Gemma y dio unos toquecitos con el cigarrillo en el cenicero de la mesita de cafe-. Mire, sargento, es sargento, ?no? -Gemma asintio-. Todavia estoy arrancando, una denuncia por negligencia me arruinaria.

– Podria empezar contandome como trabaja.

Gemma indico con un dedo la zona del despacho.

– Casi todos los clientes nos han llegado por referencias, desde el principio. Yo he trabajado como enfermera y los medicos con quienes he trabajado me recomiendan a los pacientes que necesitan cuidados en casa. -Se reclino en la silla, mas comoda a medida que entraba en materia conocida-. Tengo una lista de enfermeras que pueden trabajar para mi a jornada completa o partida. Cuando nos llega un paciente nuevo, busco a una enfermera adecuada y me encargo de coordinar lo necesario. Hago las facturas y pago a mi personal. ?Queda claro asi?

– Mucho -dijo Gemma.

– Sin embargo, las buenas enfermeras piden tarifas altas y mi margen de beneficio es muy limitado. -Martha se inclino hacia delante y aplasto el cigarrillo en el cenicero-. Esto no es precisamente el Ritz, ya se habra dado cuenta. Necesitare unos anos mas de buena suerte y trabajo duro si quiero llegar bien a la jubilacion. -Sonreia mientras hablaba, pero no habia borrado la preocupacion de sus ojos.

El piso, pequeno y desordenado, parecia escrupulosamente limpio, y los muebles eran buenos, aunque de un gusto muy convencional.

– Podria ser peor, visto el panorama de las situaciones temporales -dijo Gemma con una sonrisa de respuesta, y noto que Martha se relajaba un poco mas-. Digame, senorita Trevellyan…

– En realidad, soy senora… Llevo un monton de anos divorciada. He criado sola a dos ninos, pero ahora han acabado los estudios y se han ido, y yo he podido permitirme correr este riesgo -indico la zona de trabajo-. Tratame de tu, llamame Martha, por que no. Me sentire menos en el banquillo.

A Gemma no le importo y accedio a su pequena peticion. Era bastante comun y parecia servir para que la gente sintiera menos distancia entre ellos y la policia.

– ?Como te llego Jasmine Dent como paciente?

– Una referencia medica, si no recuerdo mal. Puedo comprobarlo en los archivos. -Encendio otro cigarrillo, se levanto y fue hasta uno de los archivadores metalicos al lado de su mesa. Abrio un cajon y paso los dedos por las tarjetas de colores antes de sacar un informe medico.

– Doctor Gwilym, eso. Especialista en cancer. Me ha mandado a varios.

– ?El caso de Jasmine tenia alguna peculiaridad?

Martha penso un momento y sacudio la cabeza.

– No, la verdad es que no. Cuando nos llegan, normalmente no hay mucha esperanza de restablecimiento. Ha estado en buenas manos con Felicity. -Ante la mirada inquisitiva de Gemma, prosiguio-. Felicity Howarth es mi mejor enfermera. Le dejo que escoja los casos que quiera, de acuerdo con su horario y lo que le convenga por las distancias. -Pensativa, anadio-: Y tambien es cuestion de preferencias personales. Felicity lleva muy bien a los enfermos de cancer.

– ?Felicity escogio el caso de Jasmine?

– Creo recordar que si. Ha llevado a muchos enfermos ultimamente. Yo pense que seria demasiado para ella, pero insistio. Dice que necesita dinero.

– ?Sabes por que?

Vacilante, Martha apago el cigarrillo antes de contestar.

– No me gusta dar detalles personales de mis empleados. -Gemma aguardo en silencio, y al cabo de un momento Martha suspiro y dijo-: bueno, no creo que pueda perjudicar a nadie. Se que Felicity tiene un hijo en una clinica privada, con algun tipo de lesion infantil. Tal vez las tarifas hayan subido. Debe de ser carisimo de todas formas. -Luego anadio, un poco combativa-. Pero yo no se si quiere el dinero para eso. Podria estar ahorrando para un crucero, yo que se. Desde luego, se lo merece.

Como todos, penso Gemma, tratando de hacer caso omiso de las manifestaciones de hambre de su estomago.

– Otra cosa, Martha, sobre la morfina. ?Pudo Jasmine acumular bastante morfina para matarse?

