– Iba a ir a Goteborg. Me gusta salir de madrugada cuando tengo que ir lejos. Al salir, el coche no estaba.

– ?En un garaje o en un aparcamiento?

– En la calle, delante de mi casa. Tengo garaje. Pero hay tanta porqueria que no me cabe el coche.

– ?Donde vives?

– En una urbanizacion de casas adosadas cerca de Jagersro.

– ?Es posible que tus vecinos hayan visto algo?

– Ya se lo he preguntado. Pero nadie ha visto ni oido nada.

– ?Cuando fue la ultima vez que viste el coche?

– No sali en todo el dia. Pero la noche anterior estaba en su sitio.

– ?Cerrado con llave?

– Claro que estaba cerrado con llave.

– ?Tenia bloqueo de volante?

– Por desgracia no. Se habia roto.

Respondia con desenvoltura. Pero Kurt Wallander no se quitaba de encima la sensacion de que el hombre estaba a la defensiva.

– ?Que tipo de feria ibas a visitar? -pregunto.

El hombre le miro con sorpresa.

– ?Que tiene que ver con esto?

– Nada. Solo me lo preguntaba.

– Una feria de aviacion, si es que quieres saberlo.

– ?Una feria de aviacion?

– Me interesan los aviones viejos. Yo mismo construyo algunas maquetas.

– Si lo he entendido bien, tienes la jubilacion anticipada.

– ?Que cojones tiene eso que ver con mi coche robado?

– Nada.

– ?Por que no me buscas el coche en vez de revolver en mi vida privada?

– Estamos en ello. Como sabes, creemos que el que robo tu coche puede haber cometido un homicidio. O quiza deberia decir una ejecucion.

El hombre le miro directamente a los ojos. La mirada insegura habia desaparecido.

– Si, lo he oido -dijo.

Kurt Wallander no tenia mas preguntas.

– Pense que podria acompanarte a casa -dijo-. Para ver donde estaba aparcado el coche.

– No te invitare a cafe -replico el hombre-. Tengo la casa desordenada.

– ?Estas casado?

– Divorciado.

Se fueron en el coche de Kurt Wallander. La urbanizacion de casas adosadas era antigua y estaba detras del hipodromo de Jagersro. Pararon delante de una casa de ladrillos amarillos con un pequeno cesped a la entrada.

– Aqui, donde has parado, estaba el coche -dijo el hombre-. Exactamente aqui.

Kurt Wallander dio marcha atras unos metros y salieron. Kurt Wallander vio que el coche habia estado aparcado entre dos farolas.

– ?Hay muchos coches aparcados en la calle por la noche? -pregunto.

– Habra uno delante de cada casa. Mucha gente que vive aqui tiene dos coches. Solo cabe uno en el garaje.

Kurt Wallander senalo las farolas.

– ?Funcionan? -pregunto.

– Si. Cuando alguna esta rota me doy cuenta.

Kurt Wallander miro a su alrededor, pensativo. No tenia mas preguntas.

– Supongo que volveras a saber de nosotros -dijo.

– Quiero que me devuelvan el coche -contesto el hombre.

Kurt Wallander, de repente, tenia otra pregunta.

– ?Tienes licencia de armas? -pregunto-. ?Armas?

El hombre se quedo petrificado.

En aquel mismo momento un pensamiento demencial paso por la cabeza de Kurt Wallander.

El robo del coche era una invencion.

La persona que tenia a su lado era uno de los dos hombres que habia matado al somali el dia anterior.

– ?Que cojones quieres decir con eso? -le increpo el hombre-. ?Licencia de armas? No seras tan idiota de creer que yo tenga algo que ver con eso.

– Tu que has sido policia sabras que deben hacerse diferentes tipos de preguntas -dijo Kurt Wallander-. ?Tienes armas en casa?

– Tengo tanto armas como licencia.

– ?Que tipo de armas?

– Cazo de vez en cuando. Tengo un rifle mauser para la caza del alce.

– ?Que mas?

– Una escopeta de perdigones. Lanber Baron. Un arma espanola. Para la caza de liebres.

– Enviare a alguien a buscar las armas.

– ?Por que?

– Porque el hombre al que mataron ayer le dispararon a corta distancia con una escopeta de perdigones.

El hombre le miro con desprecio.

– Tu no estas bien de la cabeza -dijo-. Tu estas loco de remate, joder.

Kurt Wallander lo dejo y se marcho directamente a la comisaria. Pidio hacer una llamada y llamo a Ystad. Aun no habian encontrado ningun coche. Luego pregunto por el jefe en servicio de la seccion de crimenes en Malmo. Alguna vez lo habia visto y le parecio autoritario y presuntuoso. Fue la ocasion en que conocio a Goran Boman.

Kurt Wallander dio cuenta del asunto.

– Quiero que controleis sus armas -dijo-. Quiero que registreis toda su casa. Quiero saber si tiene algo que ver con las organizaciones racistas.

El policia lo observo un buen rato.

– ?Tienes alguna razon para creer que ha inventado el robo del coche? ?Que tiene que ver con el asesinato?

– Tiene armas. Y debemos investigarlo todo.

– Hay miles de escopetas de perdigones en este pais. ?Y como crees que voy a obtener una orden de registro de su casa, cuando se trata del robo de su coche?

– El asunto tiene maxima prioridad -ordeno Kurt Wallander, que empezaba a irritarse-. Llamare al jefe de la policia provincial, hasta a la jefatura nacional si hace falta.

– Hare lo que pueda -dijo el policia-. Pero no me gusta investigar la vida privada de los companeros. ?Y que crees que pasara si se enteran los periodicos?

– Me importa una mierda -replico Kurt Wallander-. Tengo tres homicidios por resolver. Y alguien me ha prometido un cuarto asesinato. Lo voy a evitar.

Camino de Ystad se paro en Hageholm. Estaban acabando la investigacion tecnica. Repaso in situ la teoria de Rydberg sobre la forma en que habia podido ocurrir el crimen y le dio la razon. El coche seguramente estaba aparcado en el lugar que Rydberg senalo.

De repente se acordo de que habia olvidado preguntar al policia del coche robado si fumaba. O si comia manzanas. Continuo hasta Ystad. Eran las doce. Al entrar se encontro con una secretaria que se iba a comer. Le pidio que le comprara una pizza.

Metio la cabeza en el despacho de Hanson; todavia ningun coche.

– Reunion en mi despacho dentro de un cuarto de hora -dijo Kurt Wallander-. Intenta reunir a todo el mundo. Los que esten fuera deben estar localizables por telefono.

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