Al oir esas palabras, Reynolds se quedo helada y se sento con brusquedad. Presiono la mesa con las palmas sudadas de la mano e intento controlar sus emociones. Su caracter no estaba haciendole ningun bien. Estaba en sus manos. De hecho, Fisher y Massey intercambiaron lo que ella interpreto como miradas complacidas ante su obvio malestar.
– Hemos hablado con Anne Newman. Nos ha contado todo lo que has hecho - explico Fisher-. Ni siquiera soy capaz de enumerar las normas del FBI que has infringido.
– Intentaba proteger a Ken y a su familia.
– ?Vamos, por favor! -exclamo Fisher.
– ?Es cierto! Pensaba informar a la ORP despues del funeral.
– Que consideracion por tu parte -comento Fisher en tono sarcastico.
– ?Por que no te vas a la mierda, Paul?
– Agente Reynolds, modere su vocabulario -ordeno Massey.
Reynolds se recosto en el asiento y se froto la frente.
– ?Puedo preguntar como descubrieron lo que estaba haciendo? ?Anne Newman acudio a ustedes?
– Si no le importa, nosotros formularemos las preguntas. -Massey se inclino hacia adelante y coloco los dedos en forma de piramide-. ?Que encontro exactamente en esa caja de seguridad?
– Dinero. Mucho. Miles de dolares.
– ?Y los documentos financieros de Newman?
– Ingresos sin explicacion.
– Tambien hemos hablado con la sucursal bancaria que visito. Usted les dijo que no permitieran que nadie accediera a la caja. Y le pidio a Anne Newman que no se lo contara a nadie, ni siquiera a alguien del FBI.
– No queria que ese dinero cayese en manos de nadie. Era una prueba importante. Y le pedi a Anne que no dijera nada hasta que yo tuviera la oportunidad de investigar un poco mas. Lo hice para protegerla, hasta que descubriera quien estaba detras de todo aquello.
– ?O acaso queria ganar tiempo para quedarse con el dinero? Teniendo en cuenta que Ken estaba muerto y que por lo visto Anne Newman no estaba al corriente de lo que contenia la caja de seguridad, usted seria la unica que sabria de la existencia del dinero. -Massey la miro fijamente; sus diminutos ojos parecian dos balas a punto de alcanzarla.
– Que curioso que cuando Newman muere tu accedes a una caja con miles de dolares que tenia bajo nombre falso -intervino Fisher-. Y que, por la misma epoca, ciertas cuentas controladas por ti se llenan de cientos de miles de dolares.
– Si pretendes decir que yo mande matar a Ken para quedarme con el dinero de la caja, te equivocas -se defendio Reynolds-. Anne me llamo y me pidio ayuda. No me entere de que Ken tenia una caja de seguridad hasta que ella me lo dijo. No tenia idea de lo que habia en la caja hasta despues de la muerte de Ken.
– Eso dices -comento Fisher.
– Eso lo se -espeto Reynolds con vehemencia-. ?Se me acusa formalmente de algo? -pregunto a Massey.
Este se recosto en el asiento y se coloco las manos detras de la cabeza.
– Debe ser consciente de que esta situacion pinta muy, muy mal. Si usted estuviera en mi lugar, ?a que conclusiones llegaria?
– Comprendo que sospeche de mi, pero si me dan la oportunidad de…
Massey cerro la carpeta y se puso en pie.
– Queda usted suspendida de su cargo, agente Reynolds, con efecto inmediato.
Reynolds se quedo anonadada.
– ?Suspendida de mi cargo? Ni siquiera se me ha acusado formalmente. No tiene una sola prueba concreta de que haya hecho algo malo, ?y me suspende?
– Deberias estar agradecida de que no sea peor -solto Fisher.
– Fred -dijo Reynolds, levantandose de la silla-, puedo entender que me aparte de este caso. Transfierame a otro sitio mientras investigan, pero no me suspenda. Todo el personal del FBI dara por sentado que soy culpable. No es justo.
Massey no se ablando en absoluto.
– Entregue sus credenciales y su arma al agente Fisher, por favor. No vuelva a su despacho ni abandone la zona bajo ningun concepto.
Reynolds empalidecio y se desplomo en la silla.
Massey se acerco a la puerta.
– Sus actos sumamente sospechosos, combinados con la muerte de un agente y la noticia de que personas desconocidas se hacian pasar por agentes del FBI, no me permiten tomar la decision de asignarle otro caso distinto, Reynolds. Si, como usted afirma, es inocente, sera restituida en su cargo sin deducciones de salario ni disminucion de la antiguedad o la responsabilidad. Y me asegurare de que su reputacion no quede danada. En caso de que sea culpable, bueno ya sabe mejor que nadie lo que le espera. -Massey cerro la puerta tras de si.
Reynolds se levanto para marcharse, pero Fisher se interpuso en su camino.
– Credenciales y pistola. Inmediatamente.
Reynolds se las entrego. Se sentia como si estuviera abandonando a uno de sus hijos. Reparo en la expresion triunfante de Fisher.
– Caray, Paul, intenta disimular tu alegria. Quedaras peor que un memo cuando me exculpen.
– ?Cuando te exculpen? Podras darte por satisfecha si no te detienen antes de que termine el dia de hoy. Pero queremos que este caso sea hermetico. Y, por si estas pensando en huir, te estaremos observando. Asi que ni lo intentes.
– Jamas se me pasaria por la cabeza. Quiero estar aqui para ver la cara que pones cuando venga a recuperar mi arma y mi placa. No te preocupes, no te pedire que me beses el culo.
Reynolds recorrio el vestibulo y salio del edificio, con la impresion de que todas las miradas estaban puestas sobre ella.
Lee se levanto antes que Faith, se ducho, se puso ropa limpia y regreso junto a la cama, para observarla mientras dormia. Durante unos segundos se permitio el lujo de olvidarse de todo excepto de la maravillosa noche que habian pasado juntos. Sabia que aquello le habia cambiado la vida para siempre, y esa certeza lo asustaba sobremanera.
Descendio a la planta baja moviendose con cierta lentitud. Le dolian algunos musculos del cuerpo que habia olvidado que tenia. Y no era solo por el baile. Entro en la cocina y decidio preparar cafe. Mientras calentaba el agua penso en la noche anterior. En su interior, se habia comprometido seriamente con Faith Lockhart. Algunos quiza lo considerarian un sentimiento anticuado, pero para Lee acostarse con una mujer significaba que sentia algo profundo por ella.
Se sirvio una taza de cafe y salio para sentarse en la terraza de la cocina. Eran alrededor de las once y hacia un dia soleado y caluroso, aunque no parecia que fuera a durar mucho pues se aproximaban varios nubarrones. Mas cerca, diviso el bimotor en el aire, preparandose para aterrizar con otra carga de pasajeros. Faith le habia dicho que, durante los meses de verano, los aviones realizaban unos diez viajes al dia. Ahora solo habia tres vuelos, uno por la manana, otro al mediodia y otro a primera hora de la tarde.