de limpiarla.

Kincaid le presento a Gemma solo por el nombre de pila, y anadio:

– Me gustaria hablar con usted de Jasmine.

– Pasen ustedes. -Felicity los hizo pasar al salon, luego dijo-: Voy a lavarme. -Vacilo mientras se alejaba y se dio la vuelta-: ?Quieren un cafe? Iba a prepararme uno.

Gemma y Kincaid aprovecharon la ocasion para echar un vistazo a la estancia. Estaba ordenada y escrupulosamente limpia, como Gemma podia atestiguar tras pasar a hurtadillas un dedo por el borde de una estanteria: ni una mota de polvo. Los muebles eran de buena calidad, pero no nuevos, y los adornos parecian mas objetos de familia, le parecio a Gemma, que escogidos con un gusto decorativo determinado. Habia un Sunday Observer abierto sobre el sofa, unica prueba de una ocupacion espontanea.

Kincaid se acerco a las ventanas traseras y miro fuera, al jardin lleno de zarzas.

– ?Vive sola? -pregunto Gemma bajito cuando se hubo acercado.

– Eso parece, ?no?

Felicity volvio con una cafetera y unas tazas chinas en una bandeja. La dejo en la mesita baja, cogio el periodico delator del sofa y lo puso fuera de las miradas, bajo una mesa. Parecia haber recuperado autoridad, con la cara y las manos limpias, y dirigio a Gemma y a Kincaid hacia el sofa mientras les servia; luego cogio una silla para ella. El sofa se hundia en la parte central y Gemma se esforzaba por no rozar con el muslo el de Kincaid mientras miraba a Felicity, quien estaba sentada altivamente en su silla. Vio la comisura de los labios de Kincaid esbozar una sonrisa divertida ante su apuro. Felicity habia llevado a cabo una maniobra inteligente y ensayada, penso Gemma, y no se sorprendio lo mas minimo cuando se hizo cargo de la entrevista.

– Entonces, ?ya tiene los resultados de la autopsia? -pregunto Felicity a Kincaid, al tiempo que cruzaba las piernas y ponia la taza en equilibrio sobre la rodilla.

– El patologo ha encontrado mas morfina de la prescrita para una dosis para el dolor. ?No podria…?

– Mire -lo atajo Felicity, inclinandose hacia el-, comprendo como se siente. Esta impresionado porque no se lo esperaba, pero yo lo veo continuamente. No es inusual.

– Margaret cree…

– Usted y yo sabemos, senor Kincaid, que la asistencia a un suicidio es un delito grave. Estoy segura de que Jasmine se dio cuenta de que no podia arriesgarse a implicar a Margaret, y considero que esta tendria la sensatez de tener la boca cerrada sobre su anterior acuerdo. Jasmine no necesitaba ayuda, puesto que tenia acceso a la morfina liquida.

Kincaid se apoyo en el respaldo y dio un sorbo al cafe, mientras dejaba, momentaneamente, la ofensiva y cambiaba de tactica.

– ?Por que morfina liquida en lugar de pastillas?

– Por la dificultad para tragar. El tumor le presionaba el esofago y crecia. Jasmine comia cosas muy blandas ahora, y si hubiera durado mas, habria necesitado una sonda. -Felicity suspiro y se acomodo un poco en la silla-. El dolor tambien hubiera crecido de forma considerable, tal vez hasta no poder controlarse con calmantes. He visto tumores como este partirle las costillas al paciente.

– ?Jasmine lo sabia? -pregunto Gemma, horrorizada ante la descripcion.

– Me lo imagino, Jasmine era una paciente informada, estaba al tanto de todo.

Felicity sonrio y guardo silencio, y Gemma percibio desanimo debajo de la tajante superficie.

– ?Como soporta lo que hace, ver como la gente sufre tanto?

Esta vez Felicity encogio los hombros con tanta energia que parecio un desaire.

– Alguien tiene que hacerlo. Yo valgo para eso. Les hago sentir comodos, los tranquilizo.

Kincaid se acabo el cafe, se inclino hacia delante y dejo la taza vacia en la mesa, pausadamente.

