se ocultaba el equipo de video.
– De acuerdo, ?como lo han hecho?
– Bueno, existe una amplia gama de instrumentos especiales para ello.
Reynolds nego con la cabeza.
– No, no se trata de un laboratorio. Tenemos que pensar que lo han hecho in situ, donde estaba instalado el equipo. Y tal vez quien lo hizo ni siquiera supiese que alli habia un video. Asi que debemos suponer que usaron lo que llevaban consigo.
Los tecnicos cavilaron por unos instantes.
– Bueno -dijo uno de ellos-, si la persona llevara un iman potente y lo pasara por encima de la grabadora varias veces, eso podria reordenar las particulas magneticas de la cinta, lo que, a su vez, eliminaria las senales grabadas previamente.
Reynolds exhalo un suspiro. Un simple iman quiza habia acabado con su unica pista.
– ?Es posible recuperar las imagenes? -pregunto.
– Es posible, pero tardaremos bastante. No podemos garantizar nada hasta que empecemos.
– Adelante, pero antes quiero dejar algo bien claro. -Se irguio sobre los dos hombres-. Necesito ver lo que hay en la cinta. Necesito ver quien estaba en la casa. Esa es la maxima prioridad. Si esto interfiere con sus obligaciones, consulten al subdirector, pero quiero que trabajen en este asunto veinticuatro horas al dia. La necesito, ?entendido?
Los hombres se miraron antes de asentir.
Cuando Reynolds regreso a su despacho, la estaba esperando un hombre.
– Paul. -Lo saludo con un gesto con la cabeza mientras se sentaba.
Paul Fisher se levanto y cerro la puerta del despacho de Reynolds. Era su enlace con la oficina central. Paso por encima de una pila de documentos antes de volver a sentarse.
– Parece que trabajas demasiado, Brooke. Siempre lo parece. Supongo que eso es lo que me gusta de ti.
Sonrio y Brooke le devolvio la sonrisa.
Fisher era una de las pocas personas del FBI a quien Reynolds respetaba por su talla, tanto en el sentido figurado como en el literal, ya que media casi dos metros. Tenian casi la misma edad, aunque Fisher era su superior en la cadena de mando y llevaba dos anos mas que ella en el FBI. Era competente y tenia aplomo. Tambien era atractivo y conservaba el cabello rubio alborotado y la figura esbelta de su epoca de estudiante en la Universidad de California en Los Angeles. Cuando su matrimonio comenzo a desmoronarse, Reynolds fantaseo sobre tener una aventura con Fisher, que estaba divorciado. Incluso ahora, su visita inesperada hizo que se sintiera afortunada por haber tenido tiempo de ir a casa, ducharse y cambiarse de ropa.
Fisher se habia quitado la americana y la camisa le cenia con elegancia el largo torso. Reynolds sabia que estaba alli para hablar de trabajo, aunque solia pasar por alli a todas horas.
– Lamento lo de Ken -dijo Fisher-. Si no hubiese estado fuera de la ciudad, habria ido alli anoche.
Reynolds jugueteo con un abrecartas.
– No lo lamentas tanto como yo. Y ninguno de nosotros puede imaginarse cuanto lo lamenta Anne Newman.
– He hablado con el AEC -dijo Fisher, refiriendose al agente especial al cargo-, pero quiero que me cuentes todo lo que sepas.
Reynolds asi lo hizo y Fisher se froto la barbilla.
– Es obvio que los objetivos saben que vas a por ellos.
– Eso parece.
– No has progresado mucho en la investigacion, ?no?
– No lo suficiente como para remitirla al fiscal general, si es que te refieres a eso.
– Asi que Ken esta muerto y tu principal y unica testigo ha desaparecido. Hablame de Faith Lockhart.
Reynolds levanto la vista bruscamente, inquieta por las palabras que el habia elegido y el tono franco con que las habia pronunciado.
Fisher le devolvio la mirada y ella se percato de que sus ojos azulados traslucian cierta hostilidad. No obstante, Reynolds sabia que en aquellos momentos no tenia por que ser su amigo. Estaba alli en calidad de representante de la oficina central.
– ?Es que acaso quieres decirme algo, Paul?
– Brooke, siempre hemos ido directos al grano. -Hizo una pausa y tamborileo sobre el brazo del sillon, como si quisiera comunicarse con ella en codigo morse-. Se que Massey te concedio cierto margen de accion anoche, pero todos estan muy preocupados por ti. Debes saberlo.
– Se que en vista de los sucesos recientes…
– Estaban preocupados antes de que ocurriera esto. Los sucesos recientes no han hecho mas que aumentar el nivel de preocupacion, por asi decirlo.
– ?Quieren que lo deje? Dios mio, podria implicar a personas cuyos nombres han bautizado varios edificios gubernamentales.
– Es una cuestion de pruebas. Sin Lockhart, ?que es lo que tienes?
– Esta ahi, Paul.
– Aparte del de Buchanan, ?que otros nombres te ha facilitado? -pregunto Fisher.
Reynolds parecio ponerse nerviosa por un momento. El problema era que Lockhart no les habia revelado ningun nombre. Todavia. Habia sido demasiado lista para caer en la trampa. Se lo guardaba para cuando el trato estuviese cerrado.
– Hasta la fecha, nada especifico. Pero lo conseguiremos. Buchanan no trataba precisamente con los miembros de la junta escolar local. Y Lockhart nos conto parte de su plan. Trabajan para el y, cuando dejan su cargo, les ofrece trabajos sin funciones reales, indemnizaciones exorbitantes y otros beneficios extra. Es sencillo. Sencillamente brillante. No creo que Lockhart se haya inventado todos esos detalles.
– No discuto su credibilidad. Pero, insisto, ?tienes pruebas que respalden tus argumentos? ?Ahora mismo?
– Estamos haciendo cuanto esta en nuestra mano para encontrarlas. Iba a pedirle que se pusiera un microfono justo cuando ocurrio todo esto, pero ya sabes que no hay que forzar estas cosas. Si hubiera presionado demasiado, o perdido su confianza, nos habriamos quedado sin nada.
– ?Quieres que te exponga mi frio analisis? -Fisher interpreto su silencio como un asentimiento-. Sabes de un monton de personas sin nombre pero muy poderosas, muchas de las cuales tienen el futuro resuelto o en la actualidad ocupan un alto cargo en la empresa privada tras su carrera politica. ?Que tiene de raro? Es de lo mas normal. Contestan el telefono, almuerzan, cuchichean, se cobran los favores politicos que les deben. Esto es America. ?Adonde nos lleva todo esto?
– No se trata solo de eso, Paul. Hay mucho mas.
– ?Acaso sabrias seguir el rastro de las actividades ilegales, descubrir como han manipulado la legislacion?
– No exactamente.
– «No exactamente» es lo mas acertado. Es como intentar demostrar una negacion.
Reynolds sabia que Fisher estaba en lo cierto. ?Como se demuestra que alguien no ha hecho algo? Muchos de los medios que los hombres de Buchanan habrian empleado en beneficio propio probablemente fueran iguales a los que cualquier politico utilizaba de forma legitima. Lo importante era la motivacion; por que alguien hacia algo, no como lo hacia. El «por que» era ilegal, si bien el «como» no. Era como cuando un jugador de baloncesto no se esfuerza al maximo porque le han untado la mano.
– ?Dirige Buchanan esas empresas desconocidas donde esos ex politicos