– Volvamos a la casa -propuso ella.
Se encontraban en el espacioso salon familiar. Faith tomo un mando a distancia, pulso un boton y las llamas de la chimenea cobraron vida. Se sirvio otra copa de vino y le ofrecio una a Lee, pero este declino la oferta. Se sentaron en el mullido sofa.
Faith tomo un sorbo de vino y miro por la ventana, sin fijar la vista en nada.
– Washington representa el pastel mas suculento y grande de la historia de la humanidad. Y todo el mundo quiere su parte. Ciertas personas poseen el cuchillo con el que se puede partir ese pastel. Si quieres una porcion, tienes que recurrir a ellas.
– ?Ahi es donde entrais tu y Buchanan?
– Yo vivia, respiraba y comia mi trabajo. A veces trabajaba mas de veinticuatro horas al dia porque cruzaba distintas franjas horarias. Soy incapaz de contarte los cientos de detalles, matices, conjeturas, momentos de tension, la valentia y la perseverancia que supone cabildear a esa escala. -Dejo la copa de vino y miro a Lee-. Danny Buchanan era un gran maestro para mi. Casi nunca perdia. Eso es extraordinario, ?no crees?
– Supongo que no perder nunca resulta admirable. No todos podemos ser Michael Jordan.
– En tu profesion, ?puedes garantizar a un cliente que obtendra un resultado concreto?
Lee sonrio.
– Si pudiera predecir el futuro, jugaria a la loteria.
– Danny Buchanan podia garantizar resultados.
Lee dejo de sonreir.
– ?Como?
– Quien controla a los guardianes, controla el futuro. Lee asintio lentamente en senal de que lo comprendia. -Entonces, ?sobornaba a los miembros del gobierno?
– De un modo mucho mas complejo que nadie.
– ?Congresistas en nomina? ?Te refieres a eso?
– En realidad lo hacian gratis.
– ?Que…?
– Hasta que dejaban el cargo. Entonces Danny les brindaba todo un mundo de delicias: puestos lucrativos que no les exigian nada en empresas que el habia fundado; ingresos de carteras privadas de acciones y bonos del estado, y dinero canalizado a traves de negocios legales bajo la tapadera de servicios prestados. Podian jugar al golf todo el dia, hacer un par de llamadas fingidas al Congreso, asistir a un par de reuniones y vivir como reyes. Es como sacar el premio gordo. Ya sabes como son los americanos con las acciones. Danny les hacia trabajar duro mientras estaban en el Congreso pero luego les proporcionaba los mejores anos dorados que el dinero puede comprar.
– ?Cuantos se han «retirado»?
– De momento, ninguno. Pero esta todo preparado para cuando se retiren. Danny solo lleva en esto unos diez anos.
– Hace mucho mas de diez anos que esta en Washington.
– Me refiero a que solo lleva diez anos sobornando a gente. Antes era un cabildero mucho mas prospero. Durante los ultimos diez anos ha ganado mucho menos dinero.
– Yo pensaba que el hecho de garantizar resultados le proporcionaria mucho mas dinero.
– Los ultimos diez anos han sido una especie de decada caritativa para el.
– Debe de tener unos ahorros considerables.
– Danny ha agotado casi todo su capital. Empezamos a representar a clientes de pago otra vez para poder continuar con nuestra mision. Y cuanto mas tiempo haga su gente lo que el le pida, mas dinero recibira a posteriori. Ademas, si esperan a dejar el cargo para cobrar, las posibilidades de que los descubran se reducen de forma considerable.
– Pues deben de confiar plenamente en la palabra de Danny Buchanan.
– Estoy segura de que les ha dado muestras de lo que les espera. Pero es un hombre honrado.
– Todos los sinverguenzas lo son, ?no? ?Quienes figuran en su plan de pensiones?
Ella le dedico una mirada de desconfianza.
– ?Por que?
– Tu contesta.
Faith menciono a dos de ellos.
– Corrigeme si me equivoco, pero ?no son el actual vicepresidente de Estados Unidos y el presidente de la Camara de Representantes?
– Danny no trabaja con mandos intermedios. De hecho empezo a colaborar con el vicepresidente antes de que ocupara ese cargo, cuando era diputado. Pero si Danny necesita que el hombre descuelgue el telefono para apretarle las tuercas a alguien, lo hace.
– Joder, Faith. ?Para que demonios necesitabas ese tipo de arsenal? ?Os dedicabais a los secretos militares?
– A algo mucho mas valioso, en realidad. -Tomo la copa de vino-. Representamos a los mas pobres de entre los pobres del mundo: los paises africanos en asuntos de ayuda humanitaria, alimentos, medicina, ropa, equipamiento agricola, semillas y sistemas de desalinizacion. En America Latina, dinero para vacunas y otros suministros medicos. Exportacion de medios legales para el control de natalidad, agujas esterilizadas e informacion sanitaria a los paises mas pobres.
Lee adopto una expresion de escepticismo.
– ?Me estas diciendo que sobornabais a cargos del gobierno para ayudar a los paises del Tercer Mundo?
Ella dejo la copa de vino y lo miro a los ojos.
– En realidad, la denominacion oficial ha cambiado. Las naciones ricas han creado una terminologia politicamente correcta para sus vecinos necesitados. Es mas: la CIA ha publicado un manual al respecto. Asi pues, en vez de «Tercer Mundo» hay nuevas categorias: los PPD, paises poco desarrollados, son los que integran el ultimo grupo dentro de la jerarquia de paises desarrollados. Hay oficialmente ciento setenta y dos PPD, es decir la amplia mayoria de los paises del mundo. Luego estan los PMD, que son los paises menos desarrollados. Estan al final de la cola, muriendose de hambre. «Solo» hay cuarenta y dos de estos. Quiza te sorprenda, pero la mitad de la poblacion de este planeta vive en un estado de miseria absoluta.
– ?Y eso lo justifica? -pregunto Lee-. ?Eso justifica el soborno y la estafa?
– No te pido que apruebes esa conducta. En realidad no me importa si estas de acuerdo con ella o no. Tu querias hechos, y eso es lo que te he dado.
– Estados Unidos gasta mucho en ayuda externa. Y de hecho no estamos obligados a dar un solo centavo.
Faith le clavo la vista con una fiereza que Lee nunca habia percibido en ella.
– Si hablamos de datos concretos, tienes todas las de perder -espeto.
– ?Como?
– ?Llevo investigando y viviendo con esto mas de diez anos! Pagamos a los agricultores de este pais mas dinero para que no cultiven que el que destinamos a ayuda humanitaria en el extranjero. Del total del presupuesto federal, la ayuda externa representa alrededor del uno por ciento, y la mayor