Sir Jeffrey la habia escuchando con mucha atencion. Cualquiera que supiera interpretar los gestos de su rostro podia ver claramente que el recelo del consejero real no se habia atenuado, pero parecia respetar los argumentos de Sarah.

– ?Y eso es todo? -pregunto finalmente, como si intuyera que Sarah no le habia revelado toda la verdad.

– Eso es todo -contesto la joven, que aun no estaba dispuesta a contarle a sir Jeffrey la otra terrible sospecha que la reconcomia.

– De acuerdo -dijo el consejero real, asintiendo pensativo-. Ahora que me ha explicado que la mueve, me resulta mas facil comprender su modo de actuar, Sarah, aunque no este de acuerdo con usted en todos los puntos.

– Lo se, sir Jeffrey -contesto Sarah-. Y agradezco su comprension.

– Sin embargo -prosiguio impasible el letrado-, me gustaria saber si ya ha encontrado algo. ?Le ha revelado la Biblia algun secreto que hasta ahora hubiera permanecido oculto para usted?

– No, sir Jeffrey -admitio Sarah con franqueza-, de momento no. He estudiado el Genesis, he leido detenidamente lo que en el se explica sobre el pecado original, el Arca de Noe, la torre de Babel y los patriarcas de Israel… Pero, en contra de las afirmaciones de Laydon, no he encontrado nada que pudiera ayudar ni por asomo a Kamal.

– En tal caso -comento el consejero real, adoptando un tono conciliador- me gustaria arrancarla de aqui y llevarla al comedor. Mi mayordoma, Kathy, me ha dicho que hoy no ha probado bocado. Y me he permitido ordenar que prepararan un almuerzo ligero.

– Es usted muy amable -replico Sarah-, pero no tengo hambre.

– No acepto un «no» por respuesta -senalo sir Jeffrey-. Tiene que cuidar de su salud y conservar las fuerzas; de lo contrario, no podra ayudar a Kamal, y eso es lo que usted desea, ?no?

– Mas que nada en el mundo -admitio Sarah.

– Entonces, venga conmigo y coma algo -ordeno en tono paternal pero resolutivo.

A Sarah no le quedo mas remedio que obedecer, sobre todo porque sabia que sir Jeffrey tenia razon. Si se derrumbaba por culpa de la debilidad y el agotamiento, no le seria de ninguna utilidad a Kamal.

Suspirando, cerro el libro encuadernado en piel y lo dejo sin haber marcado antes la pagina por donde iba. Luego siguio a su anfitrion hacia el pasillo, al final del cual se encontraba el comedor. El olor a sopa de pescado recien hecha que salia de una sopera de plata humeante llenaba la sala y Sarah fue de pronto consciente de lo hambrienta que estaba. Se sento de buen grado y una de las criadas le ofrecio un plato de porcelana blanca y se lo lleno de sopa con un aroma suculento.

– Coma -la exhorto sir Jeffrey desde el extremo opuesto de la mesa-. Ya vera como le sienta bien.

Sarah asintio, cogio la cuchara y la sumergio en el caldo humeante, en el que flotaban unos redondeles de grasa ambarina.

– ?Sabe que no puedo quitarme de la cabeza? -pregunto entretanto.

– ?Que?

– Las ultimas palabras de Laydon. Dijo algo que no tenia sentido, pero, aun asi, no consigo desprenderme de la sensacion de que podria ser importante.

– ?Y que dijo?

– Que los judios son los hombres que no seran culpados por nada -dijo Sarah citando al canalla.

Sir Jeffrey murmuro algo despectivo.

– Desvarios de un perturbado mental -comento convencido.

– Es muy probable -especulo Sarah-. La frase estaba totalmente fuera de contexto y, a primera vista, no tenia sentido. Sin embargo, tengo la sensacion de que Laydon queria decirme algo con ella. Algo que establecia una relacion entre el estado en que se encuentra Kamal y el libro del Genesis. Al parecer, los judios desempenan un papel en todo esto, pero no consigo…

Se interrumpio al ver que sir Jeffrey se levantaba de repente y se iba de la mesa sin pronunciar una sola palabra de disculpa o de pesar, actuando en contra de las buenas formas. Sarah suspiro. Estaba claro que su obstinacion habia sido la causante de que el consejero real hubiera abandonado su propio comedor, y se reprendio por haber expresado sus pensamientos en voz alta.

Cuando se disponia a disfrutar de una cucharada de sopa, sir Jeffrey volvio con un periodico en la mano.

– Temia que el bueno de Finnegan lo hubiera utilizado para encender la chimenea -dijo, y dejo el periodico sobre la mesa, delante de Sarah-. En la pagina cuatro. Lea.

Sarah estaba sorprendida. En contra de lo que esperaba, no distinguio ni critica ni enojo en el rostro de su anfitrion. Al contrario, sir Jeffrey estaba muy serio y el aire paternal habia desaparecido de su semblante.

Sarah cumplio solicitamente la orden. El periodico tenia fecha del 19 de septiembre, o sea que era de hacia una semana. Los titulares informaban de ganancias record en la Bolsa y de un cambio de direccion en la cupula del almirantazgo.

Obediente, Sarah fue a la pagina indicada y se quedo de piedra al leer el titular destacado:

?EL RETORNO DEL GOLEM?

Los judios de Praga aterrados por la legendaria figura

Sarah levanto confusa la vista y le dirigio una mirada interrogativa a sir Jeffrey.

– Lea -volvio a pedirle, y Sarah le echo una ojeada al articulo.

La historia del Golem es bien conocida. Segun la leyenda, en el siglo XVIel enigmatico rabi Low creo una criatura de barro que debia ayudar a los ciudadanos del barrio judio de Praga. Sin embargo, el ansia humana de originar vida a partir de algo inanimado fracaso y el Golem se convirtio paulatinamente en una amenaza, de manera que al rabi no le quedo mas remedio que destruir a su criatura. No obstante, algunas voces afirman que el Golem ha continuado existiendo hasta nuestros dias y que se albergaba en algun lugar situado por debajo de la ciudad. Naturalmente, se trata de meras leyendas que, sin embargo, estos dias vuelven a recuperar peso porque hay quienes aseguran haber visto varias veces a ese gigantesco ser en las callejuelas de Josefov durante las semanas pasadas. En tanto que la policia se enfrenta a un misterio y los representantes de la Iglesia catolica niegan la existencia de semejante criatura, el miedo ronda por el barrio judio, ya que, segun cuenta el rabi Mordechai Oppenheim, experto en la interpretacion de escritos, el regreso del Golem anuncia la llegada del fin del mundo…

Despues de leer la noticia, Sarah se quedo unos momentos en silencio.

– Originar vida -repitio pensativa-, eso es lo que significa «Genesis». ?A eso aludia Laydon cuando…?

– Mientras la escuchaba, me vino a la cabeza ese articulo -dijo sir Jeffrey-. Debo confesarle que cuando lo lei por primera vez no crei una palabra. Pero despues de lo que usted me ha explicado…

– … considera posible que Laydon se refiriera a esto -concluyo Sarah

Вы читаете Las puertas del infierno
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату