meterian a Jesper en la carcel. ?Has oido algo mas alucinante?

Daniella se partio de risa, Annika trago saliva.

– No -repuso-. No, nunca.

Skruttis dio un berrido desde el cochecito, cansado de su parlanchina madre.

– Bueno, corazon, ahora nos vamos a casa y te dare un platano, eso te gusta, ?verdad, corazoncito?

La mujer se contoneo a lo largo de Kronobergsgatan hasta llegar a su puerta. Annika se quedo observandola.

Todo tiene una explicacion, penso.

Empezo a caminar lentamente en direccion opuesta, hacia el cuartel de bomberos. Al doblar la esquina vio los coches de policia, bloqueaban toda la cuesta de Hantverkargatan. Se detuvo.

Han llegado temprano, penso. Espero que encuentren los libros.

Tomo otro camino hacia casa.

Diecinueve anos, once meses y un dia

La aspereza contra la piel desnuda, el aire pesado a causa del polvo, el oxigeno consumido: mi espacio vital se ha reducido al tamano de un feretro. La tapa oprime el cerebro, las rodillas y los codos aranados.

Hoyo profundo, tumba oscura, olor a tierra.

Panico.

El dice que lo equivoco todo, que aprecio las proporciones de una forma completamente erronea. La vida no es pequena, soy yo quien es demasiado grande.

El dice

que nunca

me dejara marchar.

Domingo, 9 de septiembre

Maduro la resolucion durante la noche. Acabaria la relacion. Habia otra vida. Por fin habia encontrado su camino de salida.

La decision la lleno de tristeza y vacio. Ella y Sven habian estado juntos desde hacia mucho tiempo. Nunca habia hecho el amor con otro hombre. Sollozo en la ducha.

Habia escampado, el sol era palido y frio. Se preparo un cafe y llamo a SJ para informarse del horario de los trenes. Dentro de una hora y diez minutos saldria el proximo tren a Flen.

Abrio la ventana del cuarto de estar, se sento en el sofa y contemplo el lento aleteo de las cortinas. Podria quedarse aqui. Podria vivir su propia vida.

Annika se habia levantado, se habia puesto la chaqueta y ya se disponia a salir cuando oyo un ruido de llaves al otro lado de la puerta de la calle. Se sobresalto, pero se relajo al ver que era Patricia quien entraba.

– Hola -dijo Annika-. ?Donde has estado?

Patricia cerro la puerta cuidadosamente tras de si, permanecio agarrada al tirador unos segundos y luego levanto la mirada.

– ?Como pudiste? -le espeto sofocada.

Su rostro estaba encendido y los ojos enrojecidos por el llanto. Annika se quedo completamente horrorizada, un momento despues comprendio lo que habia ocurrido.

– Estabas en el club -dijo-. ?Te detuvieron en la redada!

– Me has quemado, has hundido el club, ?como pudiste hacerlo?

Patricia se dirigio hacia ella con los labios retorcidos y las manos como garras, Annika permanecio inmovil e intento tranquilizarla.

– Yo no he fastidiado ningun club -explico.

Patricia dio un paso y la empujo, tiro las llaves del apartamento al suelo, Annika dio un par de pasos involuntarios hacia atras.

– Lo hice para ayudarte -grito Patricia-. Necesitabas dinero, te consegui un trabajo. ?Por que me has hecho esto?

Annika levanto las palmas de las manos mientras retrocedia hacia el cuarto de estar.

– Venga, Patricia, no queria hacerte dano, lo tienes que entender. ?Te deseo lo mejor! Quiero ayudarte, quiero que escapes del club, de la degradacion…

– ?No entiendes lo que va a pasar? -chillo Patricia-. ?Joachim me echara la culpa! ?Se ha follado a todas las chicas, todas han sido suyas! Yo era de Josefin, no me guarda ninguna lealtad. ?Me arrastrara a la mierda con el! ?Oh Dios!

La mujer rompio a llorar, Annika la cogio por los hombros, la agito.

– ?Eso no es cierto! -exclamo-. Las otras chicas contaran la verdad. Iran a la policia y diran la verdad, te creeran.

Patricia lanzo la cabeza hacia atras y rio, en voz alta y aguda.

– Annika, eres tan inocente… -respondio con las lagrimas cayendole por las mejillas-. Crees que la bondad siempre vencera al final. Crece de una vez, ninata: nunca es asi.

Se zafo de ella y corrio al cuarto de servicio, metio sus cosas en la bolsa de deporte y arrastro el colchon tras de si. Este se engancho en la puerta, Patricia tiro y maldijo.

– No tienes por que irte -dijo Annika.

El colchon se desengancho, Patricia estuvo a punto de caerse. Temblaba a causa del llanto mientras tiraba de la gomaespuma.

– Voy a seguir aqui -anuncio Annika-. Me han vuelto a dar un trabajo en el Kvallspressen. Puedes vivir conmigo todo el tiempo que quieras.

Patricia ya habia alcanzado la puerta de la calle, pero ahora se quedo paralizada.

– ?Que has dicho? -pregunto-. ?Has conseguido trabajo?

Annika sonrio nerviosa.

– He conseguido mucha informacion y se la he contado al director del periodico, me ha vuelto a contratar.

Patricia dejo caer el colchon al suelo, se volvio y se acerco a Annika. Sus ojos negros ardian como el fuego.

– ?Joder! -espeto-. Menuda hija de puta que quema a una amiga.

Annika intento explicarse.

– Pero no era nada contra ti, o el club…

– Tambien se lo contaste a la policia, ?hija de puta! ?Como cono podian saber que los libros de contabilidad estarian justo ahi? Me has jodido, a tu amiga, ?por un jodido trabajo! -Patricia perdio el control y berreo.

– ?Joder, eres hija de puta! ?Que te jodan!

Annika retrocedio, oyo sus propias palabras resonar en su cabeza. Dios mio, Patricia tiene razon, ?que he hecho, que he hecho?

La joven corrio de nuevo hasta el colchon, tiro de el y abandono el piso sin cerrar la puerta. Annika se apresuro hacia la ventana y vio a Patricia caminar arrastrando el colchon por la gravilla del patio. Apoyo la frente contra el cristal frio. Se dirigio lentamente hacia el cuarto de servicio. Habia un vaso caido en el suelo, en la pared aun colgaba el vestido rosa de Josefin. Annika sintio que sus ojos se arrasaban en lagrimas.

– Lo siento -susurro-. No queria que pasara esto.

El aturdimiento duro todo el camino hasta Flen. Vio pasar volando las granjas de Sormland, incapacitada para

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