en que Newman habia visitado la caja de seguridad. Casi todos coincidian con las fechas de los ingresos en la cuenta corriente. Reynolds conjeturo que Ken abria la caja, introducia dinero nuevo en ella, tomaba parte del viejo y lo depositaba en la cuenta bancaria de la familia. Tambien imagino que habria ido a otra sucursal a efectuar los ingresos. Era improbable que, en la misma oficina, extrajera dinero de la caja de seguridad a nombre de Frank Andrews y lo ingresara en una cuenta a nombre de Ken Newman.
Todos aquellos movimientos ascendian a una cantidad de dinero significativa, aunque no a una fortuna. El saldo total de la cuenta corriente nunca era demasiado elevado porque siempre extendia cheques para aquella cuenta que lo reducian. Observo que la nomina de Newman en el FBI estaba domiciliada en la cuenta. Ademas, habia numerosos cheques extendidos a nombre de una agencia de corredores de bolsa. Reynolds encontro esos extractos en otro archivador y enseguida llego a la conclusion de que, aunque Newman no fuera ni mucho menos multi-millonario, contaba con una buena cartera de valores, y los registros ponian de manifiesto que aumentaba con regularidad. Gracias a la tendencia alcista del mercado, sus inversiones se habian incrementado de forma considerable.
Excepto por los ingresos en metalico, lo que habia averiguado no resultaba tan insolito. Habia ahorrado dinero y lo habia invertido bien. No era rico pero vivia con desahogo. Los dividendos de la cuenta de inversiones tambien iban a parar a la cuenta corriente de los Newman, lo que enmaranaba todavia la vision de conjunto de los ingresos. En pocas palabras, seria dificil concluir que habia algo sospechoso en las finanzas del agente a no ser que se analizaran en profundidad. Y a menos que se supiese la existencia de la caja de seguridad, la cantidad de dinero que se apreciaba no parecia merecer semejante escrutinio.
Lo que la confundia era la cantidad de dinero que habia visto en la caja de seguridad. ?Por que querria guardar tanto en un lugar que no devengaba intereses? Lo que le sorprendia casi tanto como el dinero era lo que no habia encontrado. Cuando Anne aparecio para preguntarle como iba todo, decidio interrogarla directamente.
– Aqui no consta el pago de ninguna hipoteca ni de tarjetas de credito.
– No tenemos hipoteca. Bueno, la teniamos, una a treinta anos, pero Ken fue haciendo pagos extras y al final la amortizo toda antes de tiempo.
– Que bien. ?Cuando fue eso?
– Hara unos tres o cuatro anos, creo.
– ?Y las tarjetas de credito?
– A Ken no le gustaban. Pagabamos siempre en efectivo. Electrodomesticos, ropa, incluso coches. Nunca compramos uno nuevo, siempre de segunda mano.
– Es una costumbre inteligente. Asi se ahorran muchos gastos de financiacion.
– Ya te dije que a Ken se le daban muy bien las cuentas.
– Si hubiera sabido que se le daban tan bien, le habria pedido que me asesorara.
– ?Necesitas revisar algo mas?
– Me temo que una cosa mas. Las declaraciones de la renta de los ultimos dos anos, si las tienes.
Ahora la ingente cantidad de dinero en efectivo de la caja cobraba sentido a los ojos de Reynolds. Si Newman pagaba todo en metalico, entonces no tenia necesidad de ingresarlo en la cuenta corriente. Por supuesto, para pagos como el de la hipoteca, el agua, la luz y el telefono tenia que extender un cheque, por lo que debia ingresar dinero para pagarlos. Ademas, eso implicaba que no quedaba constancia del dinero que guardaba en la caja y no depositaba en la cuenta corriente. Al fin y al cabo, el dinero en metalico tenia esa ventaja; y eso significaba que Hacienda no tenia forma de saber que Newman lo poseia.
