Pete y yo hablamos de Katy, de viejos amigos y de los viejos tiempos. Me explico algunos de sus litigios actuales y yo describi uno de mis casos recientes, un estudiante al que encontraron colgado en el granero de su abuela nueve meses despues de que hubiera desaparecido. Me hacia bien comprobar que habiamos llegado a un punto en el que era posible mantener una conversacion normal. El tiempo volaba y Larke y su queja se alejaban cada vez mas de mis pensamientos.
Despues de un postre de fresas sobre helado de vainilla, llevamos el cafe al estudio y encendimos el televisor para ver las noticias. Hablaban del accidente de la TransSouth Air.
En el mirador habia una mujer de expresion abatida, las Great Smoky Mountains se extendian a su espalda, y hablaba, de un torneo en el que treinta y cuatro deportistas jamas competirian. Informo de que aun se ignoraba la causa del accidente, si bien ya era casi seguro que se habia producido una explosion en el aire. Hasta el momento se habia conseguido identificar a cuarenta y siete victimas y la investigacion continuaba sin interrupcion las veinticuatro horas del dia.
– Me parece una buena idea que te hayan dado un respiro -dijo Pete.
No conteste.
– ?O acaso te enviaron ahi en mision secreta?
Senti un temblor en el pecho y no aparte la mirada de mis Doc Martens.
Pete se acerco a mi y me alzo la barbilla con el indice.
– Eh, carino. Era solo una broma. ?Estas bien?
Asenti, sin atreverme a hablar.
– No pareces estar muy bien.
– Estoy bien. En serio.
– ?Quieres hablarme de ello?
Supongo que queria hacerlo porque las palabras comenzaron a brotar solas. Le hable de los dias en el lugar del accidente, de los coyotes y de mis intentos de determinar el origen del pie, de la denuncia anonima y de mi despido. Le hable de todo lo que habia pasado, excepto de Andrew Ryan. Cuando acabe mi relato, tenia los pies debajo de las nalgas y apretaba con fuerza un cojin contra el pecho. Pete me miraba fijamente.
Durante un momento ninguno de los dos abrio la boca. El reloj de pared retumbaba en la pared del estudio y me pregunte absurdamente quien se encargaria de darle cuerda.
Tic. Tac. Tic. Tac
– Bueno, ha sido divertido -dije extendiendo las piernas.
Pete me cogio la mano sin dejar de mirarme.
– ?Que piensas hacer?
– ?Que puedo hacer? -conteste irritada apartando la mano.
Me sentia incomoda por todo lo que habia explicado y temia lo que sabia vendria a continuacion. Pete siempre daba el mismo consejo cuando estaba irritado con los demas. «Que los jodan.»
Me sorprendio.
– Tu jefe del DMORT aclarara ese asunto de haber entrado en el area del accidente. El pie es fundamental para el resto. ?Habia alguien en ese lugar cuando lo recogiste?
– Habia un policia cerca de alli.
Clave la mirada en el cojin.
– ?Local?
Sacudi la cabeza.
– ?Vio los coyotes?
– Si.
– ?Sabes quien es?
Desde luego.
Asenti.
– Eso deberia aclararlo todo. Asegurate de que ese policia hable con Tyrell y le describa la situacion. -Se echo hacia atras-. La cuestion de la irrupcion ilegal sera mas dificil.
– Yo no entre ilegalmente en ninguna parte -dije acaloradamente.
– ?Crees que ese pie es muy importante?
– Creo que no coincide con ninguno de los pasajeros de la lista. Por esa razon estaba echando un vistazo cerca de la casa.
– Por la edad.
– En parte. Tambien parecia estar mas descompuesto.
– ?Puedes probar la edad?
– ?A que te refieres?
– ?Estas completamente segura de que ese pie pertenece a una persona mayor?
– No.
– ?Existe alguna otra prueba que pueda establecer con mayor exactitud tu calculo de la edad?
Pete, el abogado.
– Comprobare la histologia una vez que se hayan examinado las muestras.
– ?Cuando sera eso?
– La preparacion de las diapositivas esta llevando…
– Ve alli manana mismo. Consigue esas diapositivas. No te marches hasta que no tengas la talla de camisa de ese tio y el nombre de su corredor de apuestas.
– Podria intentarlo.
– Hazlo.
Pete tenia razon. Me estaba comportando como una novata.
– Luego identifica al hombre del pie y meteselo a Tyrell por el culo.
– ?Como hago eso?
– Si el pie no procedia del avion, debe pertenecer a alguien de por alli.
Espere.
– Comienza por averiguar a quien pertenece esa propiedad.
– ?Y como hago eso?
– ?El FBI ha examinado el lugar?
– Estan participando en la investigacion del accidente, pero hasta que no exista una prueba tangible de sabotaje, el FBI no esta oficialmente a cargo del caso. Ademas, considerando mi situacion actual, dudo que compartan sus teorias conmigo.
– Entonces investiga por tu cuenta.
– ?Como?
– Comprueba el titulo de propiedad y los registros de impuestos en el tribunal del condado.
– ?Puedes echarme una mano?
Tome notas mientras Pete hablaba. Cuando acabo, mi determinacion habia vuelto. Basta de lamentos y autocompasion, examinaria ese pie hasta conocer todos los detalles de la vida de su dueno. Luego averiguaria de donde procedia, le anadiria una identificacion y lo pegaria en la frente de Tyrell.
– Te lo agradezco mucho, Pete.
Me incline y le bese en la mejilla. Sin dudarlo, Pete me atrajo hacia el. Antes de que pudiese apartarme, me devolvio el beso en la mejilla, luego otro, luego sus labios se deslizaron por el cuello, la oreja y la boca. Pude oler la familiar mezcla de sudor y Aramis, y un millon de imagenes se agolparon en mi cerebro. Sentia los brazos y el pecho que habia conocido durante veinte anos, que alguna vez solo me habian abrazado a mi.
Me encantaba hacer el amor con Pete. Siempre habia sido asi, desde aquel terremoto magico en su diminuta habitacion en la Clarke Avenue en Champaign, Illinois, hasta los ultimos anos, cuando se volvio mas lento, mas profundo, una melodia que yo conocia tan bien como las curvas de mi propio cuerpo. Hacer el amor con Pete era algo abarcador. Era pura sensacion y abandono absoluto. Y eso era lo que necesitaba ahora. Necesitaba eso que era familiar y consolador, la aniquilacion de mi conciencia, la detencion del tiempo.
Pense en mi apartamento silencioso y vacio. Pense en Larice y su «gente poderosa», en Ryan y la desconocida Danielle, en la separacion y la distancia. Entonces la mano de Pete se deslizo hacia mis pechos.
Que los jodan a todos, pense. Luego no pense en nada mas.