– ?A que te refieres?

– No estoy seguro.

– ?Que es lo que no encaja?

– Tyrell estaba nervioso. Hace apenas una semana que le conozco, pero no es un comportamiento normal en ese tio. Hay algo que no le deja en paz. El sabe que tu no manipulaste los restos y tambien sabe que Earl Bliss te ordeno que vinieses la semana pasada.

– ?Entonces quien esta detras de esa queja?

– No lo se, pero puedes estar segura de que lo averiguare.

– No es tu problema, Ryan.

– No.

– ?Algun avance en la investigacion?

Cambie de tema. Oi el chasquido de una cerilla al encenderse, luego una profunda inhalacion.

– Simington comienza a parecer una buena eleccion.

– ?El tio que habia asegurado a su esposa en varios millones?

– Es mejor que eso. El flamante viudo posee una compania que se dedica a la construccion de autopistas.

– ?Y?

– Facil acceso a plastico X.

– ?Plastico X?

– Explosivo plastico. Ese material se utilizo en Vietnam, pero ahora se vende a la industria privada para construccion, mineria y demoliciones. Diablos, los granjeros pueden conseguirlo para volar tres tocones.

– ?Los explosivos no se controlan estrictamente?

– Si y no. Las normas para su transporte son mas severas que las relativas a su almacenamiento y uso. Si se esta construyendo una autopista, por ejemplo, necesitas contar con un camion especial escoltado y una ruta previamente establecida que evite las areas urbanas. Pero una vez que los explosivos han llegado a su destino se almacenan habitualmente en una boveda movil en medio de un campo con la palabra explosivo escrita en caracteres grandes y visibles.

»La compania contrata a algun viejo como guardia y le paga el salario minimo, principalmente para no tener problemas con el seguro. Esas bovedas pueden ser robadas, cambiadas de lugar o simplemente desaparecer.

Ryan dio una calada y expulso el humo.

– Se supone que los militares deben dar cuenta de cada gramo de esos explosivos, pero los tios de la construccion no tienen que llevar un registro tan preciso. Digamos que alguien coge diez cartuchos, usa tres cuartas partes de cada uno y se guarda el resto. Nadie se entera. Todo lo que ese tio necesita es un detonador y ya esta en el negocio. O puede vender el material en el mercado negro. Siempre hay demanda de explosivos.

– Suponiendo que Simington haya robado explosivos, ?podria haberlos subido a bordo del avion?

– Aparentemente no es tan dificil. Los terroristas acostumbraban coger el plastico, lo aplanaban hasta que tuviese el grosor de un fajo de billetes y lo guardaban en la cartera. ?Cuantos guardias de seguridad comprueban los billetes que uno lleva en la cartera? Y actualmente puedes conseguir un detonador electrico del tamano de un paquete de tabaco. Los terroristas libios que volaron el vuelo 103 de Pan Am sobre Lockerbie consiguieron introducir el explosivo en un estuche de casette. Simington podria haber encontrado la manera de hacerlo.

– ?Caray!

– Tambien he recibido noticias de la belle province. A principios de esta semana un grupo de vecinos comenzo a sospechar de la presencia de un Ferrari aparcado en su calle. Se supone que los deportivos que cuestan mas de cien mil dolares no pasan la noche en esa parte de Montreal. Resulto todo un hallazgo. La policia encontro al propietario del coche, un tal Alain el Zorro Barboli, metido en el maletero con dos balazos en la cabeza. Barboli era miembro de los Rock Machine y tenia conexiones con la mafia siciliana. Carcajou lo descubrio. La Operacion Carcajou era una fuerza de operaciones integrada por varias agencias dedicada a investigar a las bandas de motoristas que pululaban por la provincia de Quebec. Yo habia trabajado con ellos en varios asesinatos.

– ?Carcajou piensa que el asesinato de Barboli fue una venganza por Petricelli?

– O Barboli estuvo implicado en el asesinato de Petricelli y los peces gordos estan eliminando a los testigos. Eso si fue un asesinato.

– Si Simington robo explosivos, los Angeles del Infierno no tendrian ningun problema.

– Igual que comprar Cheez Whiz en el Seven-Eleven. Escucha, porque no vuelves aqui y le dices a ese Tyrell…

– Quiero comprobar unas muestras oseas para estar segura de que mi calculo de la edad del pie es correcto. Si ese pie no salio del avion, los cargos por irrupcion ilegal seran irrelevantes.

– Hable con Tyrell de tus sospechas sobre ese pie.

– ?Y?

– Y nada. No le dio importancia.

Volvi a sentir una punzada de ira.

– ?Has encontrado algun pasajero que no figurase en la lista?

– No. Hanover jura que los viajes sin cargo estan estrictamente regulados. Si no hay billete, no hay viaje. Los empleados de TransSouth Air que hemos entrevistado confirman la version de su jefe.

– ?Alguien que pudiera transportar trozos humanos?

– Ningun anatomista, antropologo, pedicuro, cirujano ortopedico o viajante de calzado ortopedico. Y el canibal de Milwaukee, Jeffrey Dahmer, no esta rondando por aqui, por ahora.

– Ryan, eres un tio francamente divertido.

Hice una pausa.

– ?Han identificado a Jean?

– Petricelli y el siguen entre los desaparecidos.

– Le encontraran.

– Ya.

– ?Estas bien?

– Firme como un clavo. ?Que me dices de ti? ?No te sientes sola?

– Estoy bien -dije, mirando la cama que acababa de dejar.

Carolina del Norte posee un sistema de forenses centralizado, con su cuartel general en Chapel Hill y oficinas regionales en Winston, Salem, Greenville y Charlotte. Debido a cuestiones geograficas, y a su disposicion fisica, la seccion de Charlotte, MCME, llamada forense del condado de Mecklenburg, fue elegida para procesar los especimenes recogidos en el deposito provisional de Bryson City. Un tecnico habia viajado desde Chapel Hill y se habia instalado una unidad de histologia temporal.

El forense del condado de Mecklenburg forma parte del Centro de Servicios del Condado Harold R. Hal Marshall, que se alza a ambos lados de College Street entre la Novena y la Decima, justo en el limite del sector residencial de la ciudad. La sede de las instalaciones fue en otra epoca un Garden Center de Sears. Aunque se trata de un huerfano arquitectonico, es moderno y eficiente.

Pero la propiedad del Hal puede estar amenazada. Olvidada durante anos, la tierra sobre la que se alza el centro, con vistas a las urbanizaciones, tiendas y locales nocturnos, ha despertado el interes de los constructores como una zona mas apta para la expansion comercial que para su uso como oficinas del condado, aparcamientos y deposito. Pronto florecerian tarjetas oro de American Express, expendedores de cappuccino y clubes de los Hornets y los Panthers en un paisaje donde antes dominaban escalpelos, camillas y mesas de autopsia.

Veinte minutos despues de haber podido ponerme finalmente las bragas, aparque en el MCME. Al otro lado del College, los vagabundos recibian perritos calientes y limonada en mesas plegables. Las mantas cubrian la franja de musgo entre la acera y el bordillo, exhibiendo zapatos, camisas y calcetines. Un gran numero de indigentes vagaban por el lugar, sin ningun lugar adonde ir, ni prisa por llegar a ninguna parte.

Cerre el coche, me dirigi hacia la estructura de ladrillo rojo de baja altura y atravese las puertas acristaladas. Despues de saludar a las mujeres que estaban en la mesa del vestibulo me presente ante Tim Larabee, el forense del condado de Mecklenburg. Me llevo a un ordenador que procesaba los datos de victimas de accidentes y busque

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