Faith se enfundo el traje y, con ayuda de Lee, consiguio cenirse el casco. El cargo las bolsas en el amplio maletero y los compartimientos laterales de la Honda y Faith monto detras de el. Lee puso en marcha el motor, lo revoluciono durante unos segundos y luego acelero. Cuando solto el embrague, la potencia de la Honda empujo a Faith hacia la barra posterior acolchada y tuvo que sujetarse con los brazos a Lee y con las piernas a la motocicleta de trescientos sesenta kilos, mientras entraban disparados a la autopista Jeff Davis con rumbo al sur.
Estuvo a punto de caerse cuando oyo una voz en su oido.
– Bueno, tranquilizate, es una conexion de audio Chatterbox de casco a casco - dijo la voz de Lee. Era obvio que habia notado su sorpresa-. ?Has ido alguna vez en coche a la casa de la playa?
– No, siempre he ido en avion.
– Da igual, tengo un mapa. Tomaremos la 95 en direccion sur y luego la nacional 64 cerca de Richmond. Asi llegaremos a Norfolk. Desde alli ya decidiremos cual es el mejor camino. Ya pararemos para comer algo. Deberiamos estar alli antes del anochecer, ?de acuerdo?
Ella asintio con la cabeza antes de darse cuenta de que debia hablar.
– De acuerdo.
– Ahora, recuestate en el asiento y relajate. Estas en buenas manos.
Por el contrario, Faith se apoyo en el, le rodeo la cintura con los brazos y se agarro con fuerza. De repente, volvio a sumirse en el recuerdo de aquellos dos meses divinos de su epoca escolar. Aquello debia de ser un presagio. Quiza pudieran marcharse en la moto y no volver jamas. Empezar en los Outer Banks, alquilar una embarcacion y acabar en alguna isla deshabitada del Caribe, un lugar inaccesible para todos excepto ellos. Ella aprenderia a vivir en una cabana, a cocinar con leche de coco o lo que fuera, a ser una buena ama de casa mientras Lee se dedicaba a pescar. Podian hacer el amor cada noche bajo la luz de la luna. Se acerco mas a el. Aquello no sonaba nada mal. Ni demasiado improbable, teniendo en cuenta las circunstancias.
– Por cierto, Faith… -le dijo Lee al oido.
Ella toco el casco de el con el suyo y sintio la amplitud de su torso contra su pecho. Volvia a tener veinte anos, la brisa le parecia deliciosa, el calor del sol inspirador y su mayor preocupacion era el examen de mitad del trimestre. La repentina imagen de ellos tumbados desnudos bajo el sol, con la piel bronceada, el cabello humedo y las extremidades entrelazadas le hizo desear que no estuviesen enfundados en trajes de motorista con gruesas cremalleras, avanzando a cien kilometros por hora sobre el duro asfalto.
– ?Si?
– Si me vuelves a hacer una jugarreta como la del aeropuerto, no tendre inconveniente en retorcerte el pescuezo con mis propias manos, ?entendido?
Faith se separo de Lee y se recosto en el asiento como si quisiera incrustarse en el cuero para alejarse de el, su resplandeciente caballero blanco de diabolicos ojos azules.
Al carajo los recuerdos. Al carajo los suenos.
Danny Buchanan presencio una escena que le resultaba familiar. El acto era tipico de Washington: una cena para recaudar fondos para algun politico en un hotel del centro. El pollo estaba fibroso y frio, el vino era barato, la conversacion dinamica, los intereses en juego impresionantes, el protocolo rebuscado y los egos casi siempre insoportables. Los comensales que no eran ricos o gozaban de influencias eran empleados mal pagados de los politicos que trabajaban muchas horas a todo tren durante el dia y con una recompensa por tales esfuerzos prodigiosos consistia en tener que seguir trabajando en este tipo de reuniones por la noche. Se esperaba la asistencia del ministro de Hacienda, junto con otros pesos pesados de la politica. Desde que se habia prometido con una famosa actriz de Hollywood aficionada a exhibir el escote a la menor ocasion, el ministro estaba mas solicitado que sus antecesores en el cargo. Sin embargo, en el ultimo momento, habia recibido una oferta mejor para pronunciar un discurso en otro acto, lo cual era lo habitual en el eterno juego del «?donde esta mas verde el cesped de la politica?». Habia mandando a un subalterno en su lugar, una persona nerviosa y desgarbada que no conocia a nadie ni despertaba ningun interes.
