de sus preparativos. Acto seguido, subio al bufete y dedico algun tiempo a un asunto importante que, de pronto, habia dejado de importarle. Lo llevaron a casa en el coche y durante el trayecto su mente no dejo de urdir un plan contra Robert Thornhill. Esa era la parte de su ser que el hombre de la CIA nunca controlaria. Pensar en ello le producia gran alivio. Poco a poco, Buchanan recuperaba la confianza. Tal vez podia hacer sudar tinta a Thornhill.

Buchanan abrio la puerta principal de su casa y entro. Dejo el maletin en una silla y paso junto a la biblioteca, que estaba a oscuras. Pulso el interruptor para contemplar su querido cuadro, a fin de que le infundiese fuerzas para lo que se avecinaba. Cuando la luz se hubo encendido, Buchanan observo incredulo el marco vacio. Se acerco a el tambaleandose, palpo el marco y toco la pared. Lo habian robado. Sin embargo, poseia un excelente sistema de seguridad y no habia saltado.

Se abalanzo sobre el telefono para llamar a la policia. En cuanto toco el auricular, sono el timbre del aparato. Contesto.

– Su coche estara listo en un par de minutos, senor. ?Va al despacho?

Al principio Buchanan parecio no entender.

– ?Al despacho, senor? -insistio la voz.

– Si -consiguio decir Buchanan finalmente.

Colgo el auricular y lanzo una mirada al lugar que habia ocupado el cuadro. Primero Faith, ahora su cuadro. Todo obra de Thornhill. «Muy bien, Bob, anotate un tanto. Ahora me toca a mi.»

Subio a la primera planta, se lavo la cara y se cambio de ropa, seleccionando cuidadosamente las prendas. Su dormitorio disponia de un equipo audiovisual hecho por encargo que constaba de television, cadena de musica, video y reproductor de DVD. Era relativamente dificil de robar porque para extraer los componentes habia que desatornillar numerosas piezas de madera, lo cual era muy laborioso. Buchanan no veia la television ni peliculas de video. Y cuando queria oir musica, ponia un disco de 33 revoluciones en su viejo tocadiscos.

Introdujo la mano en la ranura del video y extrajo el pasaporte, la tarjeta de credito y su identificacion, todos ellos con nombre falso, asi como un pequeno fajo de billetes de cien dolares, y lo guardo todo en un bolsillo interior del abrigo que se cerraba con cremallera.

Al descender a la planta baja, echo una ojeada al exterior y vio que el coche lo aguardaba. Lo haria esperar unos minutos mas, solo para fastidiar.

Una vez hubieron transcurrido esos minutos de mas, Buchanan recogio su maletin, salio y se encamino hacia el coche. Entro en el mismo y el vehiculo arranco.

– Hola, Bob -saludo Buchanan con la mayor calma posible. Thornhill se fijo en el maletin.

Buchanan asintio con la cabeza mirando por la ventanilla de cristal tintado.

– Voy al despacho -dijo-. El FBI espera que lleve el maletin. A no ser que des por sentado que todavia no me han pinchado la linea. Thornhill asintio.

– Tienes madera de agente de campo, Danny.

– ?Donde esta el cuadro?

– En un lugar muy seguro, que es mas de lo que te mereces, dadas las circunstancias.

– ?A que te refieres exactamente?

– Me refiero exactamente a Lee Adams, investigador privado, contratado por ti para seguir a Faith Lockhart.

Buchanan aparento desconcierto por unos instantes. De joven se habia planteado ser actor. No de cine, sino de teatro. Para el, el cabildeo era la segunda mejor opcion.

– No sabia que ella habia acudido al FBI cuando lo contrate. Solo me preocupaba su seguridad.

– ?Y eso por que?

– Creo que ya conoces la respuesta -dijo Buchanan. Thornhill parecio ofenderse.

– ?Por que demonios iba a querer hacer dano a Faith Lockhart? Ni siquiera la conozco.

– ?Acaso tienes que conocer a alguien para acabar con el?

– Te equivocaste al hacerlo, Danny. El cuadro probablemente te sea devuelto - dijo Thornhill en tono burlon-, pero por ahora tendras que sobrevivir sin el.

– ?Como entraste en mi casa, Thornhill? Dispongo de un sistema de alarma.

Thornhill parecia a punto de echarse a reir.

– ?Un sistema de alarma domestico? Vamos, hombre. A Buchanan le entraron ganas de estrangularlo.

– Me haces gracia, Danny, de verdad -prosiguio Thornhill-. Vas por ahi intentando salvar a los desposeidos. ? Es que no lo entiendes? Eso es lo que hace girar el mundo. Los ricos y los pobres. Los poderosos y los debiles. Siempre existiran, hasta el fin de los tiempos. Y nada de lo que hagas lo cambiara. Ademas, las personas seguiran odiandose y traicionandose unas a otras. Si no fuera por las cualidades negativas del ser humano, yo no tendria trabajo.

– Estaba pensando que erraste tu vocacion -declaro Buchanan-. Deberias ser psiquiatra de delincuentes psicoticos. Tendrias tanto en comun con tus pacientes…

Thornhill sonrio.

– Asi es como llegue a ti, sabes. Alguien a quien trataste de ayudar te traiciono. Celoso de tu exito, de tus buenas intenciones, supongo. El no sabia nada de tu pequena estratagema, pero desperto mi curiosidad. Y cuando me centro en la vida de alguien no hay lugar para secretos. Pusimos microfonos en tu casa, en tu despacho, incluso en tu ropa y me encontre con una mina. Disfrutabamos mucho escuchandote.

– Impresionante -comento Buchanan-. Ahora dime donde esta Faith.

– Esperaba que me lo dijeras tu.

– ?Que quieres de ella?

– Quiero que trabaje para mi. Hay una competencia amistosa entre las dos agencias, pero debo decir que nosotros jugamos mucho mas limpio con nuestra gente que el FBI. Llevo trabajando en este proyecto mas tiempo que ellos. No quiero que todos mis esfuerzos sean en vano.

Buchanan eligio sus palabras con cuidado. Sabia que corria un gran peligro personal.

– ?Que puede ofrecerte Faith que no te haya dado yo?

– En mi trabajo, dos son siempre mejor que uno.

– ?Incluyes en tu calculo al agente del FBI que mandaste asesinar, Bob?

Thornhill extrajo la pipa y jugueteo con ella.

– Oye, Danny, te aconsejo que te concentres exclusivamente en la parte del rompecabezas que te concierne.

– Todas las piezas son «mi parte». Leo los periodicos. Me dijiste que Faith habia acudido al FBI. Un agente del FBI muere mientras trabajaba en un caso no revelado. Faith desaparece al mismo tiempo. Tienes razon, contrate a Lee Adams para que averiguase que estaba ocurriendo. No he tenido noticias de el. ?Tambien lo has mandado matar?

– Soy un funcionario publico. Yo no mando matar a la gente -repuso Thornhill.

– El FBI se puso en contacto con Faith y tu no podias permitirlo porque todo tu plan se iria al garete si descubriesen la verdad. ?Pensabas en serio que me creeria que me dejarias marchar con una palmadita en la espalda por un trabajo bien hecho? Si fuera tonto de remate no habria sobrevivido tanto tiempo en este mundillo.

Thornhill dejo la pipa a un lado.

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