galope cojo.

El gato tambien lo hizo.

Intente seguir adelante. Pero era inutil. Mis brazos y piernas ya no me respondian.

Mi carrera se convirtio en un trote ligero. Las gotas de sudor caian de mi frente y me quemaban los ojos.

Delante de mi percibi el contorno de una forma oscura. Mi mano extendida choco contra algo solido. El codo se doblo y recibi un golpe en la mejilla. El dolor se extendio por la muneca. La sangre humedecio la palma de la mano y la mejilla.

Con mi mano buena explore lo que me habia cortado el paso. Roca solida.

Recorri a tientas el obstaculo.

Mas roca.

Se me encogio el corazon.

Habia corrido hacia la pared de un risco. Agua a mi izquierda. Bosque tupido a mi derecha.

El gato lo sabia. No tenia escapatoria.

?No te dejes vencer por el panico!

Cogi el escalpelo y lo sostuve detras de la espalda. Luego me volvi, apoyandome en la pared de piedra, y me enfrente a mi atacante.

Hablo antes de que pudiese verle.

– Un camino equivocado.

El desconocido respiraba con dificultad y, desde donde me encontraba, podia oler el olor rancio a sudor y furia.

– ?No se me acerque!

Grite con mas coraje del que sentia.

– ?Por que habria de hacerlo?

Se burlaba de mi.

Conocia esa voz. Era quien me habia llamado al deposito. Pero tambien la habia oido en persona. ?Donde?

Se oyo un crujido de hojas y luego un perfil negro se recorto en la oscuridad.

– No de un paso mas -dije casi en un susurro.

– No esta en la mejor situacion para dar ordenes.

– Si se acerca, le matare.

Aferre el escalpelo como si fuese una cuerda salvavidas.

– Yo lo llamaria el clasico callejon sin salida.

Mas crujido de hojas. El perfil negro se convirtio en un hombre, con el brazo extendido en mi direccion. Hombros anchos, brazos gruesos.

No era Simon Midkiff.

– ?Quien es usted?

– Seguro que ya lo sabe.

Oi un chasquido cuando quito el seguro del arma.

– Usted mato a Primrose Hobbs. ?Por que?

– Porque podia hacerlo.

– Y planea matarme a mi.

– Sera un placer.

– ?Por que?

– Su intromision destruyo un lugar sagrado.

– ?Quien es usted?

– Kulkulcan.

Kulkulcan. A ese le conocia.

– El dios maya.

– Por que conformarse con un faraon o algun marica griego.

– ?Donde esta el resto de la sociedad de chiflados?

– Si no hubiera sido por ese desgraciado accidente aereo jamas hubiese tropezado con nosotros. Su jodida intromision puso al descubierto cosas que no tenia ningun derecho a conocer. Y le ha correspondido a Kulkulcan vengarse.

La voz melodiosa estaba ahora tenida de furia.

– Su Hell Fire Club esta acabado.

– Nunca estara acabado. Desde el principio de los tiempos las masas mediocres han tratado de eliminar a las personas intelectualmente superiores. Nunca funciona. Las condiciones pueden volvernos inactivos, pero volvemos a surgir cuando el clima cambia.

?Que delirio de grandeza estaba escuchando?

– Habia llegado mi hora de sumarme a las filas de lo sagrado -continuo, indiferente al hecho de que yo no le habia contestado-. Encontre mi ofrenda. Ofreci mi sacrificio. Honre el ritual que usted ha profanado.

– ?Jeremiah Mitchell o George Adair?

– Eso es irrelevante. Sus nombres no tienen ninguna importancia. Fui elegido. Estaba preparado. Solo tuve que seguir el camino.

Deja que continue hablando, razono mi mente. Alguien sabra donde estas. Alguien estara haciendo algo.

– Kulkulcan es un dios creador. Usted destruye la vida -le dije.

– Los mortales son efimeros. La sabiduria permanece.

– ?La sabiduria de quien?

– La sabiduria de los siglos, revelada a aquellos que son dignos de recibirla.

– ?Y ustedes aseguran su permanencia a traves del asesinato ritual?

– El cuerpo no es mas que un envoltorio material, carece de todo valor perdurable. Al final lo eliminamos. Pero la sabiduria, la fortaleza, la esencia del alma, esas son las fuerzas que prevalecen.

Deje que continuase desvariando.

– La especie mas inteligente debe ser alimentada. Aquellos que abandonan esta tierra deben entregar su mana a los que quedan en ella, aumentar la fuerza y la sabiduria de los elegidos.

– ?Como?

– A traves de la sangre, el corazon, los musculos y los huesos.

Dios bendito, era verdad.

– ?Cree realmente que puede aumentar su cociente intelectual comiendo la carne de otras personas?

– Cuando la carne se debilita, tambien lo hace la fuerza. Pero la mente, el espiritu, el intelecto, esos elementos son transferibles a traves de las celulas de nuestros cuerpos.

Aferre el escalpelo con tanta fuerza que me dolian los nudillos.

– Herodoto hablaba de que los Issedones de Asia Central se comian a sus parientes para crecer fuertes y disciplinados. Estrabon encontro la misma practica entre los clanes irlandeses. Muchos pueblos conquistadores aumentaban su fuerza comiendo la carne de sus enemigos. Come al debil y seras mas fuerte. Es algo tan viejo como el hombre.

Pense en los huesos de los neandertales, en las victimas en la camara ceremonial cerca de Mesa Verde. En los esqueletos que yacian en el deposito.

– ?Por que los ancianos?

– Los ancianos poseen las mayores reservas de sabiduria.

– ?O simplemente porque resultan blancos mucho mas faciles?

– Mi querida senorita Brennan. ?Preferiria que su carne contribuyese al progreso de los seres elegidos o que fuese comida para los gusanos?

La ira comenzo a fluir dentro de mi, superando el miedo.

– Usted no es mas que un maldito cabron demente y egolatra.

– Oh, vaya, huelo la sangre de un ingles. Este vivo o muerto, molere sus huesos para preparar mi pan.

El esqueleto electrico gimio en la distancia.

?Me enfrentaba a la locura! ?Quien era este hombre? ?Como le conocia?

Comence a moverme lentamente a lo largo de la pared, sosteniendo el escalpelo con la mano derecha detras

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