– No creo que mi sistema pudiera funcionar con cerdos -explico el-. No estoy completamente seguro, pero lo dudo.

La razon de que funcione tan bien con los bonobos, o llegado el caso, con chimpances, es que sus genomas y los nuestros son muy parecidos. De hecho, solo difieren en un uno y medio por ciento.

– ?Eso es todo? -pregunto Candace. Estaba atonita.

– Es bastante humillante, ?no? -dijo Kevin.

– Es mas que humillante -repuso Candace.

– Indica la proximidad que existe entre los bonobos, los chimpances y los seres humanos desde el punto de vista de la evolucion -tercio Melanie-. Se cree que nosotros y nuestros primos, los primates, descendemos de un antecesor comun que vivio hace unos siete millones de anos.

– Eso acentua el problema etico -dijo Candace-, y explica por que a mucha gente podria molestarle saber que los usamos. Tienen un aspecto tan humano. ?A vosotros no os afecta tener que sacrificarlos?

– El trasplante de higado de Winchester es solo el segundo caso que requirio sacrificar al animal -explico Melanie-. Las otras dos intervenciones fueron trasplantes de rinon, y los bonobos se encuentran perfectamente.

– Bueno, pero ?como os sentisteis en este caso? -pregunto Candace-. La mayoria de los miembros del equipo de cirugia estabamos alterados, a pesar de que creiamos estar preparados, pues era el segundo sacrificio.

Kevin miro a Melanie. Tenia la boca seca. Candace lo obligaba a tocar el tema que habia estado evitando a toda costa.

En gran parte esa era la razon de que el humo procedente de la isla Francesca le preocupara tanto.

– Si, me afecta -reconocio Melanie-. Pero supongo que estoy tan entusiasmada con el descubrimiento cientifico y con los beneficios para el paciente, que procuro no pensar en ello. Ademas, nunca creimos que tendriamos que usar tantos animales. Son mas bien un seguro para los clientes que puedan necesitarlos. No admitimos una persona que necesita un trasplante, a menos que pueda esperar los tres anos necesarios para que su doble llegue a la edad apropiada. Y tampoco tenemos trato directo con los animales, que viven aislados en una isla. La operacion se planeo asi precisamente para que nadie estableciera vinculos afectivos con ellos.

Kevin trago saliva con dificultad. En su imaginacion, vio la columna de humo serpeando lentamente en el cielo sombrio, encapotado. Tambien imagino al bonobo que se habia puesto nervioso y habia arrojado una piedra con mortal punteria a un pigmeo durante el proceso de recogida.

– ?Como se llama a un animal que tiene genes humanos incorporados? -pregunto Candace.

– Transgenico -respondio Melanie.

– Eso -dijo Candace-. Me gustaria que estuvieramos usando cerdos transgenicos en lugar de bonobos. Este procedimiento me preocupa. Aunque estoy muy contenta con mi paga y con las acciones de GenSys, no estoy segura de querer continuar en el proyecto.

– Eso no les gustara -advirtio Melanie-. Recuerda que has firmado un contrato. Tengo entendido que son muy severos a la hora de hacer que la gente cumpla sus acuerdos.

– Les devolvere todas las acciones, opciones incluidas.

Puedo sobrevivir sin ellas. Debo pensar en mis sentimientos, y seria mucho mas feliz si usaramos cerdos. Cuando anestesiamos al ultimo bonobo, habria jurado que intentaba comunicarse con nosotros. Tuvimos que usar una tonelada de sedantes.

– ?Oh, venga! -exclamo Kevin, subitamente enfadado y con la cara encendida. Al verlo, Melanie abrio los ojos como platos-. ?Que punetas os pasa? -Pero se arrepintio de inmediato de sus palabras-. Lo lamento -dijo, aunque su corazon seguia desbocado. Detestaba ser siempre tan transparente; al menos tenia toda la sensacion de que lo era.

Melanie miro a Candace y puso los ojos en blanco, pero la enfermera no capto su intencion. Estaba mirando a Kevin.