Martha Trevellyan encendio otro cigarrillo y Gemma, por la brusquedad de sus movimientos, percibio nuevamente la tension.

– Mira, tienes que entender una cosa. Cuando el medico receta a un enfermo terminal morfina ilimitada para autosuministro no tenemos forma de controlar como la usan. La senorita Dent pudo pedir mas morfina cuando en realidad estaba manteniendo la dosis. Ocurre. Mas a menudo de lo que nos gusta reconocer, sinceramente. ?Y que vas a hacer? ?Darles un cachete en las manos? Muchos lo hacen como prevencion, por si el dolor se hace insoportable. Y en el caso de Jasmine, por el lugar donde se encontraba el tumor, el dolor podia ser mucho.

Si bien el relato de Martha Trevellyan sobre el tratamiento y las condiciones de Jasmine tenia que ver con Felicity Howarth, Gemma seguia sintiendo curiosidad por el sistema de Cuidados a Domicilio.

– ?Quien se encarga de la compra de medicamentos para los enfermos?

– Yo. Llevo un diario y el personal firma cuando lo retira. Luego yo hago un cotejo entre el cuadro del paciente y el diario de medicacion.

– ?Y no hay discrepancias? -pregunto Gemma.

– Ninguna -dijo Martha Trevellyan, rotunda. Fumo y dio varios toquecitos al cigarrillo sobre el cenicero-. ?Cuanto durara este interrogatorio? ?Es que se nos acusa de algo?

– Felicity Howarth tendra que presentarse manana en el tribunal para declarar sobre el tratamiento y el estado mental de Jasmine. Despues -Gemma se encogio de hombros-, todo dependera de la decision del juez de instruccion.

– No me lo habia dicho -dijo Martha, desconcertada-. Pero ya ves, Felicity es asi: no ha querido preocuparme. -Observo a Gemma por un momento, con los ojos entornados por el humo cuando aplasto el cigarrillo en el cenicero-. Hay una cosa que no entiendo: ?Por que perdeis tiempo con un simple suicidio? Tendreis cosas mas importantes que hacer.

– ?No te lo ha dicho Felicity?

– ?Decirme que?

– Que cabe la posibilidad de que el suicidio haya sido asistido, y eso es un delito grave. -Gemma brindo en silencio por la intuicion de Kincaid-. O puede que no fuera suicidio, sino asesinato.

***

En Scotland Yard no sabian nada de Kincaid cuando ella volvio. Gemma sacudio la cabeza al pensar en su llamada de aquella manana desde el coche. «?Dorset?». A menudo, el la acusaba de perseguir fantasmas, pero no recordaba haber recorrido nunca tres condados por ningun capricho.

La preocupaba la obsesion que parecia embargar a Kincaid por el pasado de Jasmine Dent. No le habia vuelto a nombrar los diarios de Jasmine desde que lo ayudara a subirlos a su casa. ?Habria encontrado alguna pista en la vida de Jasmine o era solo curiosidad morbosa, un intento de resucitar a una chica que no habia conocido? Gemma recordo la foto que encontro boca abajo en el cajon de Jasmine y no supo decir que le habia impedido ensenarsela a el. ?Lo habia hecho por el o por si misma?

Se habia refugiado en el despacho vacio de Kincaid, y el silencio no le dio ninguna respuesta.

Gemma se sento elegantemente en la silla de Kincaid y se sacudio aquel humor tan poco caracteristico en ella. Seria el curry que habia comido con el estomago vacio. Ya tenia bastantes problemas sin los de el… Escribiria su informe sobre la entrevista de la manana y si Kincaid no llamaba para cuando hubiera acabado, se marcharia pronto.

***

Gemma recogio a Toby en la guarderia de Hackney y se dirigio hacia el este, hacia Leyton. Ansiosa como habia estado por salir de la jefatura, la idea de una larga tarde en casa, de pronto, resultaba poco atractiva.

Leyton High Street no habia cambiado mucho desde su infancia. Los escaparates de las tiendas de ladrillo rojo tenian algunas rejas mas de seguridad; el restaurante de comida china para llevar habia sido sustituido por uno griego; la tienda donde Gemma recordaba que tenia generos de punto ahora ostentaba camisetas fluorescentes

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