observar atentamente, pero no habia ni rastro de la silueta enorme que hacia unos momentos le habia inspirado tanto temor.

?Habia estado alli de verdad?

?Lo habia visto Sarah realmente? ?O solo habia sido una imagen, una fantasmagoria que su miedo irracional habia proyectado sobre la blanca pared de niebla? Ahora que habia superado el primer susto y habia recobrado el aliento, Sarah no sabria decirlo con exactitud. Se acordo de Paris, de las callejuelas de Montmartre donde una vez ya tuvo la sensacion de que la perseguia una figura gigantesca; ocurrio hacia una eternidad, o eso le parecia, cuando su padre aun estaba vivo y el mundo que la rodeaba era en ciertos aspectos distinto. ?Y si el antiguo temor le habia jugado una mala pasada y le habia hecho creer algo que en realidad no existia?

No mucho tiempo atras, Sarah habria rechazado semejante posibilidad y habria afirmado que algo asi no podia sucederle a una mente despierta. Pero lo que habia visto y vivido desde entonces le habia ensenado que hay cosas que no pueden explicarse a fondo con medios racionales…

– ?Estas bien? -pregunto Kamal, que le veia el desconcierto en los ojos y parecia seriamente preocupado.

– Supongo -replico Sarah-. Es solo que… Estaba segura de que habia alguien…

– En la niebla, las cosas suelen parecer distintas que con luz clara - senalo Kamal-. Una roca se convierte en un gigante, un arbol en una figura espantosa. Por algo se tejen incontables historias de fantasmas alrededor de estos pantanos.

– Tienes razon -dijo Sarah, y de repente se sintio insensata y estupida-. Me he dejado amedrentar como una cria.

– Probablemente ese es el motivo -opino Kamal.

– ?A que te refieres?

– En el fondo de nuestro corazon -contesto, esbozando una sonrisa-, todos seguimos siendo ninos. Puede que nuestro intelecto madure y que nuestro fisico envejezca, pero en el fondo sabemos que seguimos siendo crios vulnerables.

– Eso es verdad -replico ella, agradecida por su comprension.

– Tienes que dejar atras el pasado, Sarah. Se que aun te persigue, pero no puedes ceder. Algun dia, te lo prometo, despertaras y habras dejado atras todas esas cosas.

– ?Tu crees?

– Inshallah -replico Kamal suavemente.

Sarah asintio. Si Dios quiere.

Era la respuesta de Kamal a muchas cosas, la expresion de una fe con raices profundas por un lado y, por otro, una sumision al destino a la que Sarah solo podia acostumbrarse con cierto recelo. Ella tambien habia experimentado que el ser humano no siempre era libre en sus decisiones y que existian poderes que lo guiaban y lo dirigian, pero estaba demasiado marcada por la educacion de su padre y por el pensamiento moderno para poder compartir totalmente la conviccion de Kamal. Una parte de ella continuaba aferrandose a la esperanza de que el ser humano fuera dueno de sus actos, al menos parcialmente. En ello seguia viendo la unica probabilidad de sacudirse de encima algun dia los fantasmas del pasado.

– Ahi fuera no hay nadie, Sarah -dijo Kamal lleno de conviccion-. Solo son tus miedos, que te persiguen, pero no tienes que temer nada. El Libro de Thot fue destruido, ya no quedan herederos de Meheret. Mi deber ha prescrito, igual que el tuyo. Has expiado tus faltas, igual que yo. Va siendo hora de mirar adelante.

– ?Me ayudaras? -pregunto la joven mientras el le cogia la fria mano y se la besaba carinosamente.

– Te ayudare -aseguro-. No hay nada que debas temer. Todo ha acabado, ?me oyes? De una vez por todas.

Sarah le devolvio la sonrisa que el le habia brindado y que la reconforto como un rayo de sol brillante. Luego volvieron a subir a la silla y regresaron a trote lento a Kincaid Manor. Sarah miro una vez mas en la espesa niebla, pero el misterioso personaje continuaba desaparecido.

Kincaid Manor, noche del 16 de septiembre de 1884

Habia sido un agape abundante. Molly Hackett, la corpulenta cocinera de las Midlands que trabajaba en la finca desde que Sarah recordaba, habia vuelto a desplegar todos los registros de su saber y habia servido un menu compuesto por una sopa vigorizante, carne de carnero guisada con salsa de menta y patatas asadas.

Despues de cenar, Sarah y Kamal se retiraron a la sala de la chimenea, en cuyo hogar ardia un fuego calido que, entre chisporroteos, lanzaba una luz tintineante sobre las paredes recubiertas de madera. Delante habia un sofa amplio de piel oscura, donde se sento Kamal mientras Sarah rebuscaba en el armario de los licores. Su padre solia guardar alli algunos valiosos destilados, pero Sarah no lo habia tocado desde que el murio. Sin embargo, esa noche supero sus recelos. Volvio con una botella polvorienta de whisky escoces y dos vasos de cristal resplandecientes, y se sento al lado de Kamal.

– Mi padre guardaba este whisky para una ocasion especial -explico-. No se cansaba de contar que este licor tenia casi doscientos anos y que lo habian embotellado el mismo ano en que tuvo lugar la masacre de Glencoe. Solo hay un punado de botellas en todo el mundo.

– ?Y quieres beberlo hoy? -pregunto Kamal enarcando las cejas.

– Por supuesto.

– ?Por que motivo?

– Porque hoy es una ocasion especial -contesto Sarah sin rodeos-. Hoy es el primer dia del resto de mi vida. El dia en que he decidido dejar atras definitivamente mi pasado y mirar al futuro.

– Una buena decision -alabo Kamal sonriendo.

– ?Verdad que si? Y todo gracias a ti. Me has dado la fuerza para hacerlo. Siempre estas a mi lado cuando te necesito, incluso cuando estoy a punto de perderme en la niebla. Te amo con todo mi corazon, Kamal.

– Y yo te amo a ti -contesto el-. Aun asi, no deberias descorchar la botella.

– ?Por que no?

– Porque yo no bebere contigo -explico senalando hacia el techo revestido de madera-. Ala me lo prohibe, ?lo habias olvidado?

– ?Significa eso que no estas dispuesto a hacer una excepcion? - pregunto mientras dejaba la botella y los vasos en el suelo-. ?Ni siquiera por mi?

– Ni siquiera por ti -insistio el.

Sarah sonrio, no habia esperado otra respuesta.

– En ese caso -dijo, haciendose la ofendida-, tendre que expresarte mi afecto de otra manera.

– Inshallah -contesto Kamal, con verdadera cara de inocencia mientras ella se le aproximaba.

A Sarah se le acelero la respiracion. Expectante por la pasion que vivirian juntos, se inclino hacia delante hasta que su rostro quedo muy cerca del de su amado. Podia notar su calidez, su aliento. Sabia que el tambien disfrutaba de esa proximidad, del estremecimiento que los sobrecogia ante la dicha que se avecinaba. Sarah noto que se le endurecian los pechos y temblo cuando Kamal puso su mano sobre ellos y empezo a besarla tiernamente.

La acaricio suavemente, como un viento del desierto, la beso en el cuello, en los ojos y en la frente, hasta que sus labios se encontraron. Sus lenguas se unieron con deseo mutuo, y Sarah empezo a desabrocharse el vestido con manos temblorosas. La ropa cayo entre crujidos y dejo al

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