Berit sonrio.

– A lo largo de mi vida he escrito sobre casi todo. Algunas cosas se quedan.

Annika dejo que su vista resbalara por la ventana.

– Pero ?podia haber sido una valija extranjera?

– O un saco de patatas -replico Berit.

– ?Ves por donde van los tiros? -pregunto Annika.

– ?Cuales? -pregunto Berit sorprendida.

– Te lo contare cuando este segura -dijo Annika-. ?Gracias por ayudarme!

Le dio a Berit un rapido abrazo, abrio el paraguas y se introdujo en el aguacero.

Diecinueve anos, cuatro meses y treinta dias

El adivina el abismo como una vertiginosa sensacion en la oscuridad, hace equilibrios al borde sin ser consciente del precipicio. Esto se manifiesta en exigencias convulsivas y labios apretados. Me chupa y me succiona hasta que mi clitoris es tan grande como una ciruela, asegura que los chillidos son de placer no de dolor. La hinchazon dura unos dias, me escuece cuando me muevo.

Ando a tientas. La oscuridad es enorme. La angustia cuelga como una humedad gris en mi interior, imposible respirar. El llanto habita justo bajo la superficie, siempre presente, inseguro, cada vez mas dificil de controlar. La realidad se encoge, se reduce por la presion y el frio.

Mi unica fuente de calor propaga al mismo tiempo una crudeza heladora.

Y el dice

que nunca

me dejara marchar.

Miercoles, 5 de septiembre

– Aqui no se puede vivir, cono. No hay agua caliente, ni siquiera un jodido retrete. ?Cuando vas a volver a casa?

Sven estaba sentado en la cocina en calzoncillos y comia leche cuajada.

– Ponte algo -dijo Annika y se anudo la bata-. Patricia esta durmiendo ahi dentro.

Se dirigio a la cocina y se sirvio cafe.

– Justo -refunfuno Sven-. ?Que cono hace aqui?

– Necesitaba un sitio donde vivir. Yo tenia un habitacion vacia.

– Y esta cocina -replico Sven- es peligrosisima. Vas a prenderle fuego a toda la casa.

Annika suspiro en silencio.

– Es una cocina de gas, no es mas peligrosa que las electricas.

– No digas chorradas -le espeto Sven.

Annika no respondio, bebio su cafe en silencio.

– Escucha -dijo Sven suplicante despues de algunos minutos-, deja todo esto y vente a casa conmigo. Ahora ya lo has probado, has visto que no funciona. Tu no eres una periodista peleona, esta ciudad no es para ti.

Se levanto, se puso detras de su silla y comenzo a darle un masaje en los hombros.

– Pero yo, sin embargo, te quiero -murmuro el, se inclino y le mordio el lobulo de la oreja. Sus manos se deslizaron por su cuello y asieron cuidadosamente sus pechos.

Annika se levanto y sirvio el cafe.

– Aun no voy a volver a casa -dijo cuidadosamente.

Sven la miro inquisitivamente.

– ?Y tu trabajo? -inquirio el-. Tienes que empezar en el KK despues de las elecciones.

Ella respiro profundamente.

– Tengo que irme -anuncio-. Hoy tengo mucho que hacer.

Se apresuro a salir de la cocina y vestirse. Sven se situo en la puerta y la estudio mientras ella se ponia los vaqueros y la camiseta.

– ?Que haces durante todo el dia? -pregunto.

– Investigo una serie de cosas -contesto Annika.

– ?No estaras viendo a otro?

Annika dejo que los brazos le colgaran en un gesto de abandono.

– Por favor -repuso-. Aun cuando tu piensas que soy una nulidad como periodista hay otros que piensan que soy okey

El la interrumpio abrazandola.

– Yo no creo, en absoluto, que seas una nulidad -replico el-. Al contrario. Me cabrea mucho cuando hablan mal de ti en la radio. Yo ya se lo fantastica que eres.

Se besaron apasionadamente, Sven comenzo a bajarle la cremallera.

– No -dijo Annika y aparto al hombre de su lado-. Tengo que irme si quiero hacer…

El la acallo con un beso y la tumbo en la cama.

El archivo del Fina Morgontidningen estaba pared con pared de la entrada del Kvallspressen. Annika se apresuro a pasar a traves de las puertas con la mirada clavada en el suelo. No deseaba encontrarse a nadie conocido y paso discretamente por la recepcion y entre las estanterias de periodicos. Tres hombres estaban sentados donde los microfilmes, en la mesa grande, ella dejo su bolso en la mesa pequena.

El numero nueve de Folket i Bild Kulturfront de 1973 salio a comienzos de mayo. Cogio el archivador del Morgontidningen de abril de ese mismo ano y comenzo a hojear. Esto era una idea peregrina, tenia que reconocerselo a si misma. Arranco el apunte del cuaderno y lo puso frente a ella:

Archivo nacional, Gravgatan 24.

Archivo internacional, Valhallavagen 56.

Las hojas del periodico estaban amarillentas y rasgadas por algunas partes. El texto era diminuto y dificil de leer, no tenia mas de siete puntos. La edicion era embrollada y dispersa. Los anuncios de moda la hicieron reir, la gente de principios de los setenta parecia ridicula.

Pero el contenido de los articulos le resulto increiblemente familiar. Millones de personas estaban amenazadas de hambruna en Africa, a los jovenes les costaba adaptarse al mercado laboral, Lasse Hallstrom habia hecho una nueva pelicula para television que se titulaba: ?Vamos a tu casa, a la mia o cada uno a la suya?

Por lo visto tambien se celebraba el campeonato del mundo de hockey sobre hielo, Olof Palme habia pronunciado un discurso en Kungalv. La guerra del dia se combatia en Vietnam y Camboya, el escandalo del Watergate comenzaba a desmadejarse en Washington. Suspiro. Ni una linea sobre lo que buscaba.

Cambio de archivador, del 16-30 abril al 1-15 abril.

El lunes 2 de abril era un dia como otro cualquiera. El fin de semana anterior la guerrilla de Camboya habia mantenido intensos combates con las tropas gubernamentales en Phnom Penh. Un abogado danes llamado Mogens Glistrup habia alcanzado notoriedad con un nuevo partido de solo un hombre llamado Partido del Progreso. John Mitchell, el anterior ministro de Defensa estadounidense, habia accedido a ser interrogado por una comision del Senado. Y en la pagina 17 debajo de todo a la izquierda, junto a la noticia «Impresionante aurora boreal sobre Estocolmo», rezaba:

«Extrano robo en unas oficinas».

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