parte va a parar a dos paises, Egipto e Israel. Los americanos gastan cien veces mas en maquillaje, comida rapida o alquiler de videos en un ano que en dar de comer a ninos moribundos en los paises del Tercer Mundo en toda una decada. Podriamos erradicar una docena de enfermedades infantiles graves en los paises subdesarrollados de todo el mundo con menos dinero del que gastamos en munecos Beanie Babies.
– Que ingenua eres, Faith. Probablemente, tu y Buchanan solo estais llenando los bolsillos de algun dictador.
– ?No! ?Eso no es mas que una excusa facil y ya estoy harta de oirla! El dinero que conseguimos va directamente a organizaciones legitimas de ayuda humanitaria y nunca al gobierno. Yo misma he visto demasiados ministros de sanidad en paises africanos vestidos de Armani y conduciendo un Mercedes mientras los ninos mueren de hambre a sus pies.
– ?Y en este pais no hay ninos que pasen hambre?
– Reciben mucha ayuda y la merecen, sin duda. Lo unico que digo es que Danny y yo teniamos nuestro objetivo, que era echar una mano a los pobres del extranjero. Hay millones de seres humanos a punto de morir, Lee. Ninos de todo el mundo mueren por la sencilla razon de que estan desatendidos. Cada dia, cada hora, cada minuto.
– ?Y de verdad esperas que me crea que lo haciais porque teneis buen corazon? -Echo un vistazo a la casa-. Esto no es precisamente un comedor de beneficencia, Faith.
– Los primeros cinco anos que colabore con Danny hice mi trabajo, represente a los clientes importantes y gane mucho dinero, mucho. No tengo problemas en reconocer que soy una materialista redomada. Me gusta el dinero y me gustaba lo que podia comprar con el.
– ?Y entonces que paso? ?Encontraste a Dios?
– No, el me encontro a mi. -Lee parecia desconcertado y Faith se apresuro a continuar-. Danny habia empezado a cabildear en nombre de los pobres extranjeros. Pero no conseguia nada. A nadie le preocupaba, me decia siempre. Los otros socios de nuestra empresa empezaban a hartarse de los empenos caritativos de Danny. Querian representar a IBM y a Philip Morris, no a las multitudes hambrientas de Sudan. Un dia Danny entro en mi despacho, me dijo que iba a fundar su propia empresa y que queria que yo participara en ella. No tendriamos clientes poderosos, pero Danny me dijo que no me preocupara, que el cuidaria de mi.
Lee parecio calmarse.
– Hasta ahi me lo creo. No sabias que estaba sobornando a gente, o por lo menos que esa era su intencion.
– ?Claro que lo sabia! Me lo conto todo. Queria que me implicara en esto con los ojos bien abiertos. El es asi. No es un sinverguenza.
– Faith, ?tienes idea de lo que estas diciendo? ?Accediste a participar aun sabiendo que infringias la ley?
Ella le clavo una mirada helada.
– Si podia ocuparme de que las tabacaleras siguieran vendiendo cancer en un cigarrillo a cualquier persona con un par de pulmones y de que los fabricantes de armamento repartieran metralletas a todo bicho viviente, supongo que pensaba que nada estaba fuera de mi alcance. Ademas, en este caso el fin era algo de lo que podia enorgullecerme.
– ?La materialista redomada se ablando? -solto Lee con desden.
– No es la primera vez que ocurre -replico ella.
– ?Como os lo montabais vosotros dos? -pregunto Lee en tono acusador.
– Yo era la agente exterior y me trabajaba a todas las personas que no teniamos en el bolsillo. Se me daba bien conseguir que ciertas celebridades aparecieran en actos sociales e incluso viajaran a algunos de los paises. Sesiones de fotos, reuniones con miembros, etcetera. -Sorbio un poco de vino-. Danny era el agente interno. Trabajaba con las personas sobornadas mientras yo presionaba desde el exterior.
– ?Y te dedicaste a esto durante diez anos?
Faith asintio.
