de pocos amigos, regreso para decir:

– Imposible. Sally esta fuera de combate. Ha abierto el armario de las bebidas con un destornillador y se ha atizado una botella y media de vodka.

15

Queriamos comer. Parece una cosa sencilla, ?verdad? Pues no lo fue en absoluto en Bath, un domingo por la tarde, en el mes de octubre de 1964. Los restaurantes estaban todos completos y los hoteles se negaban a admitirnos. Habria que traducir al latin la frase «abierto solo para residentes» e incorporarla al escudo de armas de la ciudad. Pudimos conseguir, finalmente, que nos admitieran a reganadientes en un sotano infecto de Great Pulteney Street, que hacia las veces de comedor y de sala de estar de un pequeno hotel particular llamado La Cura Anual. Si las circunstancias descritas favorecian el color local, no creo que contribuyeran a atraer clientes, puesto que eramos los unicos comensales.

Mientras Alice seguia pensativa, seguramente abstraida en la visita que acababamos de hacer a los Ashenfelter, cogi el menu manchado de salsa y escrito con escasisimo respeto a la ortografia.

– Si te apetece algo fuera de lo comun, veo que aqui sirven «hasado de la casa» con hache -comente con voz demasiado alta, porque, invisible detras de mi, estaba el dueno.

– Si no les gusta, pueden ir a otro lado -dijo el hombre, que parecia oriundo del centro de Europa.

Le senale el error, lamentando para mis adentros la observacion. Me arrebato la carta de las manos, corrigio la falta a lapiz, me la devolvio y, en tono acido, pregunto:

– ?Maestro de escuela?

– Algo asi.

– Escogimos lenguado con patatas fritas a la francesa, sin meternos en los berenjenales de la ortografia, y Alice pregunto donde estaba el lavabo antes de dirigirse escaleras arriba.

Al retirar la silla para levantarse, le comente algo sobre nuestra partida de caza, que no parecio divertirla demasiado. Todavia no se habia recuperado mentalmente y me parece que tampoco habia hecho mella en ella el zarrapastroso ambiente que nos rodeaba.

Solo en la mesa, pase revista a los descubrimientos del dia. Era indudable que Alice saldria muy pronto del estado de introspeccion en que se habia sumido y que no tardaria en lanzarse a un analisis a fondo de la cuestion que nos ocupaba. Mejor seria, pues, que pusiera mis pensamientos en orden.

Habia hecho dos descubrimientos con respecto a Alice.

En primer lugar, era peligroso estar con ella. Al revelar su identidad a Bernard Lockwood, corrimos el riesgo de que este nos pegara un tiro, aparte de que habia tratado a Harry, otro caracter violento, con una absoluta falta de respeto.

En segundo lugar, en la columna del haber, habia que consignar unos cuantos buenos resultados. Gracias a su manera abierta de enfocar las cosas, habiamos localizado a Harry identificandolo como su padrastro, aparte de que tambien nos habiamos enterado de que se habia casado con Sally Shoesmith. Ademas, habiamos tenido una vision diferente de la relacion existente entre Duke y Barbara. Segun Harry, no existia una relacion amorosa entre ellos, y el hecho de que yo supiera que aquello no era verdad, no restaba nada a su importancia. O Harry estaba enganado o era el malo de la pelicula.

Pero habia que hacer una estimacion de Alice. Veia claras sus motivaciones. Una mujer capaz de pasar tan rapidamente del papel de muchachita abandonada al de companera de cama distaba mucho de ser una ingenua. Se habia servido de mi, me habia manipulado, habia explotado mis reacciones. A decir verdad, a mi todo esto no me importaba demasiado porque, mas alla de los recovecos de su caracter, percibia una personalidad que me gustaba: era inteligente, adaptable, pese a que algunas veces fuera cabezona y, por otra parte, poseia una cualidad importante. En efecto, era valiente, muy valiente. Una chica diferente.

Ya he hablado de aquel momento en que, mientras secaba con la toalla su cabello ante la chimenea de la taberna, adverti que la deseaba. Para ser totalmente honrado con respecto a este punto -?acaso no lo he sido hasta ahora?-, debo decir que aquel deseo existia solamente por mi parte, puesto que yo no habia captado ninguna senal procedente de ella.

