hacia adelante-. Se trata de una investigacion del FBI. ?Eres amigo de ellos o algo asi?

Rick empalidecio.

– No, que va, esa tia es un mal rollo. Tiene un genio de mil demonios. Mientras Lee estaba dentro, sali al aparcamiento de las motos e intente atenderla, con toda profesionalidad, y casi se me echa encima. Y Lee es parecido. Cuando salio, se puso bravucon conmigo. De hecho, estuve a punto de darle una buena paliza.

Mientras Connie observaba al larguirucho de Rick, recordo la cinta de video en la que habia visto a un Lee Adams con un fisico imponente.

– ?Darle una buena paliza? ?Seguro?

– Me aventaja en peso, pero es un viejo. Y yo practico tackwondo -Rick se puso a la defensiva.

Reynolds observo a Rick de cerca.

– ?Asi que dices que Lee Adams permanecio un rato en el interior y que la mujer se quedo fuera sola?

– Eso es.

Reynolds y Connie intercambiaron una mirada rapida.

– Si tienes informacion sobre adonde fueron, el FBI te estaria muy agradecido - dijo Reynolds con impaciencia-. Y sobre la matricula de la moto. Ahora mismo, si no te importa. Tenemos prisa.

– Claro. Lee tambien se llevo un mapa de Carolina del Norte. Los vendemos aqui, pero Scotty se lo regalo. Eso es lo que dijo Shirley, la chica que suele atender detras del mostrador.

– ?Esta aqui?

– No. Esta enferma. Me ha tocado sustituirla.

– ?Puedo llevarme uno de esos mapas de Carolina? -pregunto Reynolds. Rick saco uno y se lo paso-. ?Cuanto es? El sonrio.

– Eh, regalo de la casa. Para que vean que soy buen ciudadano. ?Saben? Estoy pensando en ingresar en el FBI.

– Siempre nos ha interesado reclutar a personas competentes -manifesto Connie con el semblante inexpresivo y apartando la mirada.

Rick consulto la matricula en el folleto y se la dio a Connie. -Ya me informaran de lo que ocurra -dijo Rick cuando se marchaban.

– Seras el primero en saberlo -aseguro Connie por encima del hombro.

Los dos agentes regresaron al coche.

Reynolds se volvio hacia su companero.

– Bueno, parece que Adams no retiene a Lockhart en contra de su voluntad. La dejo fuera sola. Podria haberse largado.

– Deben de formar una especie de equipo. Por lo menos ahora. -Carolina del Norte -dijo Reynolds casi para si. -Un estado grande -apunto Connie.

Reynolds torcio el gesto.

– Bueno, veamos si podemos reducir un poco el radio de accion. En el aeropuerto, Lockhart compro dos billetes para Norfolk.

– ?Y por que se llevaron un mapa de Carolina del Norte?

– No podian ir en avion. Habriamos estado esperandolos en Norfolk. Por lo menos Adams parecia consciente de ello. Probablemente sabia que tenemos un convenio con las companias aereas y que gracias al mismo localizamos a Lockhart en el aeropuerto.

– Lockhart metio la pata al usar su nombre verdadero para el segundo billete. Pero seguramente no tenia alternativa, a no ser que contara con un tercer documento de identidad falso -anadio Connie.

– Asi que no fueron en avion. No puede utilizar una tarjeta de credito, asi que tampoco alquilaron un coche. Adams se imagina que tenemos vigiladas las estaciones de autobus y ferrocarril. Asi que le piden a su hermano la Honda y un mapa para su destino real: Carolina del Norte.

– Lo que significa que cuando llegaran a Norfolk en avion pensaban ir en coche o tomar otro avion para desplazarse a algun lugar de Carolina del Norte.

Reynols nego con la cabeza.

– Pero eso no tiene sentido. Si iban a Carolina del Norte, ?por que no ir ahi directamente en avion? Hay cientos de vuelos a Raleigh y Charlotte desde el National. ?Por que pasar por Norfolk?

– Quiza uno iria por Norfolk si no se dirige a Charlotte ni a Raleigh ni a otro lugar cercano -aventuro Connie-, pero si a algun otro punto de Carolina del Norte.

– Pero ?por que no pasar por uno de esos dos grandes aeropuertos?

– Bueno, podria ser que Norfolk estuviera mucho mas cerca de donde querian ir que Charlotte o Raleigh.

Reynolds reflexiono por unos momentos.

– Raleigh esta mas o menos en el centro del estado. Charlotte esta en el oeste:

Connie chasqueo los dedos.

– ?Al este! La costa. ? Los Outer Banks?

Reynolds asintio.

– Tal vez. En los Outer Banks hay miles de casas en la playa donde esconderse.

De repente, Connie no parecia tan esperanzado.

– Miles de casas en la playa -musito.

– Bueno, lo primero que puedes hacer es llamar al contacto del FBI en las companias aereas y averiguar que vuelos salen de Norfolk en direccion a los Outer Banks. Y tenemos varios horarios. Estaba previsto que su vuelo llegara a Norfolk al mediodia. No me los imagino entreteniendose mas de lo necesario en un lugar publico, asi que el otro vuelo debia de salir poco despues del mediodia. Quiza alguna de las companias pequenas ofrezca un servicio regular. Ya hemos comprobado las principales companias aereas. No hicieron ninguna reserva con ellas para un vuelo que saliera desde Norfolk.

Connie descolgo el telefono del coche e hizo una llamada. No tardo en recibir respuesta.

La esperanza volvia a reflejarse en su rostro.

– No vas a creerlo, pero solo hay una compania que vuela a los Outer Banks desde el aeropuerto de Norfolk.

Reynolds le dedico una amplia sonrisa y sacudio la cabeza.

– Por fin un poco de suerte en este dichoso caso. Cuentame.

– Tarheel Airways. Vuelan desde Norfolk a cinco destinos de Carolina: Kill Devil Hills, Manteo, Ocracoke, Hatteras y un lugar llamado Pine Island, cerca de Duck. No hay horarios regulares. Llamas con antelacion y el avion te espera.

Reynolds desplego el mapa y le echo un vistazo.

– Muy bien, estan Hatteras y Ocracoke. Son los destinos mas al sur. -Senalo el mapa con el dedo-. Kill Devil Hills esta aqui y Manteo al sur. Y Duck esta aqui, hacia el norte.

Connie miro a donde ella apuntaba.

– He estado ahi de vacaciones. Al cruzar el puente sobre el estrecho, Duck queda en direccion norte. Kill Devil esta al sur. Ese punto esta bastante equidistante de ambos lugares.

– ?Tu que crees? ?Norte o sur?

– Bueno, si se dirigieron a Carolina del Norte probablemente fuera por iniciativa de Lockhart. Porque Adams se llevo el mapa -explico Connie ante la mirada inquisitiva de Reynolds-. Si conociera la zona no lo habria necesitado.

– Muy bien, Sherlock, ?que mas?

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