– Hace aproximadamente un ano Danny empezo a quedarse sin dinero. Pagaba muchos de nuestros gastos de cabildeo de su propio bolsillo. Tampoco podiamos cobrarles nada a nuestros clientes, y el tenia que invertir mucho capital propio en esos «fondos de inversiones», como el los llamaba, para las personalidades que sobornabamos. Danny se tomaba esa parte muy en serio. El era su fideicomisario. Se encargaba de que todos y cada uno de los centavos que les prometia estuviesen ahi.
– El honor entre ladrones.
Faith hizo caso omiso del comentario sarcastico.
– Entonces fue cuando me pidio que me dedicara a pagar a los clientes mientras el se ocupaba del resto de los asuntos. Me ofreci a vender mi casa, y esta casa tambien, para ayudar a recaudar fondos. Se nego. Dijo que ya habia hecho suficiente. -Ella nego con la cabeza-. Quiza deberia venderla, creeme, nunca se hace lo suficiente. -Faith se quedo callada por unos instantes y Lee decidio no romper el silencio. Ella lo miro-. Estabamos consiguiendo muchas cosas buenas.
– ?Que pretendes, Faith? ?Quieres que te aplauda? Los ojos de ella centellearon.
– ?Por que no te montas en esa estupida moto de una maldita vez y desapareces de mi vida?
– De acuerdo -dijo Lee con voz queda-, si te parecia tan bien lo que hacias, ?como acabaste siendo testigo del FBI?
Faith se cubrio el rostro con las manos, como si estuviese a punto de romper a berrear. Cuando por fin se descubrio, parecia tan angustiada que Lee noto que su propio enfado se esfumaba.
– Danny llevaba algun tiempo comportandose de forma extrana. Sospeche que quiza alguien lo habia descubierto. Eso me asusto muchisimo. Yo no queria ir a la carcel. No hacia mas que preguntarle que habia sucedido pero se negaba a hablar conmigo de ello. Se retraia cada vez mas, se volvio paranoico y al final incluso llego a pedirme que dejara la empresa. Por primera vez en mi vida me senti muy sola. Era como si hubiera vuelto a perder a mi padre.
– Asi que fuiste al FBI e intentaste hacer un trato. Tu a cambio de Buchanan.
– ?No! -exclamo-. ?Nunca!
– ?Entonces por que?
– Hace unos seis meses los medios de comunicacion se hicieron mucho eco de que el FBI habia destapado un caso de corrupcion publica en el que estaba involucrado un contratista de armamento que al parecer sobornaba a varios congresistas para obtener un suculento contrato federal. Un par de empleados del contratista se pusieron en contacto con el FBI y revelaron lo que estaba ocurriendo. En realidad habian participado en la conspiracion pero consiguieron la inmunidad a cambio de su testimonio y ayuda. Eso me parecia un buen trato. Quiza yo tambien pudiera conseguir algo parecido. Puesto que Danny no confiaba en mi, decidi seguir adelante. En un articulo periodistico se mencionaba a la agente principal, Brooke Reynolds, asi que la llame.
»No sabia que esperar del FBI pero de algo estaba segura: no les diria mucho de entrada, ni nombres ni nada por el estilo, al menos hasta saber que terreno estaba pisando. Ademas, yo me encontraba en una situacion ventajosa. Necesitaban a una testigo viva con la cabeza llena de fechas, horas, nombres, reuniones, recuentos de votos y programas para llevar a cabo este trabajo.
– ?Y Buchanan no sabia nada de todo esto?
– Supongo que no, teniendo en cuenta que contrato a alguien para matarme.
– No sabemos con certeza que contratara a alguien.
– Oh, vamos, Lee, ?quien lo hizo si no?
Lee se acordo de los hombres que habia visto en el aeropuerto. El aparato que uno de ellos tenia en la mano era una especie de cerbatana de alta tecnologia. Lee habia visto una demostracion de un arma parecida en un seminario sobre antiterrorismo. La pistola y la municion eran de plastico para que