A Sarah no le quedo mas remedio que mirarlo con impotencia.
Espantada, vio como los agentes montaban en sus caballos y el carro traqueteaba hacia el portalon de entrada. A traves de la ventana enrejada que habia en la puerta trasera del carruaje, Sarah pudo ver el rostro de Kamal. Se le habia borrado todo color y sentimiento. Los rasgos de Kamal se habian convertido en una mascara palida de piedra; solo sus miradas revelaban ira.
– ?Yo no te he delatado! -grito Sarah mientras echaba a correr detras del vehiculo, descalza como una criatura corriendo detras de un carromato del circo-. ?Por favor, creeme, Kamal! ?Yo no te he delatado! ?Yo te quiero! Nunca haria nada que te…
Se interrumpio al resbalar en el lodo que los cascos de los caballos y las ruedas del carromato habian dejado. Cayo de bruces sobre el barro, que le mancho la cara y la ropa. La humedad pronto le calo la camisa de dormir y sintio un frio tremendo. Le temblaba todo el cuerpo y se incorporo ligeramente, solo para ver que el carro con su amado desaparecia en la noche y en la niebla.
Durante unos momentos aun pudieron verse los faroles del carruaje y las antorchas de los jinetes; luego, tambien desaparecieron.
– Yo no he sido -murmuro Sarah con voz entrecortada-. Yo no te he delatado…
Y finalmente se abrieron paso las lagrimas de la desesperacion.
Le corrian en regueros zigzagueantes por la cara, mientras seguia de cuclillas en el barro frio y clavaba las manos en la tierra humeda hasta que le dolieron de frio… y Sarah Kincaid noto de golpe que el temor tambien regresaba a ella.
Capitulo 4
No puedo creerlo. Despues de meses de supuesta calma, durante los cuales he hecho todo lo posible por olvidar y dejar atras el pasado, este ha regresado inesperada y cruelmente y ha irrumpido en mi vida. Con todo, aun no soy capaz de valorar que me pesa mas, si el hecho de que hayan detenido por asesinato a mi amado y lo hayan conducido a Londres, o que el me considere la causante de este terrible cambio de rumbo.
Por mucho que me hiera que piense algo asi de mi, no puedo reprocharselo. El recuerdo de aquella noche en la que, siguiendo la ley del desierto, nos confiamos nuestros secretos mas intimos, continua estando presente. Si miro atras, creo que fue aquella noche cuando, sin intuirlo siquiera, me enamore de Kamal. Porque, aun sin poder explicar el motivo exacto, senti que eramos muy parecidos, almas gemelas en la corriente del tiempo…
?Me engano esa sensacion?
No consigo quitarme de la cabeza la mirada que Kamal me ha lanzado a traves de los barrotes. Me persigue como una sombra, incluso durmiendo y en suenos. Habia tanta inculpacion silenciosa en ella, tanta ira muda. ?Se ha extinguido realmente su amor por mi? ?He perdido para siempre lo que crei haber conquistado?
No voy a conformarme con ese destino sin luchar, porque no me siento culpable. Nunca le he contado a nadie el secreto de Kamal y no he hecho nada que justifique su desconfianza. Espero de todo corazon conseguir convencerlo de mi inocencia; de lo contrario, su orgullo le impedira aceptar mi ayuda y me da la impresion de que, sin un buen representante en los tribunales, la condena de Kamal esta sellada.
He decidido abandonar una vez mas la seguridad de Kincaid Manor y viajar a Londres para pedirle ayuda a mi viejo amigo Jeffrey Hull. Asimismo, tengo que descubrir de donde ha sacado Scotland Yard la informacion que condujo a la detencion de Kamal, puesto que solo asi podre demostrarle mi lealtad…
Milton Fox habia cambiado. Sus rasgos afilados, dominados por una nariz respingona y que de vez en cuando se contraian con nerviosismo, seguian teniendo algo del animal que designaba su apellido. Sin embargo, se habia serenado y habia ganado unas cuantas libras de peso, lo cual probablemente se debia al ascenso a superintendente que habia conseguido por su participacion en la busqueda del Libro de Thot.
Oficialmente, la expedicion nunca habia tenido lugar bajo la direccion de Sarah Kincaid
Con un semblante grave y las manos cruzadas, Fox se sentaba detras de su gran escritorio de teca y echaba una ojeada al informe que tenia delante. Entretanto, no dejaba de oirse como chasqueaba la lengua en tono de reprimenda, por lo que Sarah tuvo la sensacion de ser una nina recibiendo una reganina de su maestro.
Siguiendo la invitacion de Fox, se habia sentado en una de las dos butacas de piel que habia para las visitas. Sir Jeffrey, que la habia acogido amablemente en su casa durante su estancia en Londres, se habia empenado en acompanarla a Scotland Yard. Asi pues, estaba sentado a su lado, esperando con la misma expectacion que ella lo que diria Milton Fox.
– Sarah, Sarah -comento Fox finalmente, levantando la vista. En sus rasgos delicados se reflejaba la preocupacion-. Me temo que esta vez se ha metido en un buen lio. Resistencia contra la autoridad, uso de la violencia contra un acreditado funcionario de la Justicia que se limitaba a cumplir con su obligacion…
– Es un cerdo -comento Sarah con sinceridad y para espanto no solo de Milton Fox.
– Querida -se apresuro a decir sir Jeffrey enarcando las cejas blancas y pobladas-. Debo pedirle que…
– Es verdad -insistio Sarah, impasible-. Estuvo a punto de llamarme prostituta. ?Es eso lo que usted considera un acreditado funcionario, Milton?
– No, evidentemente -se defendio Fox-. El inspector Lester recibira por ello una amonestacion oficial y una tacha en su hoja de servicios. Pero eso no le da derecho a usted a actuar con violencia.
– El inspector Lester -replico Sarah con obstinacion- ofendio mi honra. Si yo fuera un hombre, probablemente no estariamos teniendo esta discusion.
– Pero usted es lo que es… Y es un hecho que su relacion con Kamal…
– ?Si? -inquirio Sarah mientras Fox, ruborizado, intentaba encontrar las palabras adecuadas.
– … no se ajusta al modelo tradicional de una union legitima -expuso finalmente utilizando una formula que considero adecuada-. Ciertas personas podrian sentirse ofendidas por ello.
– ?Ciertas personas? -inquirio Sarah-. ?Quien, por ejemplo?