El acto constituia otra oportunidad de ver y ser visto, de comprobar la jerarquia siempre cambiante de cierto subgrupo de la clase politica. La mayoria de los asistentes ni siquiera se sentaba a comer. Dejaban su cheque y se marchaban a otro acto organizado para recaudar fondos. La red de contactos se extendia por la sala como el agua de un manantial. 0 la sangre de una herida, segun el cristal con el que se mirara.
?A cuantos actos como ese habia asistido Buchanan a lo largo de los anos? Durante los periodos mas freneticos de recaudacion de fondos, cuando representaba a las grandes empresas, Buchanan asistia a desayunos, almuerzos, cenas y fiestas varias sin parar durante semanas. En alguna ocasion, debido al agotamiento, se habia presentado en el acto equivocado: una recepcion para el senador de Dakota del Norte en vez de una cena para el congresista de Dakota del Sur. Desde que habia decidido tomar a su cargo a los pobres del mundo, esos problemas habian desaparecido por la sencilla razon de que ahora el tenia dinero que dar a los politicos. Sin embargo, Buchanan era perfectamente consciente de que el topico de la recaudacion de fondos con fines politicos era que nunca habia dinero suficiente. Eso significaba que siempre existiria la posibilidad de traficar con las influencias. Siempre.
Tras regresar de Filadelfia, el dia habia empezado verdaderamente para el, sin Faith. Se habia reunido con media docena de congresistas distintos en el Capitolio y con su correspondiente equipo para abordar una infinidad de asuntos y fijar fechas para futuras reuniones. Los equipos eran importantes, sobre todo los de los comites y, en especial, los de los comites de gastos. Los congresistas iban y venian, pero el equipo tendia a conservarse pues conocia los temas y los procesos a la perfeccion. Ademas, Danny sabia que no era muy recomendable sorprender a un congresista intentando eludir al equipo. Quiza la primera vez uno saldria airoso, pero no la siguiente ya que los airados asesores se vengaban haciendo el vacio a quien cometiera tal error.
A continuacion acudio a un almuerzo tardio con un cliente de pago del que se habria ocupado Faith. Buchanan tuvo que excusar su ausencia con su habitual aplomo y sentido del humor.
– Lo siento, hoy le toca el segundon -dijo al cliente-. Pero intentare no meter demasiado la pata.
Si bien no habia necesidad de reafirmar la excelente fama de Faith, Buchanan habia referido a dicho cliente la historia de como Faith habia entregado en mano, en una caja de regalo adornada con un lazo, a los quinientos treinta y cinco miembros del Congreso los resultados de una encuesta que ponian de manifiesto que el pueblo estadounidense estaba a favor de donar fondos para la vacunacion de todos los ninos del mundo. La caja tambien contenia informes detallados y fotografias del antes y el despues de ninos vacunados en tierras lejanas. A veces las fotografias eran las armas mas importantes. Luego Faith se habia pasado treinta y seis horas seguidas al telefono recabando apoyo en el pais y en el extranjero y habia realizado exposiciones exhaustivas sobre como alcanzar semejante objetivo en colaboracion con varias organizaciones internacionales de ayuda humanitaria durante un periodo de dos semanas en tres continentes distintos. Aquello era de suma importancia. El resultado: se aprobo un provecto de ley en el Congreso para financiar un estudio a fin de determinar si tal esfuerzo funcionaria. Ahora los consultores cobrarian millones de dolares y destruirian varios bosques en aras de las montanas de papeleo que generaria el estudio para justificar los descomunales honorarios, por supuesto, sin ofrecer garantias de que un solo nino recibiria una vacuna.
– Un exito pequeno, sin duda, pero es un paso adelante -habia dicho Buchanan al cliente-. Cuando Faith persigue algo, mas vale apartarse de su camino.
Buchanan era consciente de que el cliente ya conocia esa faceta de Faith. Quiza lo dijera para levantarse el animo. Tal vez lo unico que queria era hablar de Faith. Durante el ultimo ano se habia mostrado duro con ella, muy duro; por temor a que se viera arrastrada hacia la pesadilla de Thornhill, Buchanan la habia alejado de si sin miramientos. En realidad parecia que lo que habia conseguido era lanzarla a los brazos