– No, claro que no -admitio Sarah-. Pero una desviacion de quince anos…
– Para el dios de Jacob, eso es un instante -le dio que pensar el rabino-. Hay muchas historias alrededor de la creacion, las acciones y la desaparicion del Golem, lady Kincaid, y la verdad se encuentra en algun punto entre ellas. Es cierto que el Golem aparecio por primera vez en el ano 1580, pero la criatura fue creada muchos anos antes y permanecio oculta a los ojos del mundo.
– Co… comprendo -contesto Sarah, dubitativa-. ?Esta realmente seguro en lo que respecta al ano 1565?
– ?Por que lo pregunta?
– Porque ese ano es muy importante por otros motivos -aclaro Sarah solicitamente.
– ?De verdad? ?Que ocurrio?
– En el ano 1565, el jefe del ejercito otomano Dragut Rais intento penetrar con una flota en la region occidental del Mediterraneo y conquistar la isla de Malta. En aquella epoca, Malta pertenecia a los caballeros de la Orden Hospitalaria de San Juan, que opusieron una enconada resistencia contra Rais y finalmente consiguieron rechazar la invasion.
– ?Y? -pregunto el rabino.
– Hasta aqui, la parte oficial de la historia; ahora depende de usted si continuo o no con la transmision oral.
– Adelante.
– Muy pocos saben -prosiguio Sarah-, que Dragut Rais tenia en su poder un artefacto antiquisimo, de tiempos remotos, llamado codicubus.
– ?Un que? -pregunto Gustav, que atendia con asombro a la conversacion y parecia no saber que debia pensar de todo aquello.
– Un recipiente metalico en forma de cubo, destinado a guardar mensajes e informaciones secretas a traves de los siglos -explico Sarah-. Al parecer, antiguamente pertenecio a Alejandro Magno.
– Interesante -reconocio Oppenheim-. ?Como sabe usted todo eso?
– Lo se porque tuve en mis manos ese codicubus… y porque las personas que querian apoderarse de el son las mismas que le han hecho esto a Kamal.
– El estado de su amado… ?fue provocado artificialmente?
– Todo parece indicar que si -confirmo Sarah-, porque el simbolo de esa gente es un unico ojo, que aparece en una de las seis caras del cubo, y tambien estaba en una nota que habian colocado debajo de la lengua de Kamal.
– Como el esquema -gimio el rabino, y se noto que se estremecia.
– Ademas, tenia una senal en la frente, compuesta por tres letras: A, M y T. Seguro que las conoce.
– ?Comprende ahora por que estoy aqui, rabino? -pregunto Sarah, dirigiendo una mirada interrogativa al anciano-. ?Comprende por que estoy tan convencida de que precisamente aqui podria encontrar lo que librara a mi pobre Kamal de sufrir un final demasiado prematuro y azaroso?
– Absolutamente, lady Kincaid… Y lo considero una confirmacion mas de que usted es la persona de la que habla la profecia. Ha venido usted desde muy lejos para indagar sobre el Golem y su existencia, tal como estaba vaticinado. Sin embargo, deberia tener mucho cuidado…
– Es la segunda vez que insinua algo asi. ?Que quiere decirme exactamente, rabi?
Por un momento parecio que Oppenheim iba a contestar, pero luego se lo repenso. La unica reaccion que Sarah obtuvo por respuesta fue un obstinado cabeceo de desaprobacion. Sin querer recordo la advertencia de la condesa de Czerny: «Los rabinos son gente extrana. Suelen hablar con acertijos y algunas personas se han extraviado en el embrollo de sus palabras».
Sarah estaba harta de alusiones imprecisas. Cansada de andar a ciegas por laberintos que otros levantaban a su alrededor, y por eso hablo con aspereza.
– Con simples insinuaciones no puedo hacer nada -puntualizo-. Lo que ha dicho solo refuerza mi proposito de buscar y encontrar al Golem.
– ?Qui… quiere encontrar al Golem?
– Efectivamente. Al entrar me ha preguntado si creia en el Golem. A decir verdad, estoy dispuesta a hacer casi cualquier cosa y a creer todo lo que sea necesario para salvar a Kamal. Si encuentro al Golem, probablemente tambien encontrare el agua que da la vida… y que probablemente podra salvar a mi amor. ?Comprende?
– Creo que si…
– ?Sabe donde se encuentra actualmente el Golem?
El rabino meneo la cabeza.
– No, lady Kincaid.
– Pero usted dijo que lo habia visto.
– Casualmente, hace unas semanas. Mi amigo Daniel, el lechero, me habia invitado a su casa y regrese a una hora avanzada. A la luz palida de la luna distingui una figura enorme, gigantesca, que avanzaba caminando pesadamente…
– El Golem -continuo Sarah.
– Tal como lo describen en los antiguos escritos.
– ?Adonde fue?
– No lo se.
– ?No lo siguio?
– Lady Kincaid, soy un servidor de Dios, no un superhombre -reconocio el rabino avergonzado-. Al principio, tuve tanto miedo que no podia ni mover las piernas. Cuando por fin volvieron a obedecerme, el Golem habia desaparecido. Corren rumores de que se esconde en las profundidades de la ciudad, en una habitacion sin entrada.
– ?Una habitacion sin entrada? -pregunto Gustav, que escuchaba absorto.
– Dicen que solo la encontrara quien tiene que encontrarla -afirmo el rabino.
– Ha hablado usted de rumores -dijo Sarah-. ?Hay mas gente que ha visto al Golem?
– Ciertamente, lady Kincaid, y cada vez son mas. Porque, como ya le he dicho, el Golem ha regresado para anunciar el fin del mundo.
– ?El fin del mundo? ?Se refiere al Apocalipsis? -Sarah enarco las cejas-. ?No es eso un poco exagerado? Al fin y al cabo, se trata de una de las muchas historias…
– Para nosotros, no, lady Kincaid -aseguro el rabino con mirada sombria-. Si el Golem ha regresado, eso significa que el mal tambien ha regresado… Y ese mal amenaza a nuestra comunidad tanto como a usted y a su amado Kamal. No se si…
Se interrumpio subitamente al oir unos gritos fuera, tan fuertes y estridentes que incluso se oyeron a traves de la lluvia y de la pared doble del tejado. Una voz aguda grito algo en una lengua extranjera que Sarah no entendia… Pero se oyo claramente una palabra…
Golem…
– ?Que ocurre ahi fuera? -inquirio.
– El Golem -contesto el rabino susurrando-. Han vuelto a verlo. Muy cerca…