Habia sido lo bastante inteligente como para no cambiar su estilo de vida. Vivia en la misma casa, no se compraba coches deslumbrantes, ni le habia dado por despilfarrar dinero yendo de compras, error que cometian muchos ladrones. Ademas, sin pagos de la hipoteca ni de tarjetas de credito, disponia de mucha liquidez; a primera vista ese hecho pareceria explicar la capacidad para invertir en bolsa con regularidad. Para averiguar la verdad, alguien tendria que investigar con tanta o mayor profundidad que Reynolds.
Anne encontro las declaraciones de la renta correspondientes a los ultimos seis anos en el archivador metalico situado contra una de las paredes. Estaban tan bien ordenadas como el resto de los documentos financieros del hombre. Con un vistazo rapido a las declaraciones de los tres ultimos anos, Reynolds confirmo sus sospechas. Los unicos ingresos declarados eran el sueldo que el FBI pagaba a Newman y varios intereses y dividendos de inversiones, asi como los intereses del banco.
Reynolds dejo las carpetas en su sitio y se puso el abrigo.
– Anne, siento mucho haber tenido que venir a hacer esto en medio de todo lo que estas pasando.
– Fui yo quien te pidio ayuda, Brooke.
Reynolds sintio otra punzada de culpabilidad.
– Bueno, no se si te he sido de gran ayuda.
Anne la agarro del brazo.
– ?Ahora puedes decirme que ocurre? ?Ken ha hecho algo malo?
– Lo unico que puedo decirte en estos momentos es que he encontrado algunas cosas que no soy capaz de explicar. No te mentire; resultan muy preocupantes.
Anne aparto la mano lentamente.
– Supongo que tendras que informar de lo que has descubierto.
Reynolds la observo. Estrictamente hablando, lo que debia hacer era acudir de inmediato a la ORP y contarlo todo. La Oficina de Responsabilidad Profesional estaba oficialmente al amparo del FBI pero en realidad la gestionaba el Departamento de Justicia. La ORP investigaba acusaciones de mala conducta dirigidas contra empleados del FBI. Tenian fama de ser muy rigurosos. Una indagacion de la ORP asustaria incluso al agente mas duro del FBI.
Si, desde un punto de vista tecnico era muy sencillo. Ojala la vida fuera tan simple. La desconsolada mujer que Reynolds tenia ante si complicaba mucho su decision. Al final vencio su lado humano y resolvio pasar por alto las normas del FBI de momento. Ken Newman seria enterrado como un heroe. El hombre habia servido como agente durante mas de dos decadas, asi que por lo menos se merecia ese reconocimiento.
– Mas tarde o mas temprano, si, tendre que informar de mis averiguaciones. Pero ahora no. -Se callo y le tomo la mano-. Se cuando celebraran el funeral. Estare ahi con todo el mundo, presentando mis respetos a Ken.
Reynolds dio a Anne un abrazo tranquilizador y se marcho. Se le agolpaban tantos pensamientos en la mente que se sentia un tanto mareada.
Si Ken Newman habia aceptado sobornos, llevaba haciendolo bastante tiempo. ?Era el quien habia filtrado informacion sobre el caso del que se ocupaba Reynolds? ?Habia vendido tambien otras investigaciones? ?Acaso era un topo independiente que se ofrecia al mejor postor? ?0 era un chivato fijo que trabajaba para una sola organizacion? Si asi era, ?que valor tenia Faith para una organizacion como aquella? Habia ciertos intereses extranjeros implicados. Lockhart habia alcanzado a revelarselo. ?Era aquella la clave? ?Habia trabajado Newman para un gobierno extranjero durante todo aquel tiempo, un gobierno extranjero que por casualidad tambien formaba parte de la confabulacion de Buchanan?
Exhalo un suspiro. Todo aquello empezaba a complicarse tanto que le entraban ganas de marcharse a casa corriendo y cubrirse la cabeza con las mantas. Sin embargo, subiria al coche, conduciria hasta la oficina y seguiria investigando el caso, como habia hecho con tantos otros en el transcurso de los anos. Habia ganado mas de lo que habia perdido. Y eso era lo mejor que cualquiera que se dedicara a lo mismo que ella podia esperar.