Recordo sus palabras arriba con Schyman.

?De donde cono saque lo del Caucaso?, penso. Aunque no seria mala idea marcharse al extranjero, coger un billete de ultima hora.

Una figura sobresalio entre la niebla de la calle, era Carl Wennergren. Cargaba dos pesadas bolsas del Systembolaget. ?Claro, iba a celebrarlo!

– Enhorabuena -dijo Annika causticamente cuando este paso por su lado.

El se detuvo y dejo las bolsas en el suelo.

– Si, es maravilloso -dijo el y esbozo una amplia sonrisa-. Seis meses, es la beca mas larga que me pueden dar. Acabare agotado.

– Debe de sentar bien -dijo Annika-. Conseguir trabajo aqui por meritos y con dinero propio.

El hombre sonrio inseguro.

– ?Que dices?

– El nino rico de papa -replico Annika-. ?Tenias dinero en el banco o vendiste algunas acciones?

La sonrisa de el desaparecio inmediatamente, torcio la mirada y apreto los labios.

– Asi que te han echado, ?verdad? -dijo sutilmente.

La voz de ella era aguda al responder.

– ?Prefiero comer comida para gatos que comprar una beca a costa de un grupo terrorista!

El dejo que su mirada recorriera su cuerpo.

– Bon appetit -repuso el-. Lo cierto es que estas bastante delgada. La comida de gatos estara mucho mas sabrosa si le pones un poco de especias.

Cogio las bolsas y se volvio para entrar en el edificio del periodico, Annika vio que estaban repletas de Moet & Chandon.

– No solo compraste una exclusiva y una beca, sino que ademas quemas tus fuentes -dijo Annika.

El se detuvo, se volvio.

– No digas gilipolleces -replico el, pero ella vio el miedo reflejarse en sus ojos.

Se le acerco.

– ?Como cono pudo saber la policia que las Barbies Ninja actuarian justo alli? ?Como cojones supieron que tenian que evacuar aquell manzana? ?Como podian estar apostados y ocultos en el sitio exacto.

– Y yo que se -contesto Carl y se chupo los labios.

Ella dio un ultimo paso de aproximacion, le grito al rostro.

– Vendiste a tu fuente -dijo ella-. Tu cooperaste con la policia para conseguir una foto de la detencion, ?verdad?

El arqueo las cejas, echo la cabeza hacia atras y la observo con desprecio.

– ?Y que…?

Ella perdio el control y comenzo a gritar.

– ?Joder, eres un tipo de mierda! ?Joder, que asco!

El se volvio y se tambaleo hacia la entrada.

– Cono, tia, estas loca -le grito por encima del hombro-. No estas bien de la cabeza. ?Puta asquerosa!

Desaparecio tras las puertas de cristal, Annika sintio que sus ojos se arrasaban en lagrimas. Joder, el entra con el champan y a mi me tiran a la niebla.

– ?Oye, Bengtzon!, ?te llevo a alguna parte?

Se dio la vuelta, Jansson estaba en la salida sentado en un viejo Volvo.

– ?Que haces aqui? -grito ella.

– La reunion de empleo -contesto y apago el motor. Ella se dirigio hacia el coche al mismo tiempo que el jefe de noche se apeaba.

– Pareces cansado -dijo ella.

– Si, tambien he trabajado esta noche -replico el-. Pero realmente queria asistir a esta reunion. Queria apoyarte.

Ella le miro esceptica.

– ?Por que?

El encendio un cigarrillo.

– Me parece que eres la mejor becaria del verano. Queria que la beca de medio ano fuera tuya, Anders Schyman tambien.

Annika arqueo las cejas.

– Vaya -repuso-. ?Y por que no la consegui?

– El jefe de la mesa de redaccion dijo no. Es un jodido estupido, si quieres que te diga la verdad. La critica y los diferentes cambios de opinion le acojonan, y ademas tenias al sindicato en tu contra.

– Si, gracias -dijo Annika.

Permanecieron un momento en silencio, Jansson fumaba.

– ?Vas a abandonar ahora?

Annika asintio.

– No me parece que sea bueno prolongarlo -contesto ella.

– Quiza puedas volver mas adelante -dijo Jansson.

Ella rio ligeramente.

– No apostaria mi dinero en esto -repuso ella.

El jefe de noche rio.

– ?Quieres que te lleve a alguna parte?

Annika observo el rostro agotado del hombre y movio la cabeza negativamente.

– Dare un paseo -dijo-. Disfrutare de este tiempo maravilloso.

Miraron juntos la niebla y sonrieron.

Su ropa apestaba a tabaco adherido, se la quito y la dejo sobre un monton en el suelo. En su lugar se puso la bata y se dejo caer sobre el sofa del salon.

Patricia estaba fuera, mejor asi. Se estiro para coger las guias de telefonos.

– No puedes darte de baja del sindicato de periodistas asi por las buenas -le informo una empleada reprendiendola.

– Bueno -repuso Annika-, ?que tengo que hacer?

– Primero tienes que escribir a tu oficina local y pedir la baja en el sindicato, luego tienes que escribirnos aqui a la central. Despues, a los seis meses, tienes que confirmar tu baja tanto en la oficina local como en la central.

– Bromeas -dijo Annika.

– El periodo de carencia se cuenta a partir del primer dia del mes que viene. Por lo tanto, no podras abandonar el sindicato hasta el primero de marzo del ano que viene.

– ?Quieres decir que hasta entonces tengo que seguir pagando la cuota?

– Si, a no ser que dejes de trabajar como periodista.

– Mira, esto es justo lo que voy a hacer -dijo Annika-. Desde ahora mismo.

– ?Has abandonado tu trabajo actual?

Suspiro.

– No, tengo un contrato fijo en el Katrineholms-Kuriren.

– Entonces no puedes darte de baja.

Voy a estrangular a esta vieja de mierda con el cable del auricular, penso Annika.

– Escuchame -repuso-. Abandono el sindicato, ahora. Hoy. Para siempre. Lo que yo haga o deje de hacer a ti no te importa. No voy a pagar ni una jodida corona mas a vuestro apestoso sindicato. Tachame de las listas, inmediatamente.

Al otro lado del telefono, la empleada se ofendio.

– No puedes hacer eso -replico-. Y ademas no es nuestro sindicato, es tu sindicato.

Annika solto una carcajada en el auricular.

– Joder, sois increibles. Si no me borro me castigo a mi misma. Enviame los papeles del paro.

– Aqui no nos encargamos de eso.

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