– Felicity, ?como pudo Jasmine acumular bastante morfina para matarse? ?No le daba usted las prescripciones?

– Hace semanas solicito un aumento de la dosis. Nosotros no limitamos el consumo de opiaceos a los pacientes terminales, solo intentamos que esten comodos. Es posible que me dijera que necesitaba mas morfina y luego mantuviera la misma dosis. -Felicity observo a Kincaid-. Me temo que no puedo decirle nada mas.

Evidentemente, Felicity se estaba despidiendo, pero Kincaid cruzo el tobillo sobre la rodilla y le sonrio.

– Dijo usted que habia visto a Margaret varias veces. ?Llevaba alguna vez a su novio? Se llama Roger, estoy seguro de que se acordaria de el.

– No, Margaret siempre vino sola las veces que estuve yo, y Jasmine nunca nombro a ningun novio.

– ?Le dijo Jasmine que iba a ver a su hermano?

Felicity sacudio la cabeza y se puso a recoger las tazas en la bandeja.

– Nunca hablabamos de temas personales. A algunos pacientes les gusta contarte su vida, pero a Jasmine no.

– ?La visitaba alguien? ?Ha visto recientemente a algun desconocido por el edificio?

– No, lo siento.

Kincaid cedio con tacto. Se levanto y estrecho la mano de Felicity.

– Gracias, ha sido usted muy util.

Gemma se apresuro a anadir.

– Gracias por concedernos este tiempo.

– Tal vez necesitemos que comparezca usted -agrego Kincaid, como si se tratase de una idea de ultimo momento, cuando se alejaban hacia la puerta.

– Muy bien. ?Me avisaran ustedes?

Kincaid asintio y le abrio la puerta a Gemma.

– Adios.

Gemma se volvio mientras la puerta se cerraba para hacer eco a la despedida y vio una ultima imagen de Felicity Howarth sola en el salon de su casa.

***

Alcanzaron la A24 hacia Surrey antes de decir nada. Gemma miro de reojo a Kincaid. Conducia con desenvoltura, con la mano apoyada con suavidad sobre el cambio de marchas, y la expresion oculta por las gafas de sol que habia sacado del bolsillo de la puerta.

– No te acaba de convencer, ?verdad? -le pregunto. El respondio sin apartar los ojos de la carretera:

– No, tal vez soy demasiado obcecado.

– Crees que habria dejado una nota para Margaret o Theo -dijo Gemma, y anadio- o para ti.

Sentia cada vez mas curiosidad por aquella mujer que habia ocupado buena parte de la vida de Kincaid, y de la que no sabia nada. Habia aludido a alguna visita entre vecinos, pero ella siempre habia pensado que se trataba de algun hombre, con el cual ir al pub juntos. ?Cual habria sido su relacion con Jasmine Dent? ?Serian amantes, con Jasmine tan enferma de cancer?

Mientras miraba a hurtadillas la cara abstraida de Kincaid, Gemma se sorprendio al pensar en lo poco que sabia de su actividad personal. Le habia parecido que se movia por la vida con una soltura que admiraba y, a la vez, la irritaba, pero tal vez no todo le resultara tan facil como ella creia; evidentemente, el estaba sufriendo tanto por el dolor como por el sentimiento de culpa por la muerte de Jasmine.

Bien pensado, ella nunca le habia dado ocasion para hablarle de nada fuera del trabajo. Ella charlaba sobre Toby y Kincaid escuchaba como si las actividades de un nino de dos anos fueran lo mas maravilloso del mundo. Deberia de haberlo atribuido a sus buenos modales; decidio ser menos obtusa en el futuro.

– ?Gemma?

Se volvio hacia Kincaid y se sonrojo, pues se sintio transparente.

– ?Que?

– Parecias un poco preocupada. ?Te da miedo mi conduccion?

– No -respondio Gemma, sonriente-. Es que estaba pensando -busco lo primero que le vino a la mente- en… Felicity. ?Crees que si pasaras la vida cuidando a moribundos, tratando de consolar su sufrimiento, necesitarias una fe muy fuerte?

– Es posible. Sigue.

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