aquel momento:

– Menudo chaparron el de esta tarde, ?verdad, Harry?

Este dio la callada por respuesta. De hecho, daba la impresion de que la ignoraba siempre.

Yo no estaba en vena para seguir el rumbo de aquella conversacion, porque el ultimo comentario de Sally me habia dejado sumido en profundas cavilaciones. Hubiera querido preguntar mas cosas pero, dada su forma de reaccionar ante la presencia de Harry, comprendia que el momento no era oportuno.

Harry habia traido bebidas. Su mujer, mirando la suya, pregunto:

– ?Y eso que es?

– Zumo de pina -dijo Harry, sin mirarla siquiera-. Las senoras toman zumo de pina.

– ?Habrase visto! -exclamo Sally, encaminandose hacia la puerta-. Sera con vodka.

Pero el, con un reflejo sorprendentemente rapido, dijo:

– Sin.

Sally, clavando en el sus ojos, le espeto:

– ?Imbecil!

Y desasiendose de su mano, salio corriendo de la habitacion.

Harry, con aire de extraordinaria complacencia, le grito:

– ?Lo he guardado bajo llave! -y, dirigiendose a nosotros, nos explico como quien no quiere la cosa-: tiene prohibido el alcohol.

Siguio un silencio oprimente. Ahora le correspondia a el iniciar una nueva conversacion y yo no estaba dispuesto a echarle una mano.

La cosa dio resultado.

– ?Asi que recuerdas a Duke? -dijo.

Yo movi la cabeza afirmativamente.

– ?Un gran tipo! -dijo Harry-. ?Fue una verdadera lastima!

Espere a que siguiera y, cuando lo hizo, fue para decir algo tan sensacional como todo cuanto habia dicho Sally.

– Pensar que ahora podria estar vivo…

– ?Que quieres decir? -pregunto Alice en un hilo de voz, a punto casi de saltar.

– Lo que oyes, encanto. Duke era inocente. Yo habria podido sacarlo del atolladero.

Harry cogio un cigarro puro de un tarro de ceramica, colocado en la repisa de la chimenea, y nos hizo esperar mientras se entregaba al ritual de encenderlo.

Para indicarle que necesitaba que me convenciera de lo que acababa de decir, comente:

– Dices que habrias podido salvarlo. En realidad no lo hiciste.

Harry fijo en mi sus ojos a traves del humo:

– ?Como? ?Donde estaba yo en 1945, cuando se celebro el juicio? En un sitio cualquiera del lado de aca de Berlin, despues de la victoria. Al terminarse lo de Normandia, ya no volvi a ver a Duke. Despues del desembarco fuimos destinados a unidades diferentes. Cuando supe del asunto fue en agosto de 1945, delante de un vaso de cerveza. El cura castrense, de vuelta, me dijo que si me acordaba de Duke Donovan, aquel neoyorquino alto que escribia canciones, y que si estaba enterado de que lo habian reclamado en Inglaterra y lo habian colgado por asesinato. ?Cuando me entere…!

– ?Quieres decir que habrias sido el principal testigo de la defensa? -dije con aire esceptico.

– ?Tengo que hacer ahora el papelito delante de ti? -dijo Harry, en tono sarcastico.

Alice se habia sentado en el mismo borde del asiento y tenia los nudillos, blancos por la presion, apretados contra la mandibula.

– ?Como sabes que mi padre era inocente?

Se habian terminado las reglas de juego, pero, ?quien habria podido culparla? Habia pronunciado aquellas palabras sin pensar. Se sentia tan agitada que la sola mencion de su padre habia desencadenado en ella aquella reaccion automatica.

Harry, igual que un perro sabueso, cazo la frase al vuelo.

– Pero, ?quien eres tu?

Alice clavo en el sus ojos y se produjo un silencio como de piedra. Dudo que la chica estuviera en condiciones de pronunciar palabra.

– Es la hija de Duke y Eleanor Donovan -dije yo por ella.

Harry solto una risita rapida y nerviosa.

– ?No me digas! ?Conque la hija de Elly? ?Esta es la hija de Elly? ?Y por que no lo habeis dicho, por el amor de Dios?

– No sabiamos como ibas a reaccionar -dije, con absoluta sinceridad.

Se quedo un momento abstraido, como si luchara entre la indignacion y seguramente un resto de sentimientos.

– ?Te imaginas? Yo me case con su madre, ?lo sabias? Yo soy su padrastro.

Dio dos pasos en direccion a Alice como advirtiendo que se imponia una demostracion paternal de algun tipo y avanzo la mano hacia el hombro de la chica, aunque sin llegar a tocarlo. Despues la dejo caer lentamente y pregunto:

– Dime, Elly todavia…

– Murio -conteste por Alice.

– ?No! -dijo Harry, con la torpeza propia de un ex marido que manifiesta una preocupacion en realidad no existente-. ?Que cosa tan terrible!… ?Como fue?

– Un accidente de coche este mismo ano.

– Nadie me ha comunicado nada -dijo, levantando la mirada hacia el techo.

– ?Te sorprende despues de que tu las abandonaras? -dije, sin asomo de piedad.

Pero el, sin hacerme ningun caso, dijo:

– Alice, nena, si puedo hacer algo por ti…

– Simplemente, hablarme de mi padre… -dijo, sin levantar los ojos.

Harry asintio con la cabeza y, cogiendo su vaso, dijo:

– Antes que nada, necesito otra copa. ?Alguien mas quiere algo?

Nos dejo solos un momento.

– ?Quieres un sorbo? -dije a Alice, ofreciendole mi whisky.

Ella me dijo que no con un movimiento de cabeza.

– No te hagas demasiadas ilusiones con Harry -le adverti-. Es posible que quiera tomarnos el pelo.

No se si oyo mis palabras, pero no habia pasado un segundo y Harry estaba de vuelta en la habitacion, dispuesto a continuar, como un actor en una segunda toma. Pero esta vez, con mas brio.

– De acuerdo, Alice, si quieres conocer toda la verdad sobre tu padre, has llamado en la puerta exacta. Yo y el eramos carne y una. En Queen’s perteneciamos al mismo club de beisbol. ?No estabas enterada? -e hizo con la mano el gesto del lanzador-. Tu madre solia venir a vernos. Ella habia ido al instituto con Duke. Eleanor Beech… Rubia como tu e igual de guapa. Bueno, casi… Te ensenare fotografias.

– Basta con tu palabra -observe con acritud.

– Como quieras. Elly Beech era la chica de Duke, aunque yo a veces quedaba con ella -y se sonrio recordandolo-. Quedaba con ella, es decir, la invitaba a un helado en la tienda del barrio y despues la llevaba a casa. Duke era mas alto que yo, mas guapo, con un aire de irlandes delgado y moreno que gustaba a las chicas.

Harry hizo una pausa para dejar que apreciaramos hasta que punto era buen amigo de Duke, y anadio:

– Pero yo tenia un par de anos mas que el. Tenia mas mundo. Sabia imitar las voces, la hacia reir… Quiza era mas bajo que la media de hombres, pero esto no ha sido nunca un problema para mi en el trato con las mujeres.

Yo pense que, aunque aquel mal nacido no hubiera tenido nunca problemas con las mujeres, por lo menos habia sido el causante de muchos problemas femeninos.

Harry ingreso en el ejercito en diciembre de 1941, un dia despues de que America entrara en guerra.

– La cosa me fue muy bien. Los primeros voluntarios se promocionaron estupendamente. Al cabo de dieciocho meses ya era sargento. Se lo dije a Duke y el tambien quiso alistarse asi que tuvo edad para hacerlo. Fue en el

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