asesino en serie con una especie de pauta de comportamiento compulsivo en el que encajaran los crimenes?

?Pero que habia acerca de Trottier y Damas? Estas no encajaban. No podia ser tan sencillo. Mire con fijeza el mapa deseando que se materializara una respuesta. La sensacion de que algo acechaba tras el muro de mi conciencia era mas acuciante que nunca. ?Que era? Apenas oi el golpecito.

– ?Doctora Brennan?

Lucie Dumont se encontraba en la puerta. Con ello basto: el muro se habia derrumbado.

– ?Alma!

Habia olvidado por completo a la monita. Mi exclamacion sobresalto a Lucie y estuvo a punto de caersele el impreso que llevaba.

– ?Quiere que vuelva en otro momento?

Yo ya buscaba el anterior impreso que Lucie me habia facilitado. Si, desde luego. La terminal del autobus estaba practicamente junto a la estacion Berri-UQAM. Localice a Alma y situe una aguja exactamente en el centro del triangulo.

?Que teniamos? ?Una mona? ?Tenia conexion con ello? Y, de ser asi, ?como? ?Era otra victima? ?Un experimento? Alma habia muerto dos anos antes que Grace Damas. ?No habia leido asimismo algun informe sobre esa pauta? Adolescentes voyeurs y de mentes tortuosas que evolucionan hasta atormentar animales y concluyen violando y asesinando a seres humanos? ?No era aquel el escalofriante progreso de Dahmer?

Suspire y me recoste en mi asiento. Si tal era el mensaje que mi subconsciente trataba de transmitir, Ryan no quedaria impresionado.

Lucie habia desaparecido por la puerta, hacia los archivos centrales. Me disculparia mas tarde. Ultimamente lo hacia muy a menudo. Regrese a mi despacho.

El legajo de Damas contenia escaso material aparte de mi informe. Abri el correspondiente a Adkins y lo hojee. El contenido comenzaba a parecer el material de archivo que yo manejaba con tanta frecuencia. Nada me llamaba la atencion. Vuelta a Gagnon, Morisette-Champoux y Trottier.

Pase una hora examinando los archivos con detenimiento. De nuevo las piezas del rompecabezas de la abuela. Un revoltijo de fragmentos de informacion. «Introducelos, haz funcionar tu mente y ordenalos.» Pero la disposicion no resultaba. Llegaba el momento de tomar un cafe.

Me lo lleve al despacho junto al Journal matutino. Mientras lo leia, sorbia el cafe. Las noticias apenas variaban de la Gazette inglesa; los editoriales, enormemente. ?Como lo calificaba Hugh MacLennan? Las Dos Soledades.

Me arrellane en el asiento. Surgia de nuevo la comezon subliminal. Tenia los fragmentos pero no conseguia que encajaran. «De acuerdo, Brennan: se sistematica.» La sensacion habia comenzado aquel dia. ?Que habia hecho? Poca cosa. Leer el periodico. Llevar el coche al taller. Coger el metro. Revisar archivos.

?Alma?

Me sentia mentalmente insatisfecha. Habia algo mas.

?El coche?

Nada.

?El periodico?

Tal vez.

Volvi a hojearlo. Las mismas historias, los mismos editoriales, los mismos anuncios por palabras.

Me detuve.

Anuncios por palabras. ?Donde habia visto yo anuncios?

Montones de ellos.

En la habitacion de Saint Jacques.

Los revise lentamente. Trabajos, perdidas y hallazgos, ventas de garajes, mascotas, fincas inmobiliarias.

?Fincas inmobiliarias? ?Fincas inmobiliarias!

Busque el archivo de Adkins y localice las fotos. Si, alli estaba. El letrero oxidado y ladeado, apenas visible en el descuidado patio. A vendre. Alguien vendia un apartamento en el edificio de Margaret Adkins.

?Y bien?

Piensa.

Champoux. ?Que habia dicho? Que no le gustaba aquel lugar. Por ello iban a marcharse, o algo por el estilo.

Llame por telefono sin obtener respuesta.

?Y que habia acerca de Gagnon? ?No alquilaba el hermano? Tal vez el propietario vendia el edificio.

Comprobe las fotos. No habia ningun letrero. ?Maldicion!

Probe de nuevo el telefono de Champoux y tampoco obtuve respuesta.

Marque el numero de Genevieve Trottier, que contesto al segundo timbrazo.

– Bonjour -me saludo animosa.

– ?Madame Trottier?

– Oui.

Su acento revelaba curiosidad.

– Soy la doctora Brennan. Ayer hablamos.

– Oui.

Expresion temerosa.

– ?Me permite formularle una pregunta?

– Oui -repuso ya con resignacion.

– ?Tenia su casa en venta cuando desaparecio Chantale?

– Pardonnez moi?

– ?Trataba de vender su casa en octubre del pasado ano?

– ?Quien se lo ha dicho?

– Nadie. Simple curiosidad.

– No, no. He vivido aqui desde que mi marido y yo nos separamos. No tenia intencion de mudarme. Chantale… yo… era nuestra casa.

– Gracias, madame Trottier. Lamento haberla molestado.

De nuevo habia violado el acuerdo alcanzado por ella con sus recuerdos.

Aquello no conducia a ninguna parte. Tal vez fuese una necedad.

Llame de nuevo a Champoux. Una voz masculina respondio cuando me disponia a colgar.

– Oui.

– ?Monsieur Champoux?

– Un instant.

– Oui -respondio una segunda voz masculina.

– ?Monsieur Champoux?

– Oui.

Le explique quien era y le formule mi pregunta. Si, habian tratado de vender la finca. Estaba anunciada por ReMax. Cuando su esposa fue asesinada retiro la oferta del mercado. Si, creia que los anuncios habian funcionado, pero no estaba seguro. Le di las gracias y colgue.

Dos de cinco. Era posible. Tal vez Saint Jacques utilizaba los anuncios por palabras.

Llame a investigacion. Los materiales del apartamento de la rue Berger eran de propiedad.

Consulte mi reloj: las doce menos cuarto, hora de reunirme con Ryan. No picaria el anzuelo: necesitaba algo mas.

De nuevo extendi las fotos de Gagnon y las examine una por una. En esta ocasion lo vi. Cogi una lupa y la ajuste hasta que el objeto aparecio centrado. Me aproxime ajustando y reajustando para asegurarme.

– ?Maldito calor!

Meti las fotos en su sobre y a continuacion en mi cartera y fui corriendo al restaurante.

Le Paradis Tropique se halla enfrente del edificio de la SQ. La comida es pesima, pero el pequeno local siempre esta atestado a mediodia, debido en gran parte a la exuberancia de su propietario Antoine Janvier. Aquel dia me saludo como de costumbre.

– ?Ah, madamel ?Esta hoy muy ocupada? ?Si! ?Cuanto me alegro de verla despues de tanto tiempo!

Su rostro de ebano exhibia una burlona desaprobacion.

Вы читаете Testigos del silencio
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×