Bueno, practicamente ninguna. De haber existido un momento de acercamiento mutuo, habia sido antes. Si, sonria si quiere, pero no me estoy refiriendo al momento en que estabamos los dos en cama, porque aquello no habia sido mas que una experiencia, un placer, algo tan excitante como mi cuerpo no habia tenido nunca el privilegio de sentir, pero algo exclusivamente sensual.

Me refiero a otro momento. ?Se acuerda de cuando fuimos a Gifford Farm y ella me cogio de la mano? ?Y de cuando me deslizo el brazo alrededor de la cintura mientras estabamos en el desvan del granero?, pues el hecho es que en aquellos momentos senti que asomaban otras posibilidades, como la comprension, el respeto y, quiza, el afecto.

?Que habia ocurrido, sin embargo, en el viaje hasta Bath, cuando habia tratado de besarla? ?Que habia puesto aquel tempano entre los dos?

Recorde la conversacion que habiamos sostenido en el desvan del granero. Yo habia eludido algunas de las preguntas intimas que ella me habia dirigido en relacion con Cliff Morton y su agresion a Barbara. No es que me evadiera, sino simplemente que aquellos comentarios me hacian sentir incomodo y no podia evitar demostrarlo, lo que me hacia parecer evasivo.

En consecuencia, si queria llegar a Alice, tenia que construir algunos puentes y debia colaborar en relacion con todo lo que habia visto y oido.

Para empezar, debia centrarme en la visita a Gifford Farm. Bernard no habria podido demostrar mas a las claras que le molestaba nuestra presencia en la granja. Su actitud nos decia que lo pasado habia pasado y, hasta cierto punto, yo estaba de acuerdo con esta actitud, puesto que tambien yo la habia adoptado hasta que Alice me habia obligado a abandonarla. Aun asi, ella no me habia encanonado con una escopeta.

No podia entender que Bernard y sus padres quisieran olvidar el pasado. Desde la violacion y el suicidio de Barbara habian tenido que pasar por toda una serie de incomodidades. Las pesquisas, el descubrimiento del craneo en el barril y la ruina del negocio de la sidra, por no hablar ademas de la constante presencia de la policia en la granja, buscando incesantemente restos humanos. Por otra parte, tambien se habia sospechado de George Lockwood como posible asesino de Cliff Morton, y la cosa no habia terminado con la detencion de Duke, ya que toda la familia habia tenido que comparecer a juicio para prestar declaracion.

En este punto se introdujo en mis pensamientos una idea un tanto mezquina. En su comprensible deseo de conseguir un veredicto positivo y hacer que toda aquella historia quedara sumida en el olvido cuanto antes mejor, ?no habrian hecho los Lockwood excesivo hincapie en las pruebas contra Duke? El proceso se habia centrado principalmente en el testimonio del forense, respaldado por las pruebas circunstanciales tanto de los Lockwood como mias. Entre todos habiamos presentado un cuadro de Duke convertido en amante vengador. No queria decir con esto que los Lockwood fueran culpables ni perjuros ni que yo comulgara con todo lo que Harry nos habia contado pero, ?no podia ser que hubieramos interpretado erroneamente algunas de las cosas que habia hecho Barbara?

Aquellos pensamientos volvieron a conducirme a Harry.

Su version de los hechos habia sido sensacional. O quiza fantastica seria la palabra mas adecuada. Segun el, Duke no sentia interes ninguno por Barbara y, para conseguir que la acompanase, habia que convencerlo, por no decir obligarlo. Al decir de Harry, aquellos romanticos paseos al atardecer por los prados de Somerset no incluian a Duke y, la tarde en la que se produjo la violacion y el asesinato, este se habia mostrado deprimido, aunque no a la manera de quien acaba de volar los sesos de un semejante.

La pregunta que ahora me hacia era la siguiente: ?por que Harry habia de contar todas estas cosas si no eran verdad?

Existia una explicacion: la revelacion que habia hecho de que el y Duke, siendo muy jovenes, habian rivalizado para conseguir los favores de Elly, la madre de Alice. Harry lo habia dicho sin concederle mayor importancia, porque ahora no costaba mucho despacharlo como si solo se tratase de una cita para ir a tomar un helado. Pero, ?que habria sentido el en aquel entonces, cuando Duke, tras barrerlo del horizonte, se habia casado con Elly? ?Acaso no se habria sentido amargado, resentido ante aquella herida que con el tiempo se habria ido

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