preliminares-, ?por que no facilitas las cosas a todos y nos dices exactamente lo que estabas haciendo la noche en que Connor Swann fue asesinado?
Hicks clavo la mirada en Kincaid.
– Ya se lo he dicho al otro tipo, el que me ha traido aqui. Un imbecil enorme con pelo de color jengibre.
– Le has explicado al sargento Makepeace que estuviste bebiendo con amigos en el Fox and Hounds de Henley hasta que cerraron. Despues continuaste la fiesta en el piso de esos amigos -el sonido de la voz de Gemma hizo que Hicks la mirara-. ?Es cierto? -anadio con contundencia.
– Si, es cierto. Justo como lo explique. -Hicks parecio ganar confianza con la explicacion de Gemma. Se relajo en su silla y miro fijamente a Gemma, clavando la mirada durante un rato en los pechos de la sargento.
Ella le sonrio con fingida dulzura y trato de llamarle la atencion consultando su cuaderno de notas.
– El CID de Thames Valley tomo declaracion ayer noche a tus amigos, Kenneth, pero desafortunadamente ninguno de ellos parece recordar que estuvieras con ellos.
Al quedarse livido, la piel de Hicks se volvio del color de las paredes manchadas de nicotina.
– Los matare, putos mierdas. Estan mintiendo como bellacos. -Su mirada fue de Gemma a Kincaid y, al no ver en sus rostros expresiones tranquilizadoras, dijo con mas desesperacion-: No me pueden encerrar por esto. No vi a Con despues de tomar esa copa con el en el Fox. Lo juro.
Gemma paso otra pagina de su bloc.
– Es muy posible que tengas que jurarlo ante un tribunal, a menos que se te ocurra un relato mejor de tus movimientos despues de las diez y media. Connor hizo una llamada desde su piso sobre esa hora, y despues dijo que iba a salir.
– ?Quien lo dice? -pregunto Hicks, con mas perspicacia de la que Gemma le habia atribuido.
– No importa. ?Quieres saber lo que pienso, Kenneth? -Gemma se inclino hacia el y bajo la voz en tono confidencial-. Yo creo que Connor te telefoneo y te pidio que fueras a verlo a la esclusa. Os peleasteis y Connor se cayo dentro. Le podria pasar a cualquiera, ?no es asi, Ken? ?Trataste de salvarlo o tenias miedo del agua? -Su tono parecia el de alguien que comprendia y que perdonaria cualquier cosa.
– ?Jamas! -Hicks empujo su silla atras-. ?Eso es una mentira asquerosa! ?Y como diablos se supone que fui alla sin un coche?
– Connor te recogio en el suyo -dijo Gemma, razonando-, y luego tu volviste en autostop a Henley.
– No lo hice, se lo he dicho, y no puede probarlo.
Desgraciadamente, Gemma sabia por los informes de Thames Valley que eso era correcto. El coche de Connor habia sido lavado y se le habia pasado el aspirador. Los forenses no encontraron nada significativo.
– Entonces, ?donde estabas? Di la verdad.
– Ya se lo he dicho. Estuve en el Fox, luego en casa de ese tipo, Jackie, se llama Jackie Fawcett.
Kincaid cruzo las piernas perezosamente y hablo por primera vez desde que Gemma habia empezado.
– Entonces, ?por que no quisieron tus amigos darte una coartada bonita y arregladita, Kenneth? Yo veo dos posibilidades. La primera es que estas mintiendo, y la segunda es que no les gustas y he de decir que no se cual de las dos es mas probable. ?Has ayudado a otros amigos de la manera en que ayudaste a Connor?
– No se de que esta hablando. -Hicks saco un maltratado paquete de cigarrillos del bolsillo de su cazadora. Lo sacudio, rebusco por dentro con el pulgar y el indice y al no encontrar nada lo arrugo, asqueado.
Gemma retomo el hilo.
