Hasta el momento ninguno de los pasajeros del avion se habia quedado en aquella calle. Todos se habian marchado en coche a otros lugares, lo cual ya le parecia bien a Lee.
Mientras se tomaba el cafe, llego a la conclusion de que albergaba aquellos sentimientos profundos por Faith, aunque hacia pocos dias que la conocia. Supuso que cosas mas extranas se habian visto. Ademas, su relacion habia empezado en un terreno de lo mas resbaladizo. Despues de todo lo que le habia hecho pasar, Lee sabia que seria comprensible que odiara a aquella mujer. Y despues de lo que el le habia hecho aquella noche, borracho o no, ella tenia todo el derecho a odiarlo. ?Amaba a Faith Lockhart? Sabia que en aquel preciso instante no queria separarse de ella. Deseaba protegerla de todo mal. Queria abrazarla, pasar todos los minutos del dia junto a ella y, si, mantener relaciones sexuales lo mas vigorosas posibles mientras su cuerpo aguantara. ?Aquello era amor?
Por otro lado, Faith habia participado en una trama de sobornos a altos cargos del gobierno y la buscaba el FBI, entre otros. Si, penso exhalando un suspiro, la situacion se habia complicado mucho. Justo antes estaban dispuestos a marcharse quien sabe adonde. No parecia muy probable que pudieran acudir a una iglesia o presentarse ante el juez de paz y casarse. «Asi es, padre, somos una pareja de fugitivos. ?Podria darse prisa?»
Lee puso los ojos en blanco y se dio una palmada en la frente. ?Boda! Cielo santo, ?se habia vuelto loco? Quiza esos fueran sus sentimientos pero ?y Faith? Tal vez le iban las aventuras de una noche, aunque todo lo que habia observado en ella apuntaba a lo contrario. ?Lo amaba ella? Posiblemente estuviera encaprichada, cautivada por su papel de protector. Lo sucedido la noche anterior podia achacarse al alcohol, a la embriaguez del peligro que los acechaba o quiza a la simple lujuria. Ademas, el no iba a preguntarle su opinion. Ya tenia bastantes cosas de que preocuparse.
Se centro en el futuro inmediato. ?Acaso el mejor plan seria viajar a campo traviesa en la Honda hasta San Diego? ?Mexico y luego America del Sur? Sintio una punzada de culpabilidad cuando penso en la familia que dejaria atras. Acto seguido, algo mas le vino a la mente: su reputacion, lo que creeria su familia.
Si huia, en cierto modo era como reconocer su culpabilidad. Y si los detenian en el camino, ?quien los creeria?
Se reclino en el asiento y de repente se planteo una estrategia totalmente distinta. Pocos minutos antes, la huida le parecia la mejor opcion. Faith no queria volver ni colaborar en la inculpacion de Buchanan, lo que no era de extranar. Lee tampoco tenia demasiado interes en ello, y menos ahora que conocia la razon por la que sobornaba a los politicos. A decir verdad, Danny Buchanan debia ser canonizado. Fue entonces cuando una idea empezo a rondarle la cabeza.
Entro de nuevo en la cocina y tomo su telefono movil de la mesita. Habia contratado una de esas superofertas sin cuotas predeterminadas para llamadas de larga distancia, asi que ya casi nunca utilizaba el telefono fijo. Disponia de buzon de voz, buzon de mensajes e identificacion de llamada. Incluso poseia un servicio de informacion que permitia acceder a las ultimas noticias o consultar el precio de las acciones, aunque el no tuviera.
Cuando empezo a ejercer de investigador privado, Lee utilizaba una maquina de escribir IBM, los telefonos inalambricos suponian la vanguardia de la tecnologia y los aparatos de fax escupian rollos de papel termico y eran privativos de las grandes empresas. Aquella era la situacion hacia menos de quince anos. Ahora tenia un centro de comunicacion global en la palma de la mano. Unos cambios tan rapidos no podian ser saludables. Sin embargo, ?quien era capaz de vivir ahora sin todos esos trastos?
