas que no sean de Ostergotland. ?Que te parece Arkosund? ?Crees que Morrito tiene pinta de gato de archipielago?
Anne Snapphane se inclino hacia delante, estudio la fotografia durante algunos segundos y respondio ella misma.
– No. No creo que sea amante de los arenques. Me parece que le gustan los pajaros y los ratones. Haversby suena como una autentica ratonera. ?Lo mandamos alli?
Annika se levanto de nuevo, inquieta.
?Por que Christer Lundgren no participaba en su propia rueda de prensa? ?Como era posible que fuera el primer ministro quien anunciara la noticia y no el mismo? ?No deseaba dimitir? ?O creian los estrategas electorales que no aguantaria la presion?
Quiza ambas cosas, penso Annika. De cualquier manera todo indicaba que ocultaban algo.
Se dirigio al tablon de anuncios, la reunion de incorporaciones comenzaba a las diez. Y no tardaria mucho en acabar. Sintio que necesitaba ir al servicio, de nuevo.
Al salir vio a Bertil Strand hablando con Foto-Pelle junto a la mesa de fotografia. Ella sabia que el fotografo era representante sindical y participaba en las discusiones sobre las nuevas incorporaciones. Sin darse cuenta corrio hacia el.
– ?Que habeis decidido? -pregunto ella jadeando.
Bertil Strand se volvio lentamente.
– El sindicato esta totalmente de acuerdo -dijo neutralmente-. Pensamos que deberias irte hoy mismo. Tu falta de tacto al aproximarte a la gente ha hundido la credibilidad de todo el periodico.
Annika no comprendio.
– Pero ?puedo seguir?
La mirada de el se empequenecio, la voz adquirio un matiz helado.
– Creemos que te deberian echar de aqui, ahora mismo.
La sala le dio vueltas, la sangre desaparecio de su rostro, se sujeto a la mesa de fotografia.
– ?Echarme? -repuso ella.
Bertil Strand se volvio, ella solto la mesa, ?oh Dios mio! ?Joder! ?Donde esta la salida? Tengo que vomitar. La redaccion subia y bajaba, las paredes se movian en oleadas.
Broto la rabia, roja y afilada.
Joder, esto es demasiado, penso. Ya vale. No soy yo quien se ha comportado de una manera asquerosa. No es mi culpa que el periodico se este yendo a la mierda. ?Que mis propios representantes sindicales puedan decir una cosa asi!
– ?Como cono te atreves? -le grito a Bertil Strand.
La espalda del hombre se petrifico.
– Yo soy una de las que paga tus comidas de representante sindical -dijo ella-. Tu estas aqui para ayudarme. ?Como cono me puedes quemar de esa manera?
El se volvio de nuevo.