– ?Pero el resto es valido?

– Por supuesto que lo es.

Alice se paro para reflexionar y se quedo mirando fijamente el techo estucado. Despues hizo con la cabeza una senal a Harry:

– ?Y despues?

– Nos fuimos.

– ?Adonde?

El rostro de Harry reflejaba el esfuerzo que estaba haciendo para conseguir extraer los recuerdos de su memoria. De sus ojos y de su boca arrancaban nuevas arrugas.

– Ya te he dicho que Duke conducia. Al llegar al cruce, giro hacia Shepton Mallet y acelero. Se habia olvidado de Sally, que estaba sentada detras, a mi lado. Sally me dijo que adonde diablos ibamos, que ella no iba a la fiesta despues de lo que le habia ocurrido a su amiga. Asi es que yo puse la mano en el hombro de Duke y le dije que parase.

– ?Y lo hizo?

– Lo hizo, pero no antes de que nos encontrasemos a medio camino de Shepton Mallet, y entonces se nego a dar la vuelta.

– ?Por que?

Harry lanzo un suspiro.

– ?Como voy a saberlo? Yo que se lo que pasaba por su cabeza. Despues empezo a pincharnos. Primero dijo que que nos pasaba, que a nosotros todo nos iba a las mil maravillas, que para pasarnoslo bien no necesitabamos que estuviera el ni Barbara, que hicieramos lo que nos viniera en gana, que podiamos irnos de juerga.

– ?No se daba cuenta de que Sally estaba impresionada?

– Era imposible hacerselo entender.

– ?Ni siquiera Sally?

– ?Sally? Estaba demasiado asustada para hablar. No podia sacarse de la cabeza lo de la violacion, supongo.

– Asi, ?que fue lo que ocurrio?

– Cuando estuvo claro que nos encontrabamos en un punto muerto, me dijo que condujera yo, que llevara a Sally a su casa si queria, pero que el no iba con nosotros, que iria andando a Shepton Mallet.

Los ojos de Alice se dilataron.

– ?Lo hizo?

Harry asintio con la cabeza.

– No habia mucho mas de cuatro o cinco kilometros. Yo di la vuelta y acompane a Sally a su casa. Final de la historia.

Alice preferia llegar ella misma a la conclusion.

– ?Fue de veras el final? ?No volviste a ver a Duke aquella noche?

– Si lo vi, no hablamos.

– ?A que hora volviste?

– No me acuerdo. Tome una cerveza en El Alegre Jardinero y di una vuelta con el jeep. Andaba buscando a alguien con quien ligar. Pero, por lo visto, aquella no era mi noche.

– ?Era antes de medianoche? -insistio Alice.

– Si.

– ?Hablaste de la cuestion cuando volviste a ver a Duke?

– ?De lo sucedido? Nada. Ni pio.

– ?Estabais peleados?

– Algo asi. Estuvimos semanas sin hablarnos.

– ?Ni siquiera cuando se suicido Barbara?

– Ni siquiera entonces. Mucho despues, cuando nos mandaron a Colchester, le hable del caso. Duke estaba enterado de lo de Barbara y dijo que era una verdadera lastima.

– ?Nada mas?

– Nada. Era un tema que levantaba ampollas.

– Lo comprendo -dijo Alice, en un tono de voz que indicaba la concesion de un respiro a Harry.

Despues, cogiendo el vaso de zumo que tenia sobre la mesa, bebio un sorbo.

Resulta curioso que Harry, considerando tal vez que quedaba en un lugar muy poco airoso, se mostrase reacio a dejar la historia en aquel punto, como si pensase que se hacia necesaria una justificacion de algun tipo. Despues de sacarse un panuelo multicolor del bolsillo y de secarse la frente con el, anadio:

– Cuando supe lo del asesinato y que le habian cargado el muerto a Duke, no me lo trague. El hecho de que estuviesemos a punto de llegar al momento culminante de la guerra, que para un soldado americano era algo absolutamente irreal a menos que se encontrase en primera linea, estaba fuera de mi comprension. Me costo semanas aceptar lo que habia ocurrido, me refiero a aceptar que hubieran colgado a Duke. El no mato a nadie.

Harry callo para sonarse. Estaba visiblemente afectado por lo que acababa de decir. En seguida volvio a coger el hilo de lo que estaba contando.

– Mas tarde lei un libro sobre el caso, El craneo de Somerset, escrito por un periodista ingles.

– Barrington Miller -intervine yo, con un matiz despreciativo en la voz-. Un autentico montaje.

– En efecto -dijo Harry-, pero contenia los hechos esenciales del proceso y me informo de que el juicio habia sido una mierda. ?Celos de tipo pasional? ?Menudo cuento! Duke no tuvo nunca relaciones sexuales con la chica. Si estaba embarazada, podeis creerme, era de otro. Ya os he dicho como estaban las cosas entre Duke y Barbara.

– A mi me parece que tu descripcion responde a la verdad -dije yo, tratando de mostrarme neutral.

Alice no dijo palabra, tal vez porque se estaba preparando para un careo con Sally.

– Tomemos, por ejemplo, al comandante del ejercito americano que comparecio ante el tribunal para declarar sobre Duke -dijo Harry con un tono acre de censura en la voz-. Fue muy perjudicial para el. No podian prescindir del hecho de que habia robado una 45 y de que se servia del jeep para paseos privados. No hubo nadie que dijera que era un marido fiel, uno de los soldados mas humanos y mas civilizados del ejercito.

Se callo para volver a sonarse.

– Lo siento. Ya se que no te gusta escuchar todas estas cosas, pero lo que yo quiero es explicar cual era mi posicion. Cuando lei toda aquella basura, decidi que debia hacer. Entonces ya habia regresado a los Estados Unidos. ?Que podia hacer para enmendar aquella injusticia? ?Escribir una carta al Times de Londres? ?Ponerme en contacto con el presidente del Tribunal Supremo? Hiciera lo que hiciera, era imposible devolver a Duke a la vida. Alice, vida mia, tu sabes que hice.

– Si, buscar a mi madre -dijo Alice con voz neutra.

– Exactamente, ayudar a los vivos. Elly se encontraba en un estado lamentable. Sin trabajo, sin pension ninguna, con una hija que mantener. Y encima, profundamente avergonzada de lo que habia hecho Duke. Comence por explicarle como habian sucedido las cosas y despues me case con ella. No voy a decir que aquel matrimonio fuera nada del otro jueves, pero por lo menos la ayude a soportar aquel trance. En cuanto a Duke, llegamos a un acuerdo: no hariamos ruido, no escribiriamos al Times, ni siquiera hablariamos de el. ?Sabes por que? Pues por ti, hija mia. Yo me limite a respetar los deseos de tu madre.

Descargado de aquel peso, Harry se levanto y dijo:

– ?Que vaso esta vacio?

Alice lo habia escuchado todo con rostro impasible, pero quiso frenar aquel intento de evasion por parte de Harry.

– Si no te importa, me gustaria volver a hablar con tu mujer.

– No hay ningun problema -aseguro Harry, y se escurrio hacia la puerta.

Alice, entretanto, me devolvio el baston.

– Tengo la impresion de que la senora Ashenfelter numero dos estara en mejores condiciones de responder.

Resulto, sin embargo, que Sally no estaba en absoluto en condiciones de responder a nadie. Harry, con cara

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