– Tengo la impresion de que estas tan preocupado como yo -le dijo.

Kevin solto un resuello y dio un mordisco a la hamburguesa para evitar decir algo de lo que luego pudiera arrepentirse.

– ?Por que no quieres hablar de ello? -pregunto Candace.

Kevin nego con la cabeza mientras masticaba. Sospechaba que su cara seguia encendida.

– No te preocupes por el -advirtio Melanie-. Se recuperara.

Candace miro a Melanie.

– Los bonobos son tan parecidos a los humanos -comento, volviendo a su argumento original-, que no deberia sorprendernos que sus genomas difieran de los nuestros solo en un uno y medio por ciento. Pero acaba de ocurrirseme una idea. Si vosotros reemplazais los brazos cortos del cromosoma seis, asi como otros segmentos mas pequenos del genoma del bonobo, con ADN humano, ?cual seria el verdadero porcentaje de diferencia?

Melanie miro a Kevin mientras calculaba mentalmente. Arqueo las cejas y dijo:

– Bueno, es una pregunta curiosa. Supongo que algo menos del uno por ciento.

– Si, pero el uno y medio por ciento no esta exclusivamente en el brazo corto del cromosoma seis -espeto Kevin nuevamente ofuscado.

– Eh, tranqui tronco -dijo Melanie. Dejo su refresco y extendio el brazo por encima de la mesa para apoyar la mano sobre el hombro de Kevin-. Estas sacando las cosas de quicio. Esto no es mas que una charla amistosa. ?Sabes?, es bastante normal que la gente se siente a conversar un rato. Se que te parece extrano, porque tu prefieres tratar con tus tubos de ensayo, ?pero que diablos te pasa?

Kevin suspiro. Aunque iba en contra de su caracter, decidio confiar en esas dos mujeres brillantes y seguras. Admitio que estaba preocupado.

– ?Como si no lo supieramos! -exclamo Melanie poniendo una vez mas los ojos en blanco-. ?No puedes concretar mas?

?Que es lo que te atormenta?

– Precisamente lo que ha dicho Candace -respondio.

– Ha dicho muchas cosas -insistio Melanie.

– Si, y todas ellas me hacen sentir que he cometido un error monumental.

Melanie retiro la mano del hombro de Kevin y lo miro fijamente a los ojos.

– ?En que sentido?-pregunto.

– Al anadir demasiado ADN humano -respondio Kevin. El brazo corto del cromosoma seis tiene millones de pares de bases y centenares de genes que no tienen nada que ver con el complejo mayor de histocompatibilidad. Deberia haber aislado el complejo, en lugar de tomar el camino mas facil.

– De modo que estas criaturas tienen algunas proteinas humanas mas -dijo-. ?Vaya problema!

– Eso es lo que pense al principio -explico Kevin-. Al menos hasta que plantee mis dudas en Internet, preguntando si alguien sabia que otros genes habia en el brazo corto del cromosoma seis. Por desgracia, una de las personas que respondio me informo de que habia una proporcion importante de genes relacionados con la evolucion. Ahora no puedo saber con certeza que he creado.

– Claro que lo sabes -replico Melanie-. Has creado un bonobo transgenico.

– Lo se, dijo el con los ojos brillantes. Respiraba agitadamente y su frente se habia cubierto de sudor-. Y estoy aterrorizado porque sospecho que con ello he traspasado los limites.

CAPITULO 6

5 de marzo de 1997, 13.00 horas.

Cogo, Guinea Ecuatorial

Bertram aparco su jeep Cherokee de tres anos de antiguedad en el aparcamiento situado detras del ayuntamiento. El coche le daba problemas y habia pasado innumerables dias en el taller de reparaciones. Pero el problema continuaba, y le irritaba que Kevin Marshall no fuera consciente de la suerte que tenia al disponer de un Toyota nuevo cada dos anos. A Bertram no le darian un coche nuevo hasta el ano siguiente.

Subio por las escaleras y cruzo la arcada del primer piso, en direccion a la terraza que rodeaba el edificio. De

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