Sin embargo, las ganancias del dia van a la baja: no llegan a trescientos rands. La unica razon que lo explica es la ausencia de Lucy, de eso no cabe duda. Al terminar, hay que volver a cargar en la furgoneta cajas de flores, bolsas de verdura. Petrus menea la cabeza.

– No ha ido nada bien -dice.

Por el momento, Petrus no ha dado ninguna explicacion de su ausencia. Petrus tiene todo el derecho de ir y venir como le plazca; ha hecho uso de ese derecho; tiene derecho a permanecer en silencio. Pero hay preguntas no resueltas. ?Sabe Petrus quienes eran los desconocidos? ?Fue tal vez debida su visita a algo que Petrus pudo decir? ?Por eso hicieron de Lucy su objetivo, en vez de fijarse por ejemplo en Ettinger? ?Estaba Petrus al corriente, con antelacion, de lo que estaba tramandose?

En los viejos tiempos podria haberlo puesto en claro con Petrus. En los viejos tiempos, podria haberlo puesto en claro hasta el extremo de perder los estribos y ordenarle que hiciera las maletas, que se largase, que ya encontraria a otro que se ocupara de sus labores. Sin embargo, aunque a Petrus se le paga un salario, Petrus ha dejado de ser, en terminos estrictos, un contratado. En terminos igual de estrictos, es dificil precisar que es Petrus exactamente. La palabra que mejor se pliega a la realidad, no obstante, es vecino. Petrus es un vecino que, en la actualidad, trabaja a cambio de un dinero porque eso es lo que le viene mejor. Vende su trabajo de acuerdo con un contrato, y ese contrato no contempla su despedida so capa de una simple sospecha. Viven en un mundo nuevo, el y Lucy y Petrus. Petrus lo sabe, y el lo sabe, y Petrus sabe que el lo sabe.

A pesar de todo, se siente comodo con Petrus, y esta incluso dispuesto, aunque sea con reparos, a tomarle aprecio. Petrus es un hombre de su generacion. No cabe duda de que Petrus ha tenido que pasar por infinidad de cosas, no cabe duda de que tiene una historia que contar. No le importaria nada conocer un dia la historia de Petrus de sus propios labios. A ser posible, sin que esa historia sea reducida al ingles. Cada vez esta mas convencido de que el ingles es un medio inadecuado para plasmar la verdad de Sudafrica. Hay trechos del codigo linguistico ingles, frases enteras que hace tiempo se han atrofiado, han perdido sus articulaciones, su capacidad articulatoria, sus posibilidades de articularse. Como un dinosaurio que expira hundido en el fango, la lengua se ha quedado envarada. Comprimida en el molde del ingles, la historia de Petrus saldria artritica, antanona.

Lo que le atrae de Petrus es su rostro, su rostro y sus manos. Si de veras existe algo que pueda llamarse una tarea honesta, Petrus ostenta las huellas. Un hombre paciente, lleno de energia, de flexibilidad. Un campesino, un paisano, un hombre del campo. Tambien un maleante, un truhan, sin duda un mentiroso redomado, como los campesinos del mundo entero. Una tarea honesta, honestidad en la astucia.

Alberga sus propias sospechas acerca de lo que trama Petrus, al menos a la larga. Petrus no se dara por contento si ha de arar eternamente su terruno, una hectarea y media. Puede que Lucy haya aguantado mas que sus amigos los hippies, los gitanos, pero para Petrus, Lucy sigue siendo pan comido: una mera aficionada, una entusiasta de la vida en el campo, no una granjera de verdad. A Petrus le gustaria aduenarse de las tierras que posee Lucy. Luego, seguramente tambien querra apoderarse de las tierras de Ettinger, o al menos de una tajada de tierra suficiente para que paste su rebano. Ettinger sera un hueso mas duro de roer. Lucy es tan solo una transeunte; Ettinger es otro campesino, un hombre de la tierra, tenaz, eingewurzelt. Sin embargo, Ettinger se morira el dia menos pensado, y el hijo de Ettinger ya ha escapado de alli. En ese sentido, Ettinger ha sido un perfecto idiota. Un buen paisano se cuida bien de tener muchos hijos.

Petrus tiene una vision del futuro, y en ella no tienen cabida las personas como Lucy. Pero eso no tiene por que convertir a Petrus en un enemigo. La vida en el campo siempre ha sido cuestion de que unos vecinos tramen sus planes para fastidiar a otros y viceversa, y por eso se desean los unos a los otros todo tipo de plagas, malas cosechas, ruinas financieras, y a pesar de todo en plena crisis se echan una mano.

Lo peor, la interpretacion mas siniestra, seria dar en pensar que Petrus ha querido que esos tres desconocidos diesen a Lucy una leccion, y que en efecto les haya pagado con todo el botin que pudieran llevarse. Pero el no alcanza a creer que eso sea cierto, en parte porque seria demasiado simple. La autentica verdad, segun sospecha, es algo mucho mas -tarda un rato en encontrar la palabra idonea- antropologico, algo a cuyo fondo tardaria meses enteros en llegar, meses de conversaciones pacientes, sin prisas, con docenas de personas, por no hablar de los buenos oficios de un interprete.

