– Exacto.

– ?Y que mas?

Harry, haciendo acopio de resignacion, volvio a coger el hilo del relato.

– La fiesta resulto una sorpresa para ella. No habia oido hablar nunca del Dia de Accion de Gracias, pero estuvo encantada cuando la invite. Le dije que recogeriamos a Barbara de camino. Se pinto y se puso un vestido muy bonito y al poco rato volviamos a estar en la carretera.

– ?Cuando llegasteis a Gifford Farm?

Harry se quito las gafas y las limpio como haciendo esfuerzos para recordar lo ocurrido.

– Habia un ambiente de fiesta, no por ser el Dia de Accion de Gracias, sino por lo de la sidra. Estaban prensando la ultima carga de manzanas y la maquina funcionaba a todo vapor. El viejo Lockwood habia obsequiado a todo el mundo con sidra extra y habia despedido a los braceros antes de tiempo. La senora Lockwood habia hecho pastelillos y crema, pero nosotros estabamos emperrados en pedir a Barbara que viniera a la fiesta, para que asi pudiera irse preparando.

– ?Hablasteis a los Lockwood de la fiesta?

– No hubo necesidad. Sally, que nos acompanaba, llevaba un vestido de seda color de rosa.

– Pues debia de pasar frio…

– ?Sentada en mis rodillas? ?No fastidies! Y para contestar a tu pregunta, te dire que les hablamos de la fiesta y que no pusieron ninguna objecion, y que Duke y yo fuimos a buscar a Barbara. Nos dijeron que debia de estar ordenando las vacas, pero no la encontramos. Las vacas seguian sin ordenar, y aguardaban con las ubres a tope. Volvimos a la granja para ver si alguien sabia algo. Nada.

Aqui Harry se callo y, con un movimiento de cabeza hacia el lugar donde yo me encontraba, dijo:

– Que el te cuente el resto.

Pero Alice no pensaba soltarlo tan facilmente.

– El ya me lo ha contado -dijo con voz firme y resuelta-. Si he venido aqui, ha sido para escucharte a ti.

– ?Todos los hechos?

– Lo que se dice todo. Absolutamente todo.

– Pues me parece que no te va a gustar -le advirtio.

– Pruebalo -dijo Alice.

Mientras escuchaba, yo iba fluctuando entre la indignacion y la admiracion. Era admirable como habia sabido manejar a Harry, dominandolo sin despertar su hostilidad. Tenia grabada como sobre piedra aquella historia inconexa, tan marcadamente subjetiva, que yo habia ido desgranando en sus oidos la noche antes. Y lo que era mas admirable todavia era que la habia reducido a su adecuada secuencia, igual que si hubiera sido un ordenador encargado de procesarla informacion. Puede creerme si le digo que me dolian las criticas que me habia dedicado y que estaba resentido al ver que no rechazaba de plano algunas de las afirmaciones que Harry se empenaba en hacer, si bien me veo obligado a admitir que consiguio mas informacion de el que la que yo habria conseguido.

Pese a todas las negativas de Harry, los detalles mas interesantes llegaron al final.

– Yo estaba al margen -insistio-. Me entere de la violacion por Sally, y esta lo supo por la senora Lockwood.

– Bueno, no vamos a saltarnos esta parte -dijo Alice-. Estabamos en que las vacas estaban por ordenar y en que no habia ni rastro de Barbara.

Harry volvio a ponerse las gafas y parpadeo aturdido:

– Ya sabes que ocurrio. El chico descubrio a Cliff Morton cuando estaba violando a Barbara y corrio a decirlo a la primera persona que encontro, que en ese caso fue Duke.

Pero Alice, con serenidad, le interrumpio:

– No. No es eso lo que te estoy preguntando, lo que me interesa saber es que estabas haciendo tu.

Silencio.

Harry se revolvio en su asiento.

– Pues… me uni a los que empezaron a buscar.

– ?En que sitios estuviste buscando?

– En los cobertizos de las vacas. Tarde bastante. Todos los establos…

– Por supuesto, no encontraste nada. ?Oiste algo?

Harry se quedo reflexionando en la pregunta.

– El molino de la sidra todavia estaba funcionando.

– De acuerdo, lo oiste funcionar. ?Se produjo algun otro ruido?

– No.

– Registraste el cobertizo de las vacas. ?Y despues?

– Volvi de nuevo a la casa.

– Asi pues, tuviste que atravesar la era.

– Si, claro.

– ?Viste a alguien?

– A Barbara, con su madre. Iban delante de mi, en direccion a la puerta de la cocina. Pense que, por suerte, la habian encontrado. Ahora tenia que buscar a Duke, para conseguir que la invitase a la fiesta. Ya me disponia a hacerlo, cuando me di cuenta de que ocurria algo. Eche otro vistazo a las dos mujeres, ambas de espaldas, justo en el momento en que iban a atravesar la puerta de la cocina. La senora Lockwood tenia las manos en los hombros de Barbara… asi. Barbara llevaba el cabello suelto y tenia la cabeza inclinada para atras, como sacudida por convulsiones, como si estuviera histerica.

– ?Chillaba?

Harry se encogio de hombros.

– La maldita maquina seguia funcionando. Me parecio que la senora Lockwood la sostenia con el brazo. Se metieron dentro. Yo me quede alli un momento, rascandome el coco, cuando de pronto vi salir a Sally.

– ?De la cocina?

– Si. Salio corriendo y vino hacia mi para decirme que Barbara habia sido atacada. Le pregunte que quien la habia atacado y ella me dijo que no lo sabia. Estaba muy impresionada y me pidio que la acompanara a su casa. Le pregunte que donde estaba Duke, pero ella, moviendo la cabeza, trato de empujarme hacia el jeep, dijo que lo dejara, que la llevara a su casa y nada mas. Yo le conteste que no podia hacer lo que me pedia, y en ese punto aparecio Duke, que venia por la parte lateral de la casa de la sidra y que me dijo que nos fueramos y, tras meterse en el jeep, lo puso en marcha.

– ?Que aspecto tenia? -pregunto Alice.

– Estaba muy serio, con los labios apretados.

– Me refiero a su aspecto exterior. ?Tenia sangre en la ropa? ?Alguna senal de violencia?

– No me fije.

– Supongo que iba de uniforme.

– Por supuesto.

– ?Camisa y pantalones? ?Los botones en su sitio, como de costumbre?

– Supongo que me hubiera dado cuenta de no ser asi.

– Y su comportamiento, ?como era?

– Algo extrano, por lo menos asi me lo parecio entonces -admitio Harry-. Le pregunte si sabia que le habia ocurrido a Barbara y, como si estuviera enterado de todo, dijo que no se podia hacer nada. Yo le dije que no dijera aquello, que si que podiamos hacer algo, y mucho. Para empezar, podiamos localizar al tipejo que la habia atacado, pero el dijo que lo dejasemos y que fueramos a por el jeep. Hablo con gran autoridad. Sally ya estaba arriba y me pedia a gritos que me montara de una vez. Asi que lo hice.

Alice habia escuchado sus palabras totalmente absorta. Estaba de pie, con las dos manos agarradas a mi baston, sosteniendolo como si fuera una varita magica.

– Quiero que me lo digas con absoluta claridad -dijo a Harry-. ?Fueron estas sus palabras exactas: «Nosotros no podemos hacer nada. Dejemoslo. Vamos a por el jeep»?

– ?Uy! ?De eso hace un monton de tiempo! -se quejo Harry.

– Piensalo.

– Estoy seguro en un noventa por ciento. Es posible que intercalara alguna palabra gruesa.

Вы читаете Sidra Sangrienta
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×