– Segun la mitologia, Efira era una ciudad situada en la orilla norte de la laguna Aquerusia -explico Sarah diligentemente-. De hecho, alli se encuentran los restos de una colonia de la epoca clasica, aunque nunca han sido investigados.

– Comprendo -asintio la condesa.

– Se cuentan todo tipo de cosas milagrosas sobre el Necromanteion - agrego Hingis-. Algunas personas que visitaron el oraculo tuvieron visiones del mas alla y de seres a los que habian perdido.

– ?Como es posible?

– Bueno -prosiguio Sarah-, en algunos documentos antiguos se supone que alli estaba la entrada a los infiernos, lo cual significaria que el Oraculo era una especie de puerta entre este mundo y el mas alla. En otros se supone que la entrada al Hades se encontraba mas hacia el noreste, en los cursos de los rios que fluyen mas arriba. ?Cual es la version acertada? No lo se. Pero si pensamos que en todas esas leyendas se oculta un fondo de verdad, tengo que ir a Efira lo antes posible.

– ?A hacer que?

– A seguir el rio Aqueronte desde sus fuentes en el monte Tomaros hasta la laguna Aquerusia, y a buscar la entrada del Hades -declaro Sarah-. O, al menos, lo que los antiguos griegos creian que era, porque sospecho que alli esta el agua de la vida.

– La entrada al Hades -repitio Hingis asombrado-. ?Va a seguir las huellas de Ulises y Perseo?

– Exacto -confirmo Sarah.

– ?Que pretende decirnos, querida? -pregunto la condesa de Czerny en tono de duda-. ?Espera realmente encontrar las sombras del otro mundo?

– Probablemente no -admitio Sarah-. Sin embargo, tiene que haber algo, una cueva, un rio subterraneo, una anomalia geologica, que existe de verdad y que inspiro todos esos mitos. Tengo que ir alli si quiero salvar a Kamal. Estoy plenamente convencida de ello.

– Admiro su sagacidad y su determinacion -aseguro la condesa-. Sobre todo porque yo seria incapaz.

– Es usted demasiado modesta.

– En absoluto. Sin embargo, debo advertirla de que tenga cuidado.

– ?Por que motivo?

– Es posible que lo que usted llama Epiro perteneciera antiguamente a la Helade, pero con la conquista de Constantinopla por los turcos se convirtio en parte del Imperio otomano, y asi ha seguido hasta nuestros dias. El sur de Grecia y una parte importante de Tesalia han conseguido librarse del yugo turco a raiz de la guerra de independencia, pero Epiro y Macedonia continuan bajo Administracion otomana. Y aunque sufre muchos achaques, el hombre enfermo de Europa no parece dispuesto a retirarse. Como consecuencia, la tierra fronteriza entre ambos territorios es una region extremadamente peligrosa, sacudida por constantes revueltas. La prensa de todo el mundo informa de ello.

– Conozco las circunstancias politicas de la zona, condesa, y aprecio su preocupacion -aseguro Sarah-. No obstante, mi decision es firme. Tengo que seguir este indicio.

– ?Aunque le cueste la vida?

– Kamal o yo, ?donde esta la diferencia? -replico Sarah con otra pregunta-. Si no encuentro ningun remedio para el, su fin esta sellado y el mio tambien. Ya perdi a una persona que me importaba mucho y que para mi significaba mas que nada en el mundo, condesa. No permitire que vuelva a suceder.

– Sarah, yo… -empezo a decir Hingis visiblemente azorado.

Sarah le pidio con un gesto que no continuara y le ahorro tener que buscar una explicacion.

– Ya se que quiere decirme, Friedrich -afirmo-, y seguramente tiene usted razon. La empresa que pretendo acometer es arriesgada y, ademas, no esta nada claro el desenlace.

No puedo esperar ni espero que usted participe. De todos modos, ya ha hecho mucho mas por mi de lo que podia esperar.

– ?Como? -pregunto atonita Ludmilla de Czerny-. ?Pretende emprender el viaje sola?

– En compania de algunos porteadores y de un guia local, ?por que no? -replico Sarah.

– Porque eso no entra en consideracion -contesto Hingis energicamente-. Aprecio su humildad, mi querida amiga, pero no puedo aceptar que me deje fuera de sus planes. Por supuesto que la acompanare si usted me lo permite.

– Es usted muy noble, amigo mio, pero no se lo permito.

– ?No? ?Por que no?

– Porque ya he perdido a demasiados buenos amigos. Si a usted le ocurriera algo en esta expedicion, jamas me lo perdonaria.

– En tal caso -respondio el suizo sin pensarlo-, la aliviara saber que en esta ocasion pienso seguir de una pieza, y ya puede interpretarlo literalmente. Otra cosa seria que usted no me quisiera porque, a sus ojos, un tullido supone mas un obstaculo que una ayuda…

– Pero… no -se apresuro a asegurar Sarah, que habia notado cierto deje de enfado en las palabras de Hingis-, se trata de su seguridad. Tenerlo a mi lado seria un gran consuelo y una ayuda irremplazable.

– Entonces cuente conmigo -replico simplemente Hingis, haciendo un amago de reverencia: para un caballero de su talla, con eso estaba todo dicho.

– Tambien conmigo -afirmo la condesa sonriendo.

– ?Qui… quiere usted acompanarme tambien en la expedicion?

– ?Por que no, querida? Como ya le dije, toda mi vida he deseado darle la espalda a esta ciudad y explorar el ancho mundo. Mi audacia no alcanza para seguirlos hasta el destino de su viaje, pero si usted lo permite los acompanare un trecho del camino. Tanto mas cuanto que dispongo de medios y recursos que a usted podrian estarles vedados.

– Eso seria maravilloso -dijo Sarah-. Una vez mas, no se como agradecerselo, condesa.

– Por favor. -La condesa sonrio aun mas ampliamente-. Las hermanas se ayudan, ?no es cierto?

– Eso es verdad -asintio Sarah-. Aunque no se…

Se interrumpio porque la puerta de la sala de lectura se habia abierto de repente y habia aparecido el profesor Bogary, acompanado por un muchacho en el que Sarah reconocio a uno de los criados de la condesa. El joven tenia el rostro encendido y su pecho subia y bajaba a causa de la agitada respiracion… Y al ver la terrible expresion en su semblante, Sarah supo que habia sucedido algo.

– Buenas noches, alteza -exclamo jadeando, mientras se inclinaba profundamente delante de su senora-. Disculpe la intromision. Me envia el doctor Cranston…

– ?Kamal! -Sarah se levanto alarmada de su asiento, puesto que tenia muy claro que la noticia solo podia concernir a su amado-. ?Que le ocurre?

– El doctor dice que vayan enseguida -comunico entrecortadamente el mensajero-. Es muy urgente…

Capitulo 7

Diario de viaje de Sarah Kincaid, anotacion posterior

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