Se desplomo en el sofa y contemplo el giro lento de las aspas de rota del ventilador del techo, mientras se planteaba las ventajas y los inconvenientes de lo que se le habia ocurrido. Entonces se decidio y extrajo la cartera de su bolsillo trasero. Ahi estaba el trozo de papel con el numero que su cliente, que ahora sabia que era Danny Buchanan, le habia dado en un principio. La persona a quien habia sido incapaz de localizar. Pero entonces lo asalto una duda. ?Y si se equivocaba al pensar que Buchanan no tenia nada que ver con el intento de asesinato de Faith? Se levanto y empezo a ir y venir por la habitacion. Cuando miro por la ventana hacia el cielo azul, no vio mas que la cercania del desastre simbolizado por las nubes de tormenta que se avecinaban. De todos modos, Buchanan lo habia contratado. Estrictamente hablando, trabajaba para aquel hombre. Quiza hubiera llegado el momento de rendirle cuentas. Rezo una oracion en silencio, tomo el telefono movil y marco el numero escrito en el trozo de papel.
Connie no parecio alegrarse cuando Paul Fisher se inclino hacia adelante y lo abordo en tono de complicidad.
– Tenemos muchos motivos para creer que Reynolds esta implicada, Connie. A pesar de lo que nos has contado.
Connie le clavo la vista al hombre. Odiaba todo lo que Fisher representaba, desde su peinado perfecto y su menton prominente hasta su postura tan rigida como un palo de escoba, pasando por sus camisas perfectamente planchadas. Llevaba ahi sentado media hora. Habia referido a Fisher y a Massey su version de la historia y ellos la suya. No se pondrian de acuerdo.
– Eso no es mas que una sarta de sandeces, Paul.
Fisher se recosto en el asiento y miro a Massey.
– Ya has oido los hechos. ?Como puedes sentarte ahi y defenderla?
– Porque se que es inocente -respondio Connie-, ?que te parece?
– ?Tienes algun dato que lo demuestre, Connie? -inquirio Massey.
– Ya te he contado los hechos aqui sentado, Fred. Teniamos una pista concluyente de otro caso en Agricultura. Brooke ni siquiera queria que Ken acompanara a Lockhart aquella noche. Queria ir ella.
– 0 eso es lo que te dijo -repuso Massey.
– Escuchame bien, mis veinticinco anos de experiencia me dicen que Brooke Reynolds esta mas limpia que nadie.
– Investigo las cuentas de Ken Newman sin decirselo a nadie.
– Vamos, no es la primera vez que un agente se salta las normas. Se encuentra con un caso delicado y quiere investigarlo, pero no quiere enterrar la reputacion de Ken junto con su cadaver, al menos hasta estar segura.
– ?Y los cientos de miles de dolares en las cuentas de los ninos? -pregunto Massey.
– Se los han colocado para inculparla.
– ?Quien?
– Eso es lo que tenemos que averiguar.
Fisher sacudio la cabeza en senal de frustracion. -Ordenaremos que la sigan en todo momento hasta que resolvamos este asunto.
Connie se inclino sobre la mesa, haciendo lo posible por evitar que sus grandes manos se lanzaran al cuello de Fisher.
– Lo que deberiais hacer, Paul, es seguir las pistas del asesinato de Ken e intentar localizar a Faith Lockhart.
– Si no te importa, Connie, nosotros llevaremos la investigacion.
Connie se volvio hacia Fred Massey.
– Si buscais a alguien que siga a Reynolds, ya lo habeis encontrado.
– ?Tu! ?Ni hablar! -protesto Fisher.
– Escuchame, Fred -dijo Connie con la mirada clavada en Massey-. Lo reconozco, la situacion pinta mal para Brooke. Pero tambien se que no existe un agente mas honesto en el FBI. Y no quiero que la carrera de un buen agente se vaya al garete solo porque alguien hizo una llamada equivocada. Yo tambien he pasado por eso, ?verdad, Fred?