Hanson volvio con el cafe y Lars Herdin se comio un bollo seco.
Kurt Wallander pensaba que ya era hora de volver a hacer la pregunta.
– Tarde o temprano tendras que contestarla -dijo.
Lars Herdin levanto la cabeza y le miro directamente a los ojos.
– Ya cuando se casaron intui que Johannes Lovgren era otra persona tras esa fachada amable y poco locuaz. Me parecia que alli habia algo falso. Maria era mi hermana pequena. Yo queria que estuviera bien. Sospechaba de Johannes Lovgren desde la primera vez que empezo a cortejarla en casa de mis padres. Tarde treinta anos en averiguarlo. Como lo hice, es algo de mi incumbencia.
– ?Le contaste a tu hermana lo que habias averiguado?
– Nunca. Ni una palabra.
– ?Se lo dijiste a otra persona? ?A tu propia mujer?
– Estoy soltero.
Kurt Wallander observo al hombre que tenia delante. Habia algo duro y obstinado en el. Era como si le hubieran criado alimentandolo con piedras.
– Una ultima pregunta, de momento -dijo Kurt Wallander-. Ya sabemos que Johannes Lovgren tenia dinero en abundancia. Tal vez tambien guardaba una gran cantidad de dinero en casa cuando lo mataron. Lo averiguaremos. Pero ?quien pudo saberlo aparte de ti?
Lars Herdin lo miro. Kurt Wallander descubrio un destello de miedo en sus ojos.
– Yo no lo sabia -dijo Lars Herdin.
Kurt Wallander asintio con la cabeza.
– Pararemos aqui -dijo apartando el bloc en el cual habia estado tomando notas todo el tiempo-. Aunque necesitaremos tu ayuda mas adelante.
– ?Puedo irme? -pregunto Lars Herdin mientras se levantaba.
– Puedes irte -contesto Kurt Wallander-. Pero no te vayas de viaje sin hablar con nosotros antes. Y si se te ocurre algo mas que puedas contarnos, llamanos.
Lars Herdin se paro ante la puerta, como si quisiera decir algo mas.
Luego empujo la puerta y desaparecio.
– Dile a Martinson que le controle -dijo Kurt Wallander-. Probablemente no encontraremos nada. Pero es mejor que nos aseguremos.
– ?Que piensas de lo que ha dicho? -pregunto Hanson.
Kurt Wallander se lo penso antes de contestar.
– Habia algo convincente en el. No creo que estuviera mintiendo o que fuese una fantasia. Creo que descubrio que Johannes Lovgren tenia una doble vida y que amparaba a su hermana.
– ?Crees que puede estar implicado?
Kurt Wallander estaba seguro de su respuesta.
– Lars Herdin no los mato. Tampoco creo que sepa quien lo ha hecho. Creo que llego a nosotros por dos razones. Quiere ayudarnos a encontrar a la persona o personas a las que igualmente pueda dar las gracias y escupir a la cara. Los que mataron a Johannes y que, segun el, le hicieron un favor. Y los que mataron a Maria, a los que se les deberia cortar la cabeza en publico.
Hanson se levanto.
– Avisare a Martinson. ?Algo mas por ahora?
Kurt Wallander miro su reloj de pulsera.
– Nos reunimos en mi despacho dentro de una hora. A ver si localizas a Rydberg. Iba a Malmo a hablar con alguien que remendaba velas.
Hanson le miro con incredulidad.
– El nudo corredizo -dijo Kurt Wallander-. El nudo. Ya lo entenderas.
Hanson se fue y Kurt Wallander se quedo solo.
«Una brecha», penso. «En todas las investigaciones de los crimenes que se solucionan hay un punto en que atravesamos la pared. No sabemos exactamente lo que vamos a ver. Pero en algun lugar estara la solucion.»
Se acerco a la ventana mirando al crepusculo. Una corriente de aire frio se colaba por las rendijas de la ventana; una farola que se bamboleaba le indico que el viento habia arreciado.
Pensaba en Nystrom y su senora.
Toda la vida cerca de una persona que en absoluto era lo que aparentaba.
?Como reaccionarian cuando se revelara la verdad?
?Con rechazo? ?Amargura? ?Sorpresa?
Volvio al escritorio y se sento. La primera sensacion de alivio cuando se abria una brecha en la investigacion de un crimen solia enfriarse muy deprisa. Ya tenian un movil, el mas comun de todos. Dinero. Pero aun no habia un dedo invisible senalando en una direccion concreta.
No habia asesino.
Kurt Wallander echo otra mirada al reloj. Si se daba prisa tendria tiempo de bajar al puesto de perritos calientes y comer algo antes de empezar la reunion. Tambien aquel dia pasaria sin que hubiera cambiado sus costumbres alimenticias.
Estaba a punto de ponerse la chaqueta cuando sono el telefono.
Al mismo tiempo llamaron a la puerta.
La chaqueta se le cayo al suelo cuando tomo el auricular y grito «adelante».
Rydberg aparecio por la puerta. Llevaba una gran bolsa en una mano.
Por el telefono oia la voz de Ebba.
– La television insiste en hablar contigo -dijo.
Decidio rapidamente que primero queria hablar con Rydberg antes de enfrentarse de nuevo con los medios de comunicacion.
– Diles que estoy reunido y que no estare disponible hasta dentro de media hora -dijo.
– ?Seguro?
– ?Que?
– ?Que hablaras con ellos dentro de media hora? A la Television Sueca no le gusta esperar. Dan por sentado que todo el mundo cae de rodillas cuando llaman.
– Yo no me arrodillo delante de sus camaras. Pero puedo hablar con ellos dentro de media hora.
Colgo el telefono.
Rydberg se sento en la silla que habia junto a la ventana. Se estaba secando el pelo con una servilleta de papel.
– Tengo buenas noticias -anuncio Kurt Wallander. Rydberg continuaba secandose el pelo-. Creo que tenemos un movil. Dinero. Y creo que hay que buscar a los asesinos entre las personas que de un modo u otro se contaban entre sus conocidos.
Rydberg tiro la servilleta mojada a la papelera.
– He tenido un dia bien jodido -dijo-. Las buenas noticias me vienen bien.
Kurt Wallander necesito cinco minutos para describir el encuentro con el campesino Lars Herdin. Rydberg miraba con tristeza los trozos de cristal que habia en el suelo.
– Una historia rara -dijo Rydberg cuando Kurt Wallander termino-. Es lo bastante rara para ser verdad.
– Intentare hacer un resumen -continuo Wallander-. Alguien sabia que Johannes Lovgren de vez en cuando guardaba una gran suma de dinero en casa. Eso nos da como motivo el robo. Y el robo se convierte en un homicidio. Si la descripcion de Johannes Lovgren hecha por Lars Herdin coincide, en cuanto a que era una persona especialmente avara, es natural que se negase a descubrir donde habia escondido el dinero. Maria Lovgren, que probablemente no llego a entender mucho lo que le paso durante la ultima noche de su vida, tuvo que acompanar a Johannes en su ultimo viaje. La cuestion es por tanto quien, ademas de Lars Herdin, supo que retiraba estas irregulares pero grandes sumas de dinero. Si encontramos respuesta a ello, es probable que tengamos una respuesta para todo.
Rydberg se quedo pensativo despues de que Wallander se callara.
– ?He olvidado algo? -pregunto Wallander.
– Pienso en lo que dijo antes de morir -senalo Rydberg-. Extranjero. Y pienso en lo que llevo en la bolsa de plastico. Se levanto y vacio el contenido de la bolsa sobre el escritorio.