Por otra parte, cree que Petrus sabia lo que se avecinaba: cree que Petrus podria haber avisado a Lucy. Por eso no esta dispuesto a dar por zanjado el asunto. Por eso sigue dando la lata a Petrus.

Petrus ha vaciado la represa de cemento, donde se almacena la reserva de agua excedente, y esta limpiandola de algas. Es un trabajo desagradable. No obstante, se ofrece a echarle una mano. Con los pies embutidos a duras penas en las botas de agua de Lucy, baja al interior de la represa y anda con cuidado, pues el fondo esta resbaladizo. Durante un rato, Petrus y el trabajan en concierto frotando, restregando, sacando a paletadas el limo del fondo. Entonces hace un alto.

– ?Sabes una cosa, Petrus? -dice-. Me cuesta trabajo creer que los hombres que vinieron fueran unos desconocidos. Me cuesta trabajo creer que llegaron por las buenas, a saber de donde, y que hicieron lo que hicieron para desaparecer despues como si fueran fantasmas. Y me cuesta aun mas trabajo creer que la razon por la que se fijaron en nosotros fue, sencillamente, que eramos los primeros blancos con los que se encontraron por casualidad aquel dia. ?Tu que piensas? ?Me equivoco?

Petrus fuma en pipa, una pipa a la antigua usanza, con el tubo curvado y una tapadera de plata sobre la cazoleta. Ahora se yergue, saca la pipa del bolsillo de su mono de trabajo, abre la tapadera, aprieta el tabaco en la cazoleta y succiona la boquilla de la pipa, que sigue sin encender. Contempla con actitud reflexiva el murete de la presa, las colinas, el campo abierto. Su expresion es de perfecto sosiego.

– La policia tiene que encontrarlos -dice por fin-. La policia ha de encontrarlos, ha de meterlos en la carcel. Ese es el trabajo de la policia.

– Ya, pero la policia no va a encontrarlos sin ayuda. Esos hombres conocian la existencia del puesto de la explotacion forestal. Estoy convencido de que sabian cual era el paradero de Lucy. Y lo que mas me extrana es… ?como podian saberlo si eran perfectos desconocidos en la provincia?

Petrus prefiere no tomarselo como si fuera una pregunta. Se guarda la pipa en el bolsillo, deja la pala, empuna la escoba.

– No es solo un robo, Petrus -insiste-. No solo vinieron a robar lo que encontrasen. No solo vinieron a hacerme esto a mi. -Se toca los vendajes, se toca la proteccion que le cubre el ojo-. Vinieron con la idea de hacer algo mas. Sabes de sobra a que me refiero, y si no lo sabes seguramente podras imaginartelo. Despues de hacer lo que hicieron, no puedes contar con que Lucy reanude su vida con toda paz tal como era antes. Yo soy el padre de Lucy, yo quiero que esos hombres sean apresados y puestos ante la ley y castigados. ?Me equivoco? ?Me equivoco cuando deseo que se haga justicia?

Ahora le da lo mismo como sonsacarle las palabras a Petrus: solo quiere oirselas decir.

– No, no se equivoca.

Una sacudida de colera lo azota, y tiene la fuerza suficiente para tomarlo desprevenido. Aferra la pala y limpia largas franjas de fango y de hierbajos del fondo de la presa, arrojandolas por encima del hombro, por encima del murete. Te vas a enrabietar, se advierte. ?Basta! Sin embargo, en ese preciso instante le gustaria agarrar a Petrus por el cuello. Si hubiera sido tu mujer en vez de mi hija, tiene ganas de decirle a Petrus, no estarias dando golpecitos a tu pipa y sopesando tus palabras de manera tan juiciosa. Una violacion: esa es la palabra que le gustaria arrancar por la fuerza de labios de Petrus. Si, fue una violacion, eso le gustaria que dijera Petrus. Si, fue un ultraje.

En silencio, hombro con hombro, Petrus y el dan por terminado el trabajo de limpieza.

Asi es como pasa los dias en la granja. Ayuda a Petrus a limpiar el sistema de riego. Impide que el huerto y las flores se echen a perder del todo. Embala las hortalizas y las flores para llevarlas al mercado. Ayuda a Bev Shaw en la clinica. Barre el suelo, prepara la comida y la cena, hace todas las tareas de las que Lucy ya no se ocupa. Esta atareado de sol a sol.

El ojo se le va curando a sorprendente velocidad: al cabo de solo una semana ya consigue abrirlo de nuevo. Las quemaduras llevan mas tiempo. Conserva el gorro de vendas y el otro vendaje sobre la oreja. Descubierta, la oreja parece un molusco sonrosado y desnudo: no sabe cuando tendra el valor suficiente de exponerla a las miradas de los demas.

Compra un sombrero para protegerse del sol y, en cierta medida, para ocultarse la cara. Trata de

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