ninguna destruccion de los archivos, ni del nacional ni del internacional.
– ?Quieres decir que se documentaban las destrucciones? -pregunto Annika
Berit bebio del cafe y esbozo una mueca.
– ?Uh! Esto esta recalentado. Bueno, IB formaba parte de la burocracia tradicional sueca. Hay cantidad de papeles suyos en los archivos de los servicios de informacion del Estado Mayor. Todo se registraba, incluso los informes sobre la destruccion de datos. No hay nada de esto en relacion con estos archivos, lo que significa que probablemente aun existan.
– ?Algo mas? -inquirio Annika.
Berit reflexiono.
– Siempre han asegurado que los archivos nacional e internacional se destruyeron al mismo tiempo y que no existian copias. Por lo menos sabemos que una cosa es mentira.
Annika miro a Berit detenidamente.
– ?Como conseguiste que el presidente del parlamento reconociera en el periodico su relacion con IB?
Berit se paso la mano por la frente y suspiro.
– Buen argumento -contesto.
– ?Me lo puedes contar?
Berit permanecio sentada en silencio un momento, metio dos terrones de azucar en el cafe y lo revolvio.
– El presidente siempre ha negado que conociera a Birger Elmer -dijo en voz baja-. Aseguraba que ni siquiera se habian visto. Pero yo se que no es cierto.
Se callo, Annika espero.
– En la primavera de 1966 -continuo por fin Berit-, se reunieron Ingvar Carlsson y Birger Elmer en el piso del presidente en Nacka. La mujer del presidente tambien estuvo presente. Cenaron. Acabaron hablando sobre la esterilidad del matrimonio. Birger Elmer opino que la pareja debia adoptar un nino, lo cual harian mas tarde. Yo le conte esto al presidente y entonces hablo…
Annika miro fijamente a Berit.
– ?Como cono supiste eso?
Berit la observo cansada.
– Eso no te lo puedo contar, tu misma lo debes comprender -repuso.
Annika se recosto en la silla. El pensamiento la turbo. ?Dios mio! Berit debia de tener una fuente en la cupula mas alta del partido.
Permanecieron sentadas en silencio un buen rato, la lluvia retumbaba ahi fuera en la calle.
– ?Donde estaban los archivos antes de desaparecer? -pregunto Annika finalmente.
Berit suspiro.
– El archivo nacional estaba en Grevgatan 24 y el archivo internacional en Valhallavagen 56. ?Por que lo preguntas?
Annika habia sacado papel y boligrafo y anotaba las direcciones.
– Quiza no fueran los propios socialistas los que se encargaron de que los archivos desaparecieran.
– ?Que quieres decir? -pregunto Berit.
Annika no contesto. Berit se cruzo de brazos.
– Muy poca gente sabia de la existencia de los archivos, y menos aun donde se guardaban.
Annika se inclino hacia delante.
– La copia del archivo internacional se encontro en la oficina de correos del Alto Estado Mayor, ?no es asi?
– Efectivamente -contesto Berit-. El paquete llego a la oficina de correos y distribucion del Estado Mayor, se registro, se incluyo en el diario y se catalogo. Los papeles no fueron clasificados como secretos.
– ?Que dia llegaron?
– El 17 de julio.
– ?De donde procedian? -pregunto Annika.
– El diario no lo indicaba -dijo Berit-. El remitente era lo que se conoce como latigo: punto, barra, punto, que significa anonimo. Puede proceder de cualquier autoridad.
– Pero ?por que una autoridad permaneceria anonima en este caso? -pregunto Annika sorprendida.
Berit se encogio de hombros.
– Quiza encontraron los papeles dentro de un armario y luego no desearon cargar con la culpa por haber estado sentados encima de ellos durante tantos anos.
Annika exhalo un suspiro, un dead end mas.
Permanecieron sentadas en silencio y observaron a los otros clientes. Al fondo del local habia unos cuantos hombres con monos azules que tomaban su pizza nocturna y dos mujeres vocingleras con una cerveza cada una.
– ?Donde se encontraba exactamente el documento cuando lo leiste? -pregunto Annika.
– Acababa de llegar al archivo -contesto Berit.
Annika esbozo una sonrisa.
– Tienes amigos en todas partes.
Berit correspondio a la sonrisa.
– Una debe llevarse bien con las telefonistas, secretarias, funcionarios y personal de archivos.
Annika apuro el vaso.
– ?Y no habia nada que delatara la procedencia de los documentos?
– No. Fueron entregados en dos grandes sacas.
Annika arqueo las cejas.
– ?Sacas? ?Sacas de patatas?
Berit asintio.
– No se me ocurrio pensar donde habian estado, me concentre en el contenido de los documentos. Fue uno de los mejores soplos de mi vida.
Annika sonrio.
– Comprendo. ?Como eran las sacas?
Berit la observo durante unos segundos.
– Ahora que lo dices, las sacas tenian un texto impreso.
– ?No viste lo que decia? -pregunto Annika.
Berit cerro los ojos y se pellizco con el dedo gordo y el indice entre los ojos, suspiro, se paso la mano por la frente y se chupo los labios.
– ?Y…? -demando Annika.
– Pudo ser una valija -apunto.
Annika no comprendio.
– ?Que cono es una valija?
– En la Convencion de Viena hay un paragrafo que trata de la inviolabilidad de la comunicacion entre un Estado y sus representantes en el extranjero, me parece que es el articulo 27. Eso significa que el correo diplomatico se envia en unas valijas especiales que son inmunes a los controles. El correo del gobierno pasa la aduana en las sacas. Pudo ser una de esas sacas.
Annika sintio que el vello se le ponia de punta.
– ?Como pudo llegar al Estado Mayor?
Berit titubeo.
– Una valija sueca nunca llegaria hasta alli. En realidad siempre van desde Asuntos Exteriores a las distintas embajadas y al reves.
– Pero ?esta era extranjera?
Berit meneo la cabeza.
– No, me debo de confundir. Una valija sueca es azul con un texto amarillo que dice «diplomatic». Esta era gris con el texto rojo. No pense en lo que ponia, solo me interesaba tener una idea del tamano del archivo, si contenia los papeles originales o copias. Por desgracia no eran los originales…
Permanecieron sentadas en silencio un momento, Annika observo a su antigua companera.
– ?Como sabes todo esto? Articulos y convenciones…