– Por eso os peleasteis, ?no es asi, Kenneth? Cuando te encontraste con Connor despues de comer, ?le dijiste que tenia que pagar? ?Acordo encontrarse contigo aquella noche? Luego, cuando aparecio sin el dinero, te peleaste con el. -Ella iba elaborando los detalles a medida que procedia.
En la voz de Hicks aparecio un elemento de suplica.
– No me debia nada, ya se lo he dicho. -Mantuvo los ojos ansiosamente fijos en los de Kincaid, y Gemma se pregunto que habria hecho el para meterle tanto miedo a Hicks.
Kincaid se enderezo y dijo:
– O sea, lo que me estas diciendo es que Con habia saldado sus deudas contigo, y sin embargo yo se que Con estaba tan corto de dinero que ni podia pagar la hipoteca de su piso. Creo que mientes. Creo que le dijiste algo a Connor cuando os tomasteis esa cerveza en el Fox que le ataco los nervios. ?Que fue eso, Kenneth? ?Lo amenazaste con decirle a tu jefe que llamara a sus matones? -Se levanto y se inclino hacia el con las manos sobre la mesa.
– Nunca lo amenace. No fue asi -chillo Hicks, retrocediendo ante Kincaid.
– ?Pero seguia debiendote dinero?
Hicks los miro. Gotitas de sudor aparecieron en el labio superior y Gemma pudo ver como calculaba que direccion escoger. Rata atrapada, penso, y apreto los labios para esconder su satisfaccion. Esperaron en silencio hasta que Hicks dijo:
– Quizas. ?Y que? Nunca lo amenace como dicen ustedes.
Kincaid camino inquieto de un lado a otro en el pequeno espacio que habia delante de la mesa.
– No te creo. Tu jefe te iba a arrancar la piel a tiras si no aparecias con la pasta. No creo que no utilizaras algo de persuasion. -Sonrio a Hicks cuando se acerco a el-. Y el problema con la persuasion es que a veces se te va de las manos, ?no es asi, Kenneth?
– No. Quiero decir que no lo se…
– ?Estas diciendo que no fue un accidente? ?Que tu intencion era matarlo?
– Esa no era mi intencion. -Hicks trago y se seco las manos en los muslos-. Solo le hice una sugerencia, una propuesta.
Kincaid dejo de caminar de un lado a otro y se quedo muy quieto, con las manos en los bolsillos, mirando a Hicks.
– Esto parece interesante, Kenneth. ?Que clase de propuesta?
Al ver a Hicks al borde de la confesion, Gemma contuvo la respiracion por miedo a que cualquier movimiento lo hiciera ir en la direccion equivocada. Al oir la irregular cadencia de la respiracion de Hicks, ofrecio una pequena oracion silenciosa a los dioses de los interrogatorios.
Finalmente Hicks hablo con la celeridad que da la liberacion, y sus palabras fueron venenosas.
– Lo cale desde el principio, a el y a los estirados Asherton. De la forma en que hablaban se diria que eran la punetera realeza, pero no me podian enganar. Esa Dame Caroline es solo una fulana con infulas, eso es lo que es. Y todo ese escandalo que montaron cuando el nino se ahogo, bueno, ni siquiera era el hijo de Sir Gerald, era un punetero bastardo. -Matty. Estaba hablando de Matty, penso Gemma, tratando de encontrarle sentido a esta nueva informacion.
Kincaid se sento de nuevo y acerco la silla hasta que pudo colocar los codos en la mesa.
– Empecemos otra vez desde el principio, ?de acuerdo, Kenneth? -dijo muy bajito, sin alterarse. Gemma temblo-. Le dijiste a Connor que Matthew Asherton era ilegitimo. ?Lo he entendido bien?
La nuez de Hicks asomo en su delgado cuello cuando trago saliva. Asintio y miro a Gemma, apelando a ella. Gemma penso que habian obtenido mas de lo esperado y se pregunto hasta donde hubiera llegado Kincaid si ella no hubiera estado en la sala y la grabadora no hubiera estado funcionando.