una valla de hierro forjado negro a cada lado. Crea una especie de patio. Elegancia barroca, completada con una tienda de souvenirs, un cafe con sillas y mesas blancas de plastico para el sediento turista medieval. El lugar fue construido por monjes cistercienses del siglo veinte, pero Dashwood lo compro y restauro para utilizarlo como un refugio rural. Muros goticos, una entrada ruinosa y un lema grabado en el arco superior.
Anne lo dijo con una voz susurrante, moviendo la mano en un semicirculo sobre su cabeza. Anne es agente inmobiliaria y, en ocasiones, describe las cosas con todo lujo de detalles.
– ?Que decia el lema?
– Que me maten si lo se.
Llego el cafe. Le anadimos crema y lo removimos.
– El otro dia, despues de nuestra conversacion telefonica, no pude dejar de pensar en ese tio, Dashwood.
– Es un apellido bastante comun.
– ?Como de comun?
– No puedo darte cifras.
– ?Conoces a alguien que se llame Dashwood?
– No.
– O sea que es bastante poco comun.
Era dificil rebatir ese argumento.
– Francis Dashwood vivio hace doscientos cincuenta anos.
Ella estaba encogiendose de hombros cuando sono el movil. Conteste rapidamente, disculpandome con una sonrisa falsa ante los otros clientes. A pesar de que considero que los moviles en los restaurantes son el colmo de la mala educacion, no habia querido correr el riesgo de perderme la llamada de Lucy Crowe.
Era la sheriff. Hable con ella mientras me apresuraba a salir del restaurante. Me escucho sin interrumpirme.
– Creo que es suficiente para conseguir esa orden de registro.
– ?Que pasara si ese cabron se sigue negando?
– Ire ahora mismo a la casa de Battle. Si sigue practicando el obstruccionismo, ya se me ocurrira algo.
Cuando regrese a la mesa, Anne habia pedido otra copa de Chardonnay y sobre el mantel habia aparecido una pila de fotografias. Pase los siguientes veinte minutos admirando instantaneas de Westminster, del Palacio de Buckingham, de la Torre y del Puente de Londres y de todos los museos de la ciudad.
Eran casi las once cuando llegue a Carol Hall. Mientras giraba alrededor del Anexo, los faros iluminaron un gran sobre marron apoyado en el porche. Aparque en la parte trasera, apague el motor y abri apenas una ventanilla.
Solo se oian grillos y el ruido del trafico en Queens Road.
Corri hasta la puerta trasera y entre en mi apartamento. Me quede inmovil y volvi a escuchar atentamente, deseando que Boyd estuviera conmigo.
Los unicos sonidos que rompian el silencio eran el zumbido de la nevera y el martilleo del reloj de la abuela en la repisa de la chimenea.
Estaba a punto de llamar a Birdie cuando aparecio en la puerta, estirando una pata delantera y luego la otra.
– ?Ha estado alguien aqui, Birdie?
Se sento y me miro con sus grandes ojos redondos y amarillos. Luego se lamio una pata, la restrego contra la oreja derecha y repitio la maniobra.
– Es evidente que no estas preocupado por los intrusos.
Pase a la sala de estar, escuche detras la puerta, luego retrocedi y corri el pasador. Birdie me observaba desde el vestibulo. No habia senales de ninguna persona. Cogi el sobre y cerre la puerta con llave detras de mi.
Birdie seguia observandome atentamente.
En el sobre alguien habia escrito mi nombre con un trazo agitado y femenino. No habia remitente.
– Es para mi, Birdie.
No hubo respuesta.
– ?Pudiste ver a la persona que lo dejo en la puerta?
Sacudi el sobre.
– Probablemente el equipo de artificieros no haria esto.
Rasgue una esquina y eche un vistazo al interior. Un libro.
Abri el sobre y saque un gran diario encuadernado en piel. En la portada habian pegado una nota, escrita en un delicado papel color melocoton por la misma mano que habia dibujado mi nombre en el exterior del sobre.
Mis ojos volaron hacia la firma. «Marion Louise Willoughby Veckhoff.»
Capitulo 26
Doctora Brennan,
Soy una mujer mayor e inutil. Nunca tuve un empleo y tampoco desempene ninguna funcion publica. No he escrito ningun libro ni he disenado ningun jardin. No tengo talento para la poesia, la pintura o la musica. Pero durante todos los anos de mi matrimonio fui una esposa fiel y obediente. Amaba a mi esposo y le apoye de manera incondicional. Era el papel que mi educacion me habia reservado.
Martin Patrick Verckhofffue un buen administrador, un padre amante y un honesto hombre de negocios. Pero, cuando me siento, en la soledad de otra noche de insomnio, las preguntas me invaden. ?Habia otro aspecto en el hombre con el que vivi casi sesenta anos? ?Habia cosas que no estaban bien?
Le envio un diario que mi esposo guardaba bajo llave. Las esposas tienen una forma especial de hacer las cosas, doctora Brennan, las esposas que estan solas y con tiempo libre. Encontre el diario hace varios anos, volvia a el una y otra vez, escuchaba, seguia las noticias. Permaneci callada.
El hombre que murio cuando iba al funeral de Pat era Roger Lee Fairley. La nota necrologica incluye la fecha. Lea el diario. Lea los recortes de los periodicos.
No estoy segura de que significa todo eso, pero su visita me asusto. Estos ultimos dias he estado mirando dentro de mi alma. Es suficiente. Ya no puedo soportar una noche mas sola con el miedo.
Soy vieja, pronto morire. Pero le pido solo una cosa. Si mis sospechas resultan ser correctas, no deshonre a nuestra hija.
Le pido disculpas por mi comportamiento el viernes pasado.
Con pesar,
Marion Louise Willoughby Veckhoff
Ardia de curiosidad, comprobe el sistema de seguridad, me prepare una taza de te y lleve todo el material a mi estudio. Despues de buscar un boligrafo y un cuaderno de notas, abri el diario, saque un sobre que encontre entre las paginas y verti el contenido sobre el escritorio.
Numerosos recortes de periodicos se esparcieron sobre la mesa, alguno sin identificacion, otros pertenecientes al Charlotte Observer, el Raleigh News amp; Observer, el Winston-Salem Journal, el Asheville Citizen-Jlmes, conocido tambien como «la Voz de las Montanas», y el Charleston Post and Courier. La mayoria eran notas necrologicas. Unas pocas eran noticia de primera pagina. Cada una de ellas informaba de la muerte de un hombre eminente.
El poeta Kendall Rollins sucumbio a la leucemia el 12 de mayo de 1986. Entre los que habian sobrevivido a Rollins se encontraba su hijo, Paul Hardin Rollins.
El pelo de la nuca se me erizo. P. H. Rollins estaba en la lista de los integrantes de H amp;F. Apunte su